Tras histórica jornada, la Corte convoca a confeccionar un registro de femicidios

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La Corte convocó a los tribunales a confeccionar un registro de femicidios

La Corte Suprema de Justicia de la Nación convocó a los tribunales superiores de las provincias y a las cámaras federales a «colaborar» en la confección del registro de femicidios de la Justicia, informó este jueves la página web del cuerpo.

Las jurisdicciones podrán publicar on line «los datos de las causas iniciadas durante el año 2014 por homicidio de mujeres (niñas, adolescentes y/o adultas) perpetrado por varones, por razones asociadas con su género, hayan sido tipificadas como femicidio o no».

La vicepresidenta de la Corte, Elena Highton de Nolasco, convocó a los magistrados a colaborar porque, sostuvo el comunicado oficial, «resulta imprescindible comenzar por cuantificar la máxima expresión de violencia contra la mujer: el femicidio».

Además, reconoció que «si bien desde la Oficina de la Mujer y la Oficina de Violencia Doméstica se está trabajando para adecuar los sistemas de registro a fin de elaborar estas estadísticas nacionales», aún no se ha podido «unificar la información».
Minuto Uno

Impresiones después de un día histórico

A un día de la concentración convocada por la campaña Ni una menos, que congregó a cientos de miles para manifestarse contra la violencia hacia las mujeres, sobrevivientes y familiares de víctimas reflexionaron sobre cómo vivieron el impacto de las concentraciones en distintos puntos del país.

– Adriana Belmonte (madre de Lola Chomnalez, asesinada en Uruguay en diciembre de 2014): “Lo viví de manera muy intensa. En lo personal me recorrió un frío en todo mi cuerpo al escuchar el petitorio y al ver en la pantalla a cada una de las víctimas. Siento que es posible que empiece a haber una mirada en profundo para poder educarnos en el respeto, que toda la sociedad pueda actuar para erradicar todo este tipo de violencia”.

– Isabel Yaconis (integrante de la Asociación Madres del Dolor y mamá de Lucila, asesinada en 2003 en un intento de violación): “Celebro que ahora las víctimas tienen voz y pueden denunciar los casos. En 2003 no se hablaba de violaciones, de violencia de género. Compruebo con dolor que tanto Lucila como Angeles (Rawson) murieron defendiendo su integridad sexual. Antes se decía: ‘Por algo habrá sido’. Hoy la mujer tiene voz en los campos laborales y en el Congreso”.

– Ada Morales (madre de María Soledad Morales, asesinada el 8 de septiembre de 1990 en Catamarca): “Todo esto me trajo el recuerdo de cuando hace 25 años marchamos junto a compañeros, amigos de Sole y la comunidad. Los acompaño en todo el dolor y como familia uno queda mal para toda la vida pero, a pesar de estar mal de salud, yo quería estar presente. No quiero que la triste historia que me tocó vivir a mí, mi familia, amigos y compañeros de Sole, se repita de nuevo. He acompañado a todas las mujeres de Catamarca, del país y del mundo, reclamando justicia. Como familia, uno queda mal para toda la vida. Pido que se siga luchando todos los días contra la violencia, y que se haga justicia por todos los casos que aún no fueron esclarecidos”.

– Deolinda Sosa (cantante cordobesa de folklore de Río Cuarto, víctima de violencia): “Hoy es un chirlo, mañana es una piña y pasado te quema. No hay que bajar los brazos y no hay que callarse, aunque en el momento de subir al escenario te olvidás de todo. No obstante, para mí es imposible no mirar lo que pasa en la sociedad, fundamentalmente en los niños y las mamás embarazadas. Trabajé en la campaña Ni una menos. A mí me moviliza en lo más profundo porque he vivido una relación bastante complicada con mi ex marido y eso me toca de cerca. No hay que mirar para otro lado. Siempre quedan huellas y lo principal es buscarle el lado bueno a las cosas y ver que, más allá de todas las complicaciones, mis hijos están bárbaros”.

– Marta Cavallieri (sufrió dos intentos de femicidio por parte de su ex esposo): “Soy una sobreviviente, realmente es un milagro que esté viva. La primera vez que él atentó contra mí mandó a un sicario que me disparó en el abdomen, pero no pudo matarme. En esa ocasión perdí un riñón. La segunda vez vino él mismo a encargarse del asunto. Esta vez me pegó dos balazos, uno en el estómago y otro en el cuello, que me lesionó la médula. Tampoco pudo matarme. Pero quedé cuadripléjica, condenada a una silla de ruedas y sin movilidad del cuello para abajo por el resto de mi vida. A él (Diego Adrián José Mateu) lo condenaron a 18 años de prisión. Apelaciones mediante, logró que le bajaran la pena a 16 años. Una simple cuenta y me sobreviene el terror: de esos 16 años, ya cumplió 12. El 27 de marzo de 2019 termina la condena de mi ex marido. Pensar que los dos podemos estar compartiendo territorio es terrible. Y judicialmente no puedo hacer nada para modificar mi futuro. El va a estar en la calle, va a ser un ciudadano más, porque ya fue condenado por la ley. Y yo voy a estar acá, en consecuencia, uno no sabe cómo va a terminar esto. Lo único que me queda a mí es que esto se sepa”.

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