Medida histórica: por propuesta argentina, la ONU aprueba crear marco legal para reestructurar deudas

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Por 124 votos a favor, 41 abstenciones y sólo 11 en contra, la Organización de Naciones Unidas aprobó ayer la resolución que establece la necesidad de crear un “marco jurídico multilateral para los procesos de reestructuración de la deuda soberana”. Tras más de una década de postergaciones, el organismo internacional resolvió que deberá trabajar y definir esa reglamentación antes de septiembre de 2015, cuando termine su próximo período de sesiones ordinarias. La Argentina consiguió el respaldo del G-77 más China, que llevó una propuesta común a la última reunión anual de la asamblea general. “Es un día histórico”, aseguró el canciller Héctor Timerman, que viajó especialmente a Nueva York para participar de la sesión y las negociaciones. Al conocerse el contundente respaldo de la asamblea, la comitiva argentina, completada por la representante permanente ante la ONU, Marita Pérceval, y la embajadora en Estados Unidos, Cecilia Nahón, entre otros, aplaudió de pie.

“La trascendente votación que acabamos de realizar es la expresión más contundente de esta representatividad global: los pueblos del mundo hemos hablado y decidimos que es hora de comenzar a trazar conjuntamente un camino ético, político y jurídico capaz de ponerle frenos a la especulación desenfrenada, eligiendo el camino del derecho justo, que es el que se construye a través de un debate plural y democrático, como éste, en donde todos, exactamente todos, tenemos voz y voto”, aseguró Timerman durante su discurso, en el que recordó que justamente 50 años atrás, un 9 de septiembre, el diplomático argentino José María Ruda realizaría un alegato histórico exponiendo la posición argentina contra todas las formas de colonialismo.

De los 193 miembros de las Naciones Unidas, los únicos países que votaron en contra fueron 11: Estados Unidos, Australia, Canadá, República Checa, Finlandia, Alemania, Hungría, Irlanda, Israel, Japón e Inglaterra. Las abstenciones alcanzaron un número más alto, 41. Muchas de ellas pertenecen a la Unión Europea (como Bélgica, España, Grecia, Italia, Francia, Holanda) y otras a Estados nórdicos (como Dinamarca, Noruega, Suecia), también de Oceanía (como Nueva Zelanda). Desde la comitiva argentina consideraban un avance que muchos países se hayan expresado de esta manera, sin obstaculizar el tratamiento de una reglamentación mundial sobre deuda soberana. De hecho, al comenzar las negociaciones, unos 46 países habían adelantado que rechazarían el proyecto y ese número luego se redujo a 11.

El encargado de presentar el proyecto fue el representante de Bolivia, Sacha Llorenti, en su condición de presidente del G-77 más China, que nuclea a 133 países en desarrollo. Llorenti manifestó el “compromiso de construir un sistema financiero internacional en el que las reglas sean justas y favorables al desarrollo, para que los países puedan también lograr un desarrollo sostenible”. El proyecto, entre otros puntos, sostiene que deben intensificarse los esfuerzos para prevenir las crisis de deuda, definirse las modalidades de adopción del texto jurídico a aprobarse y recuerda las reiteradas oportunidades en las que tanto las Naciones Unidas así como otros foros multilaterales han intentado sin éxito abordar este tema. Si bien el debate sobre el sistema financiero internacional data en Naciones Unidas al menos de 1970, uno de los primeros antecedentes concretos sobre el tema deuda soberana es la cumbre de Monterrey en la que, hace 12 años, los líderes de distintos países expresaron el compromiso de trabajar en un mecanismo internacional de negociación.

También hay otros antecedentes en el Fondo Monetario Internacional, que no prosperaron debido al rechazo de países con mucho poder dentro del organismo, como Estados Unidos. “Hoy le toca a la Argentina, pero muchos países en desarrollo o desarrollados han sufrido la misma conducta depredadora y continuará sucediendo si no actuamos ahora”, aseguró Llorenti en relación con la actitud de los fondos buitre, que a través del fallo del juez Thomas Griesa han logrado impedir el cobro del 92,4 por ciento de los tenedores de deuda argentina.

