Nicaragua: un informe mundial registra la muerte de tres líderes indígenas en 2017

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Los nombres de líderes indígenas asesinados el año pasado en el Caribe Norte como Camilo Frank López, Felipe Pérez Gamboa, y Celedonia Zelaya Point, aparecen en el listado de 312 defensores y activistas de derechos humanos asesinados en 27 países, según el informe anual 2017 de Defensores de Derechos Humanos en Riesgo de Front Line Defenders, publicado al iniciar el 2018 en Dublín, Irlanda.

En realidad fueron cuatro los activistas indígenas defensores de la tierra asesinados en Nicaragua durante 2017 y todos ocurrieron en el Caribe Norte, señala la presidenta del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica (Cejudhcan), Lottie Cunningham, pues junto a Celedonia Zelaya, juez indígena también fue asesinado su esposo José González, hechos ocurridos en septiembre del año pasado en Tungla, Territorio indígena Prinzu Awala, en el municipio de Prinzapolka.

Pérez, líder comunitario de Santa Clara, en el territorio indígena de Wangki Twi Tasba Raya, Waspam, fue el último asesinado el pasado año. El 26 de noviembre del 2017 regresaba de su parcela cuando un grupo de colonos accionó sus armas de guerra en su contra, segándole la vida.

Del total de activistas asesinados el año pasado, el 67 por ciento de estos defendía los derechos sobre la tierra, el medio ambiente y los pueblos indígenas, casi siempre en el contexto de los megaproyectos, la industria extractiva y las grandes empresas, dice Front Line Defenders.

De los casos rastreados, solo el 12 por ciento de todos los casos de asesinato dieron como resultado el arresto de sospechosos.

La impunidad por actos de violencia contra defensores de derechos humanos continúa permitiendo un ambiente de asesinatos frecuentes, dijo la organización.

El informe de Front Line Defenders detalla que 2017 se destacó por los ataques físicos, las amenazas, el acoso judicial y las campañas de desprestigio utilizadas por actores estatales, no estatales y corporativos para obstaculizar el trabajo de los defensores pacíficos de los derechos humanos (DDH) en todo el mundo.

De los casos para los cuales se recopilaron datos sobre amenazas, el 84 por ciento de los defensores asesinados recibieron al menos una amenaza de muerte específica antes de su muerte, revela el informe.

Además de la alta tasa de asesinatos en 2017, la criminalización siguió siendo la estrategia más común utilizada para obstaculizar el trabajo crítico de los defensores de derechos humanos.

En Nicaragua, la presidenta de Cejudhcan, expresó que aunque fueron menos los crímenes cometidos el año pasado contra activistas del sector en relación al 2016, “no queremos que la opinión pública vea la criminalización estadísticamente únicamente de esta forma”, pues ha habido otra violaciones de derechos humanos en las comunidades indígenas, ya que muchos de los niños muertos en esos territorios ha sido como consecuencia de las difíciles condiciones que enfrentan actualmente esas poblaciones entre las que mencionó el hambre y los problemas de salud y eso nadie lo contabiliza.

A esto se agrega la inseguridad que reina en las comunidades que vulnera sus condiciones alimenticias lo que ha provocado la extrema pobreza en los territorios indígenas pues la población no puede acceder a sus cosechas, sostuvo Cunningham.

La Prensa

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