La reciente guerra entre Israel e Irán es un conflicto de alcance regional cuyas repercusiones ya se sienten a escala global. A través de diversas miradas geopolíticas, se hace necesario indagar en las causas estructurales de la guerra, el sabotaje a las vías diplomáticas, el rol del sionismo y de Estados Unidos en la escalada bélica, y las respuestas del mundo emergente.

En un escenario internacional marcado por el “enfrentamiento del G2” entre Washington y Beijing, Medio Oriente se consolida como epicentro estratégico de la disputa mundial.

La alianza directa entre la administración trumpista y el gobierno de Netanyahu encuentra hoy una contracara: un Irán que suma respaldos clave de potencias nucleares como China, Rusia y Pakistán, en el marco de articulaciones como la Organización de Cooperación de Shanghái y el BRICS plus.