Uno de los principales argumentos de los países opositores a la creación del marco regulatorio fue la necesidad de “un debate técnico”, que debería realizarse en foros especializados, como el FMI o el Club de París, precisamente donde ellos tienen mayoría. “Tratar esta cuestión en las Naciones Unidas, en un plazo irregularmente corto y con irregularidades de procedimiento, politiza una cuestión que es de índole técnica. Foros como el FMI o el G-20 son más apropiados”, señaló el representante de Canadá, en la misma línea que la representante de Japón.

Entre las pocas voces que se pronunciaron en contra, la más destacada fue la de Estados Unidos, precisamente donde se ha desencadenado el conflicto con los fondos buitre. “Generaría incertidumbre en los mercados financieros, lo que hará que cobren primas más elevadas y eso asfixiará a los países en desarrollo”, advirtió la representante estadounidense, Samantha Power, quien anticipó “resultados muy inciertos” en el debate sobre el marco regulatorio. Según Power, los países del G-77 cometieron irregularidades en el procedimiento para tratar el tema y además, “adelantaron el resultado” del debate sobre el marco regulatorio. Estados Unidos incluso planteó reparos respecto de los “costos” del proceso de debate, aunque desde la secretaría general, a cargo de Ban Ki-moon, descartaron problemas de tipo presupuestario.

“Miles de millones de dólares van a los bolsillos de los dueños de los fondos buitre gracias al vacío legal actual. Este vacío no es fruto del azar. Quienes se dedican a este negocio, escandalosamente rentable, invierten un porcentaje de sus ganancias en campañas y lobbistas para que la situación no cambie. La falta de un marco legal regulatorio para la reestructuración de la deuda soberana tiene un correlato directo con la pobreza, las enfermedades, el analfabetismo y la inseguridad que sufren los países históricamente golpeados por la deuda externa”, aseguró el canciller Timerman. “No votaron en contra 165 Estados soberanos, que éticamente proclamaron la soberanía de los países y la dignidad de los pueblos”, agregó la representante argentina ante la ONU, Marita Pérceval, quien consideró que “no es un país, sino la voluntad de América latina la que se expresó”.

Precisamente, la resolución recibió el apoyo de la gran mayoría de los países latinoamericanos (con excepción de México), de muchos países africanos y también de países de peso en el contexto internacional como China, India y Rusia. A su turno, el representante cubano, Rodolfo Reyes Rodríguez, rechazó la denominación de “fondos buitre”, ya que esas aves carroñeras “realizan una contribución positiva al ecosistema, mientras estos fondos son parásitos que atentan contra el bienestar de los pueblos”. El embajador de Cuba recordó además la lucha de las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo que “enfrentaron la tragedia del silencio frente a la desaparición de sus familiares”, pero que a pesar de eso dijeron “nunca más”. “Esperemos que lo que ha ocurrido (con los fondos buitre) nunca más vuelva a producirse contra la Argentina o cualquier pueblo de este planeta”, remató Reyes Rodríguez, despertando un inusual aplauso en medio del desarrollo de la asamblea. El segundo momento donde se escucharon aplausos fue al concluir la votación, en la que se cristalizó el contundente apoyo a la iniciativa del G-77.

Fuente Página/12

 

Diputados convertirán en Ley el proyecto de pago soberano

El oficialismo obtuvo el dictamen de mayoría del plenario de Comisiones de la Cámara de Diputados encabezado por la Comisión de Presupuesto que preside el diputado porteño Roberto Felletti y buscará a partir de este mediodía convertir en ley el proyecto de pago soberano.

Las casi cinco horas de debate, la exposición de los funcionarios, las respuestas ante cada cuestionamiento y el detalle de las razones por las cuales el Poder Ejecutivo decidió impulsar el proyecto en debate no bastaron para torcer o morigerar la postura de la oposición. Ni siquiera la noticia de que la Asamblea de Naciones Unidas aprobó la propuesta argentina hizo mella en legisladores que lejos de aprovechar el debate ensayaron diferentes excusas para justificar su distancia del gobierno en el tema.

