Argentina vs “fondos buitre”: la presidenta endurece crítica a EEUU y denuncia plan para “voltear” al Gobierno

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En un discurso con fuerte contenido político, la presidenta Cristina Fernández denunció ayer que “sectores concentrados” de la economía quieren “voltear al Gobierno con ayuda extranjera”. En ese marco, cuestionó en duros términos a Estados Unidos y rechazó la “disparatada” declaración de desacato realizada por el juez de Nueva York, Thomas Griesa, al que calificó como “senil”. En contraposición al anuncio del pago de 161 millones de dólares por el vencimiento de deuda externa, denunció un intento por “tirar abajo la reestructuración” llevada adelante con los canjes de 2005 y 2010. Durante la cadena nacional, en la que anunció la refinanciación de deudas provinciales y la creación de la Secretaría de Hábitat, también alertó sobre su integridad física: “Si me pasa algo, en serio lo digo, no miren hacia Oriente, miren hacia el norte”, remató CFK, en rechazo a la difusión mediática de un posible atentado por parte del grupo extremista Estado Islámico, que ella había mencionado en su visita al Vaticano y a las Naciones Unidas.

Como en buena parte de los anuncios presidenciales, el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada estaba ayer colmado por gobernadores, funcionarios del gabinete nacional y dirigentes sociales y políticos. Sin embargo, tras participar la semana pasada de la Asamblea General de Naciones Unidas, la Presidenta dio ayer un mensaje con un tono mucho más duro que en otras ocasiones. Se refirió especialmente a la decisión de Griesa de aceptar el pedido de los fondos buitre y de declarar a la Argentina en “desacato”. “No me sorprendió la declaración ni que en veinte o treinta días más nos pongan sanciones económicas; tal vez decidan ponerme presa si vuelvo a Nueva York. Pero yo voy a ir igual cuando tenga que ir”, desafió CFK, que además hizo un análisis sobre el momento en el que se produjo la resolución judicial. “Yo no soy ingenua, pues todo esto no es casual, no puede pensarse que es un movimiento aislado de un juez senil de Nueva York: sería una ingenuidad, y yo no soy ni ingenua ni estúpida. Y los buitres se parecen también a las águilas, tienen el mismo perfil.” La referencia al águila, uno de los emblemas de Estados Unidos, no fue inocente. El gobierno de Barack Obama fue también blanco de los cuestionamientos de la primera mandataria.

En su discurso, CFK se refirió a la audiencia convocada por Griesa el lunes pasado, en la que el magistrado consideró “ilegal” la Ley de Pago Soberano aprobada por el Congreso Nacional. “O no leyó la ley o realmente habla de cosas que no sabe”, consideró la Presidenta, que explicó que la norma contempla al 100 por ciento de los bonistas. Además, le recriminó al juez desconocer cómo se legisla en la Argentina por haber afirmado que la ley no salió del Congreso sino del Poder Ejecutivo. “Nunca se ha llegado tan lejos: es un disparate y siguen agregándose disparates”, insistió.

Tras anunciar el pago de la segunda cuota del vencimiento de la deuda, que también involucró un desembolso correspondiente al porcentaje de los fondos buitre, la mandataria afirmó que “el problema no es el dinero de los holdouts”, sino que “quieren tirar abajo la reestructuración de la deuda soberana” para que la Argentina vuelva a deber “miles de millones de dólares”. “Si para eso tienen que arrasar con la soberanía, con el respeto a las normas internacionales, no tienen ningún problema, arrasan como arrasan por todo, en todo el mundo”, aseguró CFK, quien ironizó sobre la autorización judicial al Citibank, “por segunda única vez”, a pagarles a los acreedores. La Presidenta remarcó, una vez más, que la deuda no fue contraída por su gestión ni la de Néstor Kirchner, sino que se originó con la última dictadura militar y luego se profundizó en democracia.

A diferencia de otras oportunidades, no sólo condenó la actitud de los fondos buitre y la del juez neoyorquino. Profundizó las críticas a la administración Obama, con la que la Argentina mantenía ya una tensa relación a raíz de este conflicto.

Por un lado, cuestionó el “monitoreo” que, según un vocero del Departamento de Estado, se hace de la situación argentina y el supuesto respaldo a la prosperidad del país. “Si están tan interesados en una Argentina próspera, se hubieran acordado de la Argentina en 2001, cuando le soltaron la mano después de haber aplicado sus recetas y de que David Mulford vino a retirar toda la plata”, señaló e insistió: “Si les preocupa tanto la prosperidad, por qué no dejan que la Argentina pague su deuda. La prosperidad de los pueblos no puede quedar bajo el reconocimiento de la usura”.

Por otro lado, también criticó una nota formal realizada por la embajada estadounidense “avisando que pasan cosas terribles en la Argentina”. “Plantean como si viviéramos en la peor época del Far West”, relató CFK y calificó la carta como “una inmensa provocación”. Según la Presidenta, ese texto podría tener como objetivo la expulsión del encargado de negocios, Kevin Sullivan (a cargo de la embajada), con quien el Gobierno ya tuvo un conflicto diplomático reciente por afirmar que la Argentina se encuentra en default. “No lo vamos a echar del país, a nadie”, dijo sin mencionarlo en ningún momento.

Otro párrafo central del discurso fue para los actores locales: “Acá el problema es que nosotros queremos pagar y no nos dejan, la gente quiere comprar autos y no la dejan. El problema no es de la economía ni de la sociedad, está ubicado precisamente en algunos sectores concentrados de la economía que quieren voltear al Gobierno. Y hacerlo con ayuda extranjera además”. CFK habló específicamente de una “maniobra de pinzas”, realizada por sectores exportadores y sectores financieros. Respecto del agro, sostuvo que están “sentados sobre 27 millones de toneladas” de granos sin vender y que “por ineficiencia y hasta por idiotez” perdieron plata tras la caída de los precios de la soja. Ese sector, junto a la industria automotriz, y especialmente, los bancos que especulan con la compra de títulos, buscan generar una devaluación del peso. “¿Saben para qué? Para licuarles los Convenios Colectivos de Trabajo que ustedes lograron con el aumento de más del 30 por ciento”, denunció la Presidenta.

