En América Latina cada día asesinan a mujeres por razones de género, millones no tienen ingresos propios, la fecundidad cae al calor de la precariedad, pero los feminismos populares emergen como uno de los pocos sujetos capaces de disputar el rumbo frente a los proyectos neofascistas y neorreaccionarios. Quizás esa sea la razón por la que gobiernos y líderes de derecha extrema en América Latina y el Caribe culpan al feminismo por una supuesta “crisis civilizatoria”.