Al igual que sucediera hace dos semanas en el Senado, los encargados de defender el proyecto ante los legisladores fueron el ministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini; y la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona.

Kicillof fue contundente a la hora de explicar el objetivo del proyecto: «Salir de una de las tantas trampas que ha preparado el señor (Paul) Singer y que ha convalidado el juez (Thomas) Griesa. Porque este es otro de los elementos que va a formar parte de la historia universal de la infamia.» En el mismo sentido detalló que «la voluntad es efectuar el próximo pago como se ha efectuado el anterior, pero no se puede hacer lo mismo. Por eso estamos hablando esta cuestión con el Parlamento porque nuestra intención es seguir pagando», y enfatizó: «El próximo vencimiento es de alrededor de 200 millones de dólares, no le hace cosquillas a la capacidad de pago de la Argentina».

Kicillof detalló además que una vez aprobada la norma se abrirá una cuenta en el Banco Central y allí se le depositarán los pagos a aquellos tenedores de bonos que no ingresaron a los canjes «mostrándole al señor Paul Singer y su aparato de propaganda que la Argentina tiene voluntad de pago».

El texto, explicó el titular de Economía, apunta que «si algún bonista voluntariamente deseara cambiar algún título de legislación extranjera por legislación local lo puede hacer», y aclaró que es «algo que los bonistas han pedido porque han encontrado obstáculos para poder cobrar».

No fue la única vez que a lo largo del debate el funcionario dejó entrever el apoyo de algunos de los bonistas al proyecto presentado por el Poder Ejecutivo. «Hay rumores de asambleas de bonistas que pedirían a la república que convalide el cambio de jurisdicción de pago. Se irá viendo», adelantó el ministro aunque luego aclaró: «No es la voluntad mayoritaria de los bonistas, hasta donde yo lo sé, hacer un cambio masivo de legislación.»
A diferencia de los sucedido en el Senado, el debate contó con la presencia del abogado Tulio Zembo, representante de 450 mil bonistas italianos, quien destacó el «firme compromiso de la Argentina» de pagar a los tenedores de títulos reestructurados y sostuvo que «si tuviera que volver a aconsejar, diría: ‘Quédense tranquilos que Argentina puede y quiere pagar’.»
En tanto, Zannini aprovechó su exposición para pedirle a la oposición que «por los menos acompañe» la creación de la Comisión Bicameral permanente para la investigación y la gestión de la deuda externa. «Desde 1983 para acá el tema de la deuda y la investigación de su origen preocupó a todos los legisladores. Se presentaron 33 proyectos desde el ’83 hasta hoy, pero esta es la primera vez que se logra una media sanción», detalló.

Todo lo dicho por los opositores cayó en saco roto. Claudio Lozano (UP) y Mario Negri (UCR), entre otros, volvieron a insistir con que la ley es innecesaria para justificar su voto contra. Ante lo cual Kiciloff contestó: «Lo que estamos planteando en esta ley no se puede hacer sin esta ley. Si lo hacemos estaríamos en exceso de nuestras atribuciones.»

Graciela Camaño fue la encargada de defender el proyecto alternativo presentado por el Frente Renovador y de cuestionar al gobierno. El ministro, que había leído la propuesta del massismo, detalló que en esa propuesta sólo se explica «cómo pagarle a los fondos buitre», se le otorga «una garantía temporal» y se «viola flagrantemente la cláusula RUFO».

Fuente Tiempo Argentino

 

Discuros del canciller argentino ante la ONU

Sr. Presidente,

Un nueve de septiembre como hoy, hace exactamente 50 años en este lugar, un diplomático argentino llamado José María Ruda realizó un histórico alegato en el que expuso la posición de mi país contra todas las formas de colonialismo.