Entre los bancos, la Presidenta apuntó a cuatro entidades: Patagonia, Supervielle, Macro, Itaú y Mariva, que a través de información privilegiada anticiparon medidas económicas e hicieron movimientos especulativos. Además, cuestionó a dos sociedades de bolsa que operan en el mercado del “contado con liqui” para obtener ganancias extraordinarias y manipular el precio del dólar ilegal.

“Saben que soy la última barrera infranqueable para que vuelvan a endeudar al país o para que se caiga la reestructuración de la deuda o para que se haga cualquier cosa con los trabajadores”, sentenció la Presidenta, quien consideró que ante estas maniobras no se trata de problemas de la economía, sino de “tres o cuatro vivos que quieren lucrar con todos los argentinos”.

Página/12

 

Estados Unidos evalúa decisión

El gobierno de los Estados Unidos sostuvo ayer que está «al corriente» de la decisión tomada por el juez neoyorquino Thomas Griesa de declarar a Argentina en desacato en el marco del litigio con los fondos buitre, y aseguró que está «monitoreando la situación de cerca».

«Estamos al corriente de que el 29 de septiembre, el juez Griesa, encontró a la Argentina en desacato con la corte. Estamos monitoreando la situación de cerca», dijo a la agencia de noticias Télam un vocero del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Desde la Cancillería estadounidense señalaron, además, que su posición en el litigio del país con los fondos buitre es que «está en el interés de Argentina, normalizar las relaciones con todos sus acreedores».

«También creemos que una Argentina próspera, que participe por completo en el sistema financiero internacional, está en el interés del pueblo de Argentina, de los Estados Unidos y de la comunidad internacional», agregó el portavoz.

En el día de ayer, la embajadora argentina en Washington, Cecilia Nahón, envió una misiva al secretario de Estado, John Kerry, en la que advertía que una orden de desacato emitida por la justicia estadounidense, va en contra de los «principios sobre los que descansa la convivencia internacional» que se encuentran en la Carta de las Naciones Unidas.

En el documento de once páginas, la representante argentina le transmitió a su vez a Kerry que «cualquier decisión que adopten los tribunales de los Estados Unidos de América que pueda frustrar» la reestructuración de deuda soberana «o cuestionar la actuación de los órganos políticos de la República Argentina, no sólo estaría fuera del alcance de su jurisdicción sino que constituiría además una ilegítima injerencia en los asuntos internos del Estado argentino, que comprometería la responsabilidad internacional de los Estados Unidos de América».

Tiempo Argenitno

 

Cómo sigue el conflicto con los fondos buitre y el pago de la deuda

Luego de que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, declarase a la Argentina en desacato por no cumplir con el pago de 1.300 millones de dólares a los fondos buitre, el Gobierno depositó 161 millones de dólares correspondientes a los intereses de deuda de los canjes de 2005 y 2010.

¿Cómo sigue el caso con los fondos buitre? Tras el desacato, la acción judicial lógica que sigue son las multas. El juez Griesa había anticipado la semana pasada que podría multar a la Argentina con 50 mil dólares por día hasta tanto se cumpla el fallo.

Sin embargo, en la última audiencia en que participaron abogados del país, representantes de los fondos buitre y el mediador Daniel Pollack, el juez afirmó que el tema de las multas «se tratará en el futuro». Aunque no especificó cuándo, es posible que en las próximas semanas el magistrado aplique la sanción al país.

Por otra parte, la instancia de mediación a través de Pollack no está agotada, pero es cierto que los fondos buitre no están dispuestos a aceptar un pago igual al de los bonistas reestructurados con quita. Paul Singer, principal querellante del país, dejó claro que quiere cobrar el cien por cien de los bonos emitidos en 2001 como dicta la sentencia.

Todo indica que la última opción que le queda al país es esperar al mes de enero cuando vence la cláusula RUFO, que imposibilita cualquier pago mayor que los establecidos en los canjes de 2005 y 2010 y la Argentina esté en condiciones de actuar más libremente.

En tanto, a pesar de la restricción de Griesa, Argentina ya depositó los fondos para el pago de vencimientos de deuda. La intención del Gobierno es continuar cumpliendo con los compromisos financieros eludiendo la justicia estadounidense. Con ese objetivo, se sancionó la ley que cambia la jurisdicción de pago de los bonos.

Para tal motivo, fueron depositados hoy 161 millones de dólares correspondientes a los intereses de los Bonos Par emitidos en los canjes de deuda de 2005 y 2010 sujetos a la legislación de Estado Unidos y a la legislación de Inglaterra y Gales.

«El depósito fue realizado en las cuentas fiduciarias en Euros de Nación Fideicomisos S.A., abiertas en el Banco Central de la República Argentina de conformidad con el artículo 4° de la ley 26.984 de Pago Soberano», informó el Ministerio de Economía a través de un comunicado de prensa.

De aquí hasta diciembre de 2014, el país debe pagar:

3 de octubre – Boden 2015 US$ 203,62 millones

17 de octubre – Bonar X US$ 223,92 millones

7 de noviembre – Bonar 2024 US$ 142,2 millones

29 de noviembre – Bonar 2018 US$ 151,85 millones

Además, el 31 de diciembre también deben pagarse unos 600 millones de dólares de bonos reestructurados en 2005 y 2010.

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