El contexto económico que recibe al nuevo Presidente – Por Édgar Delgado Montoya

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Un país con una producción en crecimiento, pero impulsada solo por el sector externo; con una inflación baja y un tipo de cambio al alza, pero con un déficit fiscal amenazante; con un flujo constante de inversión extranjera directa, pero que no llega a todos los rincones del país; con una tasa de desempleo a la baja, pero con un incremento de la desigualdad, y una pobreza estancada en el 20% de la población.

Este es el país que el nuevo presidente, y los nuevos diputados, recibirán a partir de mayo próximo.

En términos económicos, Costa Rica tiene elementos que jugarán a favor este año y en los próximos, pero otros que requieren atención urgente de las autoridades políticas que asumirán en cuestión de cuatro meses.

A nivel monetario, el Banco Central acaba de anunciar su Programa Macroeconómico 2014-2015, y fijó, como gran reto, igualar la cifra de inflación del año pasado, cercana al 4%. Hay factores que ayudarán a lograr esa meta: el tipo de cambio ya se despegó del piso de la banda, las tasas de interés internacionales están subiendo y, por lo tanto, no hay expectativas de que grandes flujos de capital ingresen al país para hacer un arbitraje de tasas.

Una inflación baja incidirá en los salarios reales y ayudaría a reducir la pobreza.

Sin embargo, a nivel local, las tasas sí podrían subir más que todo por la presión fiscal. Precisamente, el alto déficit del Gobierno Central, que llegará al 6% este año (el más alto en varias décadas), es el punto más crítico que recibirá el nuevo mandatario y su equipo.

El Ministerio de Hacienda está por concretar una nueva reforma fiscal, la cual enviaría al Congreso antes de que finalice esta administración. Sería el proyecto estrella que le dará la bienvenida a los nuevos diputados en mayo, pero la historia reciente nos demuestra que todas las reformas tributarias han fracaso en los pasillos de la Asamblea Legislativa o en los de la Sala IV.

Más allá de eso, lo cierto es que si el Gobierno no recibe ingresos frescos, solo podrán seguir utilizando el 5% del presupuesto nacional para realizar obra; el resto está atado a salarios, pensiones, transferencias y pago de intereses.

Parte de la presión sobre las tasas de interés se puede evitar si decide realizar una nueva emisión de eurobonos por $1.000 millones, pero con las tasas de interés internacionales subiendo y con una reforma fiscal aun pendiente, es muy posible que dicha emisión le salga más cara que las anteriores.

A nivel de nuestra relación comercial con el mundo, el Central estima que el déficit comercial será similar al del año, lo mismo que el faltante de la cuenta corriente. Incluso, el flujo de Inversión Extranjera Directa será superior, pero no cubrirá del todo el déficit anterior. Eso indica que el dólar tenderá a subir de precio.

Ya el mercado cambiario empezó a dar signos de volatilidad y está claro que las presiones a la devaluación al colón son más reales ahora. Si bien esto ayuda al Central en su objetivo de controlar la inflación, si la devaluación sigue repuntando, más bien podría ir en su contra (pues los importadores subirán sus precios).

No obstante, esa mayor demanda interna de dólares, combinada con el aumento en las tasas internacionales (que viene en parte por la reactivación de la economía internacional) cae en momento en que el Central tiene el mayor nivel de reservas de su historia.

Aun así, el balance es delicado.

A nivel real, se estima que la economía crecerá un poquito más este 2014 (3,8%) y otro cabo más (a 4,1%) en el 2015.

Hasta ahora, ese incremento en la producción ha estado ligada al sector externo y las zonas francas. El Central espera que este año, más bien sea la industria local la que genere alguna reactivación, lo mismo que la agricultura y la construcción. Sin embargo, será una reactivación empedredada, tomando en cuenta que las tasas de interés locales subirán, el crédito crecerá menos y el Gobierno tiene poco dinero para hacer obras.

A pesar de que el sector externo crecería menos, la reactivación de Estados Unidos y Europa ayudará a mantener las exportaciones al alza, algo que también se vería impulsado con un tipo de cambio al alza.

Aun así, se estima que ese mayor repunte económico logrará bajar la tasa de desempleo, de un 9% hoy, a un 8,5% a finales de año.

Sin embargo, los dos grades retos siguen pendientes: la pobreza y la desigualdad. Y estos son retos que requieren de una estrategia más integral y no solo de que los números macroeconómicos repunten: mejorar las políticas de asistencia del Estado, fortalecer la educación secundaria y aumentar la educación técnica superior y el emprendedurismo, son parte de la mezcla, junto con una producción creciente, una mayor generación de empleo y una inflación bajo control, tres elementos que, por ahora, parece que van en la dirección correcta.

http://www.elfinancierocr.com/finanzas/PIB-crecimiento-economia-contexto-Elecciones_2014_0_457754224.html

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