Como hace medio siglo, y una vez más, el pueblo argentino recurre a las  Naciones Unidas con un tema de enorme importancia no sólo para mi país sino para la comunidad internacional  toda, orgullosos de que ello ocurra en profunda coincidencia entre los países del mundo en desarrollo.

Venimos a las Naciones Unidas porque consideramos que es éste el foro internacional más representativo; y la Asamblea General, el espacio democrático por excelencia ya que todos los Estados participamos en este órgano, en condiciones de plena igualdad.

Sr. Presidente,

Deseo reconocer su liderazgo como Presidente de nuestra Asamblea General en su 68vo. Período de sesiones y las eficientes gestiones por usted realizadas para convocar esta sesión plenaria, en un todo de acuerdo con las reglas de procedimiento y con total transparencia.

Celebramos, asimismo, la aprobación de este proyecto resolutivo presentado por el Grupo de los 77 más China, espacio que como ningún otro ha sabido señalar los efectos devastadores de la injusta distribución de la riqueza global y que es capaz de proponer valiosas iniciativas tendentes a construir un mundo más justo, libre y solidario.

En este marco, deseo destacar el liderazgo del Presidente del G77 más China, el Embajador del Estado Plurinacional de Bolivia, Sacha Llorenti Solís quien representa cabalmente la voluntad de nuestro grupo, voluntad que no acepta presiones distorsivas ni se deja vencer por el escepticismo o la indiferencia de los opulentos.

Sr. Presidente,

La trascendente votación que acabamos de realizar es la expresión más contundente de esta representatividad global: los pueblos del mundo hemos hablado y decidimos que es hora de comenzar a trazar conjuntamente un camino ético, político y jurídico capaz de ponerle frenos a la especulación desenfrenada, eligiendo el camino del derecho justo que es el que se construye a través de un debate plural y democrático, como éste, en donde todos, exactamente todos, tenemos voz y voto.

La resolución que hemos votado es, asimismo, el fiel reflejo de la relevancia y urgencia que la clara mayoría de las naciones del mundo le asignan a una realidad que nos encuentra desprotegidos ante el uso y abuso que hacen los especuladores de la laguna normativa existente en el actual sistema financiero internacional, en materia de reestructuración de deuda soberana.

Hemos decidido que ha llegado el tiempo de darle al sistema financiero un marco legal para la reestructuración de la deuda soberana, que respete a la mayoría de los acreedores y que le permita a los países salir de las crisis en forma sustentable. Miles de millones de dólares van a los bolsillos de los dueños de los fondos buitre gracias a este vacío legal.

Este vacío no es fruto del azar. Quienes se dedican a este negocio, escandalosamente rentable, invierten un porcentaje de sus ganancias en campañas y lobistas para que la situación no cambie. La falta de un Marco Legal Regulatorio para la Reestructuración de la Deuda Soberana tiene un correlato directo con la pobreza, las enfermedades, el analfabetismo y la inseguridad que sufren los países históricamente golpeados por la deuda externa. Países donde no vive ninguno de los dueños de los fondos, ni sus lobistas, ni tampoco sus abogados.

Señor Presidente,

Desde hace más de una década, los países en desarrollo pero también muchos países desarrollados que no creen que la dignidad de los pueblos termine siendo rehén de la mano invisible del mercado, venimos sosteniendo que el mundo no se puede permitir un escenario en el que las reestructuraciones de deuda soberana queden libradas a la discrecional voluntad de los agentes especuladores; que les tenemos que poner un límite; un límite que vaya más allá de la enunciación retórica de directrices y principios.

Desde hace  más de una década, en distintos foros y ámbitos de esta organización, tanto países en desarrollo como desarrollados, hemos explicitado la necesidad de contar con un marco legal que establezca reglas eficaces y transparentes para lograr procesos de reestructuración de deuda soberana, ordenados y previsibles.

Sr. Presidente,

Permítame dirigirme particularmente y con todo respeto a los países que no han acompañado la Resolución que acabamos de aprobar, específicamente a aquéllos países que concentran la actividad financiera internacional.

