Aprendizajes de la lucha por el derecho al aborto en esta etapa política
*Por Victoria Tesoriero
El 28 de septiembre se conmemora el día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, una fecha que se acordó en el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe de San Bernardo en el año 1990. La lucha por el derecho al aborto lleva décadas en la región y en nuestro país, en donde alcanzó una dimensión enorme. Esta dimensión se logró con un trabajo político descomunal del movimiento feminista argentino que por muchos años no retrocedió en el avance hacia una mejor organización y en el que siempre se redobló la apuesta con mucha audacia y convicción. Esta lucha nos dejó grandes aprendizajes tanto a nivel colectivo como personal y tuvo como uno de los resultados clave la sanción de la ley a finales del año 2020. Sin embargo esa ley es sólo una etapa o un punto de partida de una lucha que es fundamentalmente cultural, y mucho más amplia que el derecho a decidir en sí mismo: involucra al rol del Estado, a las políticas de salud pública, a las políticas de fertilización, a leyes de educación sexual integral, a la laicidad, y a la autonomía. La autonomía me parece uno de los puntos principales, porque implica el reconocimiento de las mujeres como personas capaces de tomar decisiones, esto parece muy básico, pero nos costó décadas de esfuerzo. No podemos pensar otros derechos si no tenemos autonomía en la decisión de nuestras propias vidas, tanto si queremos ser madres como si no queremos.
En este sentido la lucha por el derecho al aborto es una lucha fundamental y muy básica, es la base de otras luchas porque implica la autonomía sobre las decisiones sobre el cuerpo, significa que se nos reconozca como personas capaces de tomar decisiones, significa la defensa de la vida de las mujeres y personas gestantes.
Hoy el gobierno de Milei recortó todos los programas y falta medicación en las salas y hospitales para poder realizar los abortos. Nuestra lucha es permanente y además integral, no sólo incluye un aspecto cultural sino también implica reclamar el presupuesto para que las políticas públicas se cumplan y nuestro derecho pueda ser ejercido. Esta es una de las claves que creo tenemos que afrontar en esta etapa, la discusión del rol del Estado en la etapa que se venga luego de que este gobierno se termine.
La caída de la tasa de natalidad es un fenómeno mundial que tiene muchas causas. No creo que esté relacionada estrictamente con el logro del derecho al aborto, pero sí nos viene a confirmar que todos los discursos con los que luchamos por muchos años eran falsos en torno a por qué nos embarazamos. La caída de la natalidad tiene que ver con fundamentalmente dos cuestiones, por un lado, y parte del resultado de la lucha de los feminismos en el mundo, la trascendencia de la idea de la maternidad obligatoria y el cambio que significó la transformación hacia otros modelos de ser mujeres, no necesariamente siendo madres (si bien la cultura de la maternidad trasciende el hecho concreto de ser madre sino que se extiende a más áreas de la vida). En segundo lugar, por las condiciones económicas y la crisis económica especialmente en Argentina, donde el modelo neoliberal actual de ajuste constante y transferencia de ingresos hacia los sectores más concentrados ha empobrecido a la mayoría de la población y eso tiene consecuencias cuando se toma la decisión de embarazarse.
Uno de los desafíos próximos es reconocer la importancia de seguir adelante con nuestras agendas aun en momentos muy difíciles, y necesidad de seguir haciendo política convenciendo a más gente y a más sectores, la importancia de construir redes y estar cada vez más y mejor organizadas. Pero también la importancia de tener propuestas y objetivos claros, ideas claras que sepamos y entendamos todas y así podamos hacer aportes que vayan hacia esos grandes objetivos. Eso es lo que todas las activistas entendimos desde el primer momento, que no luchábamos por una ley, luchábamos por un cambio cultural que es algo muchísimo más grande y más ambicioso. En gran parte logramos avances, aunque la batalla tiene que ser constante. Creo que ese es un aprendizaje muy grande aplicado a la situación de hoy: luchamos por un proyecto de país, una idea de un Estado presente, luchamos para que nunca más nuestro país viva proyectos políticos empobrecedores que excluyen y que regalan nuestros recursos, luchamos por que todos los derechos que logramos se cumplan y sigan vientes. Luchamos para nunca más tener retrocesos como el que estamos viviendo hoy.
* Socióloga, feminista, fundadora de Proyecto Generar, ex Subsecretaria de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior – Argentina.