Según informe, Latinoamérica ocupa el segundo lugar en el mundo con más casos de niñas madres

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Según un informe de la ONU, Latinoamérica ocupa el segundo lugar con más casos después de África. BBC Mundo explica que los casos mediáticos no son excepcionales pues es un fenómeno extendido y poco denunciado.

Belén tenía 11 años cuando quedó en embarazo después de ser abusada por su padrastro. La niña originaria de Chile fue objeto de una campaña que movilizó a muchas organizaciones del país en favor de que se permitiera que se le practicara un aborto. Sin embargo no fue posible a pesar de que se argumentaba que esto era en favor de su salud. Hoy una niña paraguaya pasa por la misma situación y muchos activistas están pidiendo que se le practique un aborto. Las opiniones son encontradas, mientras organizaciones internacionales dicen que por el bienestar de la menor el aborto es la mejor solución, los institutos de salud del país alegan que esto no es legal y tampoco viable teniendo en cuenta el estado avanzado del embarazo, pues ya tiene cinco meses y medio.

Según las autoridades el padrastro de la niña, era el abusador reiterado de la menor. El hombre ya fue detenido, mientras la mamá está siendo también procesada por no haberla protegido. Amnistía Internacional (AI) lanzó una campaña para exigir a las autoridades paraguayas que le permitan abortar, un reclamo que es apoyado por el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos. Según la ONU tener niños antes de los 16 años cuadruplica el riesgo de muerte de la madre.

A pesar de lo aterradores que parecen estos casos, no son únicos en Latinoamérica. El Centro de Derechos Reproductivos (CRR), una organización internacional dedicada a la defensa de estos derechos, dijo a BBC Mundo que hay cientos de casos de niñas que resultan embarazadas tras ser violadas en América Latina, el punto es que no tienen difusión. La cuantificación es bastante compleja pues muchas de las familias deciden no denunciar porque en la mayoría de los casos el abusador está dentro del mismo núcleo familiar. No obstante, a pesar de no existir estudios con datos precisos, sí hay datos que dan cuenta de la gravedad de la situación. Un informe de la ONU sostiene que América Latina tiene el segundo puesto en maternidad infantil después de África. El Centro de Derechos Reproductivos dice que eso se puede atribuir a los altos índices de violencia sexual que hay en esta región. La ley establece que todas las niñas menores de 14 años embarazadas fueron abusadas, y esto se confirma con los testimonios de ellas, la mayoría afirman haber sido violadas.

El Colegio de Matronas de Chile, que tiene información sobre todos los nacimientos en ese país le dijo a la BBC Mundo que cada año unas 850 menores de 15 años dan a luz en Chile, la mayoría por casos de incesto. Por su parte el ministro de salud de Paraguay dijo que en su país en 2014 fueron 680 las niñas embarazadas, la mayoría por abuso sexual.

Según el CRR estas cifras no son exclusivas de estos países sino que representan la realidad en la mayor parte de América Latina. Sin embargo, el organismo destaca que mientras que en muchas naciones latinoamericanas a estas niñas se les permite abortar, por haber sido violadas, en otros no tienen ese derecho. Tanto el Centro de Derechos Reproductivos como Amnistía Internacional y la ONU han expresado que la legislación reproductiva de algunos países incluidos Chile y Paraguay hace que las niñas sean doblemente abusadas por estar obligadas a llevar a término sus embarazos a pesar de ser no deseados y representar un riesgo para su salud.

En Paraguay el aborto sólo es permitido en caso de riesgo de vida para la madre o el bebé, sin contemplar otras excepciones como la violación o el daño a la salud física o mental. Las autoridades de salud paraguayas han determinado que la menor puede llevar a término su embarazo de manera segura, a pesar de que sólo pesa 34 kilos. En tanto, en Chile la legislación es aún más estricta: es uno de los pocos países del mundo que no permite el aborto bajo ninguna condición, algo que podría cambiar si avanza el proyecto de ley propuesto por la presidenta, Michelle Bachelet, en enero de este año.

Quienes defienden la decisión de que las menores lleven a término sus embarazos sostienen que se trata de un proceso natural. «Del momento que una mujer vive su primera regla, su primera menstruación, es porque su organismo ya está preparado para ser madre», sostuvo el diputado conservador chileno Issa Kort cuando se generó la polémica por el caso de Belén en ese país. También la Sociedad Paraguaya de Ginecología se manifestó contraria a realizar el aborto a la niña que hoy causa controversia, debido al riesgo que podría suponer para la menor interrumpir el embarazo después de las 20 semanas de gestación.

Sin embargo, la ONU advierte que ser madre antes de los 16 años conlleva muchos peligros para la salud. Por su parte la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las complicaciones en el embarazo y el parto son la principal causa de muerte entre las adolescentes en países en vías de desarrollo. Activistas como Mónica Arango hace énfasis en los riesgos para la salud mental de las menores obligadas a parir después de ser violada. Dice que obligar a una menor víctima de violencia sexual a pasar por un embarazo, es “como torturarla”.

El Espectador

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