Deseo recordarles lo que una y otra vez dice nuestra Presidenta, también en este recinto: todos sabemos que las finanzas no son posibles sin la producción, que un país quebrado no está en condiciones de devolver lo prestado, que los países desarrollados se benefician con el crecimiento de los países en desarrollo no solamente por el círculo virtuoso que genera la integración de más países a la demanda global sino, especialmente, porque un mundo más inclusivo, justo y seguro supone la existencia de una economía global más equilibrada y eficiente.

Al mismo tiempo, todos sabemos que muchos países a lo largo de los últimos 200 años han incurrido en defaults y, por ende, en la necesidad de reestructurar sus deudas soberanas. Y además sabemos que actualmente es un dato de la realidad, la existencia de varias naciones con niveles de endeudamiento ostensiblemente superiores a los que exhibía la República Argentina antes de entrar en default en el año 2001. Por lo tanto, es evidente que también está latente la necesidad de que, en el corto plazo, estos países requieran de un sistema previsible, justo y sustentable de reestructuración de deudas soberanas.

Asimismo considero oportuno destacar, en referencia a la inversión financiera, que la ausencia de un Marco Legal para la Reestructuración de Deudas Soberanas, a partir del caso argentino, se ha transformado en un problema grave para los fondos inversores, pues la mayoría de ellos reconocen la bondad de respetar el acuerdo con la mayoría de los acreedores.
En este sentido creo que nada muestra con más claridad la necesidad de un marco legal regulatorio que  la situación por la que atraviesa mi país desde que un juez de esta misma ciudad permitiera que el 1% de los acreedores, los usureros internacionales llamados  fondos buitres, bloqueen los fondos que Argentina pagó al 92,4% de los acreedores que adhirieron a la reestructuración que permitió la recuperación económica del país.

Señor Presidente,

Nuestra preocupación no es novedosa y ya ha sido explicitada anteriormente en otros foros y en todos los términos posibles, tal como lo describiera el Presidente del G77 más China al presentar el proyecto de la resolución que acaba de ser aprobada.

Desde el año 2003 en Naciones Unidas venimos trabajando sobre el tema de la deuda soberana y los obstáculos que presenta para el desarrollo sustentable de los pueblos la ausencia de un marco legal adecuado para los procesos de reestructuración de deuda soberana.

Señor Presidente,

Lo que hoy hemos decidido democráticamente, es no sólo expresar lo que nuestros pueblos demandan, sino también hacer lo que nuestros pueblos merecen: ser libres y soberanos para vivir una vida digna. Y vivir sin temor a ser víctimas de la especulación y la codicia.

Hemos decidido, fundamentalmente, cambiar el futuro, y prevenir que más pueblos sigan pagando eternamente con hambre y miseria, los desorbitantes privilegios de los dueños de los fondos buitre, esos siniestros  señores de la opulencia.

Señor Presidente,

Si las Naciones Unidas fueron capaces de regular desde nuestras relaciones diplomáticas hasta el aprovechamiento de los recursos marítimos, desde la necesidad de instaurar un régimen de no proliferación de armas de destrucción masiva a la condena universal de los crímenes más aberrantes, cómo no íbamos a poder decidir lo que hoy hemos decidido: elaborar un marco legal multilateral para los procesos de reestructuración de deudas soberanas.

Sr. Presidente,

Honrando a quienes nos precedieron,  estoy convencido de que con la aprobación de esta resolución hemos asumido el compromiso de la hora: Reconocer el derecho de todos, especialmente de nuestros niños y jóvenes,  a vivir un presente y un futuro mejor, desterrando una de las causas que contribuyen a generar la violencia que tanto nos preocupa y que destruye la paz que tanto necesitamos.

Sr. Presidente,

Trabajemos juntos para seguir construyendo un mundo justo, libre y soberano.

Muchas gracias.

Fuente página web de Cancillería

 

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