Álvaro Ramis, teólogo chileno, ante los escándalos de abusos sexuales: «La Iglesia se olvidó de su misión central»

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Álvaro Ramis, teólogo chileno y doctor en Filosofía

 

Por Cecilia Escudero, de la redacción de NODAL

La Iglesia Católica en Chile atraviesa una profunda crisis y aún se está lejos de vislumbrar un final. Recientemente, el Papa Francisco aceptó la renuncia del obispo Juan Barros, foco de los escándalos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, y cuando tiempo antes éste había sido defendido por el propio Jorge Bergoglio. La salida del presbítero señalado de encubrir actos de pederastia, junto a la de otros dos obispos chilenos, recibió el aplauso de las víctimas y la Iglesia chilena lamentó el dolor causado. La decisión del Vaticano fue tomada luego de que Francisco recibiera la inédita disposición a renunciar de parte de los 34 obispos de Chile en el marco de los escándalos de abusos sexuales. Para entender este complejo panorama, NODAL conversó con el teólogo chileno y doctor en Filosofía Álvaro Ramis.

¿Cómo describe la crisis que atraviesa la Iglesia Católica en medio de los escándalos por abusos?

Se trata de una crisis muy profunda. Lo que ha salido a la luz es solo una punta del iceberg de un cierto vaciamiento de la misión de la Iglesia. Es decir, la Iglesia se olvidó de su misión central en función de un ensimismamiento, de una pérdida de sentido. De una reorientación de la Iglesia elitista que perdió su contacto con la base. En ese campo, cuando los verdaderos sentidos se pierden, evidentemente también hay personas que pierden el norte en su vida individual y ya no orientan su práctica cristiana de acuerdo a la lógica del Evangelio sino en razón de sus propios intereses personales, sus gustos y placeres.

¿Cómo evalúa los movimientos dispuestos por el Papa al interior de la jerarquía eclesiástica chilena?

La opinión pública lo ha recibido con bastante esperanza debido a que atacó el principal foco de conflicto que estaba en la diócesis de Osorno, que es sufragánea de la diócesis de Puerto Montt. Con los cambios de obispos dispuestos por el Papa, los nuevos administradores apostólicos en esas diócesis van a poder generar un clima de reencuentro entre los laicos de esas comunidades y reorientar la vida eclesial de acuerdo a una nueva etapa donde se escuche a las personas, se participe y se construya comunidad. Y esto se acompaña además con un cambio en la diócesis de Valparaíso, donde también han estallado nuevas denuncias y donde se debe esclarecer una serie de responsabilidades acumuladas fundamentalmente en la formación inicial de los sacerdotes, en el seminario, y que atañe a las responsabilidades de los obispos en este caso. Creo que Francisco ha atacado con estos nombramientos los elementos urgentes de la actual crisis. Falta ahora que el Vaticano pueda ahora recabar más información para pasar a una etapa de cambios mayores especialmente en la diócesis de Santiago que debería marcar un antes y un después en la vida eclesial chilena.

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