Cristina, Correa y Zaffaroni advirtieron sobre el avance del lawfare como nueva forma de golpe de Estado en América Latina

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Cristina, Correa y Zaffaroni advirtieron sobre el avance del lawfare como nueva forma de golpe de Estado en América Latina

La expresidenta envió un mensaje para la apertura de las jornadas internacionales organizadas por el Instituto de Investigaciones Jurídicas Fray Bartolomé de las Casas. También expusieron el juez Andrés Gallardo y la periodista Irina Hauser.

CABA, 14 de noviembre.- “Aunque cambiaron las formas, el objetivo sigue siendo el mismo: impedir que los pueblos gobiernen su propio destino. Ya no hay tanques en las calles ni comunicados de las juntas militares. Los golpistas simplemente han sofisticado sus métodos”, aseguró Cristina Fernández de Kirchner en el mensaje con el que intervino, este jueves 13 de octubre, en la apertura de las jornadas internacionales “Lawfare, la estrategia regional del nuevo golpe de Estado”.

Esta actividad, que busca abordar casos emblemáticos de lawfare en América Latina, fue convocada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas Fray Bartolomé de las Casas (IFBC), un espacio académico creado en 2023 por el Papa Francisco. Junto a la expresidenta también participaron el exmandatario ecuatoriano Rafael Correa, el exministro de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Raúl Zaffaroni, el juez Roberto Andrés Gallardo y la periodista Irina Hauser.

Cristina, condenada en una causa que cumple todos y cada uno de los requisitos del lawfare, recordó que “fue el Papa Francisco quien tuvo uno de los diagnósticos más certeros sobre este nuevo tipo de intervención en los procesos políticos de los países emergentes”. Y consideró que “si hay un lugar donde el diagnóstico de Francisco se verifica con claridad absoluta es en su propio país, en la Argentina”.

La expresidenta aclaró que “lo que está en juego no es una causa judicial ni una disputa dirigencial”, sino “el modelo económico y social de un país, y un modelo como el actual en Argentina, de hambre y planificación de la miseria, solo puede traer beneficios coyunturales a muy poquitos”. Por eso, señaló: “’Bienaventurados los perseguidos’, decía también el evangelio, porque su sola existencia demuestra que todavía hay algo que incomoda al poder. Porque si no hubiera esperanza, no se utilizarían medios tan ridículamente desesperados para intentar callarnos de cualquier modo”.

En su intervención, el profesor Zaffaroni, quien es director del IFBC, llamó a mantener la perspectiva histórica. “Si perdemos la dimensión temporal –señaló–, no captamos la esencia del fenómeno que tenemos frente. Sí, son aberraciones de pseudo jueces o juezas que tienen debajo de la toga el hacha del verdugo, pero de alguna manera cosas de estas existieron siempre”.  En ese sentido, advirtió: “Lo que estamos enfrentando es un momento de decadencia civilizatoria, en medio de una larga historia de ondulación civilizatoria que en momentos análogos ha producido millones de muertos”.

Frente a ese escenario, el exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos llamó a romper la parálisis. “Lo que esto nos genera es la obligación ética, la obligación moral de confrontarlo. No hay que tenerle un miedo que nos paralice en el terror. Hay que tener conciencia. Lanzarse hacia el frente y saber que tenemos que resistir, simple y sencillamente por ser seres humanos”, sostuvo.

Presidente del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU), del cual el IFBC es su rama académica, el juez Gallardo destacó que “Francisco es quien asume su mandato y su misión desde la periferia y hacia el centro. Y esta ubicación que tiene marca la gran diferencia con cualquier otra aproximación que se pueda hacer sobre el lawfare”. Para el titular del Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 2 de la Ciudad de Buenos Aires, “el lawfare bien entendido es el que se entiende desde acá, desde donde se sufre”.

Gallardo hizo hincapié en que, al hablar de “una nueva forma de intervención”, Francisco “obliga a hacer una lectura histórica”, y que en ese tirar del hilo se llega hasta un origen posible: “Por ahí, estamos con Malinche y Hernán Cortés, ¿no? Porque, ¿en dónde comienza esa maldición que sigue hasta hoy?”. Para el presidente de COPAJU, “hay una forma de colaboración desde aquí, pero una actividad desde allá. Hay una forma embrionaria, originaria de dominación, de sometimiento, que después sigue y sigue ininterrumpidamente”.

El expresidente Correa, otra de las víctimas del lawfare en la región, se refirió a esta práctica como a “una pandemia que está arrasando la democracia, sobre todo en América Latina”. Y planteó que de este modo “tratan de lograr con la manipulación de la justicia, la judicialización de la política, lo que no logran en las urnas”.

Correa denunció un accionar mediático que busca “asesinar la reputación de la víctima para generar consenso y luego consentimiento”; y “la cooptación de la justicia”, con “fiscales, jueces cobardes o abiertamente corruptos que se prestan para cualquier cosa”. El resultado, concluyó, “es nefasto, no solo para la democracia, sino para nuestras posibilidades de desarrollo”. Por eso, llamó a “defender la justicia como instrumento de los pueblos para su liberación, no como instrumento del poder para el sometimiento”.

Irina Hauser, periodista especializada que ha visto la irrupción del lawfare en la prensa, planteó una serie de disyuntivas acerca del rol y la tarea del periodismo ante escenarios donde en el origen mismo suele haber hechos que se tergiversan y que luego son presentados como pruebas para montar un expediente judicial. “Con el correr del tiempo –explicó– nos empezó a quedar en claro que había que contar cómo se estaba construyendo este fenómeno. Porque, al fin y al cabo, era contar cómo se estaba construyendo esta forma de persecución política a través del sistema de justicia”.

Hauser se refirió a lo ocurrido con Cristina Fernández de Kirchner como muestra de “cuán lejos puede llegar la cuestión del ataque y la aniquilación del enemigo, en el sentido político y judicial”. La periodista sostuvo que “en el caso de Cristina se puso sobre la mesa que la violencia podía ser real y explícita, y que la podrían haber matado en el contexto de un juicio que es simbólico y muy representativo de lo que es el lawfare”. Hauser recordó que “quien está hoy acusado y detenido por haber intentado asesinar a Cristina dijo expresamente que lo decidió porque se quería cargar al hombro la mochila que de lo no hacía el Poder Judicial, y que lo único que le importaba era que estuviera presa o muerta”. Para la periodista, “esa frase de Cristina, ‘me quieren presa o muerta’, es una síntesis perfecta de lo que estamos hablando. Dolorosamente perfecta”.

Esta propuesta del IFBC continuará con encuentros de modalidad virtual dedicados a los casos de Evo Morales en Bolivia (14/11), Lula da Silva en Brasil (17/11), Cristina Fernández en Argentina (18/11), Pedro Castillo en Perú (19/1), y Rafael Correa y Jorge Glas en Ecuador (20/11). El programa completo y las forma de participar pueden consultarse en el sitio institutofbc.org/.


 

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