Uruguay: abre una academia de ciencias para niños que pretende “hackear la educación”

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Una nueva academia para niños pretende «hackear la educación»

Sin materias y con proyectos impulsados por los propios estudiantes, esta semana empezará a funcionar una academia de ciencia y tecnología para 360 niños en Cordón, que propone «hackear» la educación formal inspirándose en modelos de Estados Unidos.

«Queremos generarles el apetito para que tengan ganas de cambiar el mundo», comenta Juan Manuel Petrissans, director de Sinergia Tech Academy e impulsor de este proyecto llamado After School (Después de la Escuela).

El objetivo es que niños de entre 8 y 14 años —de modo extracurricular y dos veces por semana durante dos horas— puedan aprender robótica, electrónica, diseño, programación y fabricación digital. Para lograrlo proponen, en palabras del propio Petrissans, «hackear la educación».

Consiste en invertir el proceso tradicional de enseñanza de la educación formal. En After School, en vez de aprender cada una de las materias por separado, los jóvenes deben proponer un proyecto para cambiar el entorno y las aprenderán todas juntas. Casi sin darse cuenta.

Por ejemplo, si están interesados en medio ambiente, quizás pueden proponer una idea para recoger la basura desparramada alrededor de un contenedor. «Podrán crear un prototipo de un brazo robótico que ayude a recogerla. Ahí están usando matemática, diseño, programación de una manera significativa para ellos», agrega.

En Estados Unidos, un centro educativo desarrolla todas las materias (matemática, física, biología) asociadas a los deportes extremos. «Porque los niños están interesados en ellas y buscan mejorar su performance en esa actividad», explica Petrissans. «Algo por el estilo es lo que buscamos acá».

Los padrinos.
La academia pevé el pago de una cuota mensual de 2.980 pesos. «Hay familias que lo pueden pagar, pero otras no», señala Petrissans.

Como quieren universalizar el acceso a todos los niños que pretendan estudiar en After School, llamaron a empresas que pudieran estar interesadas en financiar parte de esta iniciativa. Y en los últimos meses lograron acuerdos que permitirán becar a 20 niños.

En este proceso, detectaron que las decisiones corporativas son muy largas, por lo que pensaron en padrinos que ayuden en el financiamiento: «Son personas tal vez sin hijos o interesadas en causas sociales, que podrían tener interés en aportar a un proyecto como éste», agrega Petrissans.

Mediante este sistema, hay 16 niños que asistirán gracias al aporte de padrinos. Aspiran a llegar a 40 a lo largo del año.

Pero no solo es una relación económica. También es interpersonal. A lo largo del año, la academia generará actividades en las que el padrino podrá participar junto a su ahijado.

«Está bueno que ese niño sepa que existe una persona que le está abriendo la puerta para que esté acá. Queríamos ponerle rostro a la oportunidad», comenta Petrissans, quien también será padrino de la escuela que dirigirá. La escuela informará periódicamente al padrino cómo va evolucionando el alumno al que apoya.

Estos niños llegaron a la academia a través de los Centros de Desarrollo Económico Local de la Intendencia de Montevideo y centros juveniles presentes en varios barrios de la capital.

Un proyecto que interesó a Microsoft, a Disney y al Instituto de la Juventud.
Como la idea de la clase consiste en ponerse «manos a la obra», los docentes no realizarán largas exposiciones de los temas en After School, el proyecto ideado por Sinergia Tech Academy.

Por eso, intentarán incorporarles «microcápsulas de conocimiento» con videos de tres a seis minutos de duración. Los estudiantes podrán acceder a esos videos en cualquier dispositivo.

Si en una tarea domiciliaria no logran superar una dificultad, desde la academia abogan para que el propio alumno busque una solución en Google. «Así como pueden buscar cómo crear una cuenta en YouTube para ser youtubers, también pueden buscar sobre cualquier otra cosa», explicó Petrissans. «La idea es abrir un espacio donde las tecnologías de fabricación digital se acerquen a personas diferentes que quieren cambiar el mundo», dice Petrissans.

La iniciativa, que interesó al Instituto Nacional de la Juventud y a empresas como Disney y Microsoft, aspira a tener 360 niños a lo largo del año.

Sinergia Tech forma parte de la red Fab Lab (Laboratorio de Fabricación), regidos por el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

El País

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