Una (in)consulta popular para entregarse al neoliberalismo más crudo – Por Paola Pabón, especial para NODAL

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Paola Pabón*

A un año de la consulta popular promovida por el presidente Lenín Moreno -con el objetivo de borrar del mapa político ecuatoriano a Rafael Correa y los logros de la Revolución Ciudadana- los resultados dan cuenta de lo que se veía venir: instalación de un modelo neoliberal con el beneplácito del FMI, retorno de la política entreguista y sometimiento a EE.UU. y una transformación de la estructura estatal a favor del sector privado, los grandes banqueros y con el aval de la prensa mercantil.

En menos de un año(hasta diciembre pasado) el gobierno ecuatoriano ha desplazado hacia la derecha su eje de acción, sus políticas económicas y no ha dejado de lado la persecución política, encarceló a tres periodistas por el solo hecho de haber trabajado en el gobierno de Correa, sin descontar lo más grave: cuenta en su haber la responsabilidad de no haber garantizado el rescate con vida del equipo periodístico del diario El Comercio, no salvar la vida de Diana Carolina Rodríguez, en un femicidio transmitido en vivo y en directo y con más de una veintena de policías contemplando el crimen, además del asesinato de Andrés Padilla, un joven afroecuatoriano, a manos de un policía en una carretera del norte del país.

El año 2018 Lenín Moreno desnudó su condición política y puso en marcha el programa de gobierno del Partido Social Cristiano y del banquero perdedor de las elecciones presidenciales Guillermo Lasso. Sumó a su gabinete a figuras de la derecha como su ministro de Finanzas Richard Martínez y a dos de sus ex adversarios políticos como Juan Sebastián Roldán y María Paula Romo. Y por si fuera poco perdió a dos de sus vicepresidentes por presuntos actos de corrupción que más huelen a venganza política para poner ahora a un representante de los grupos oligárquicos del Ecuador y a quien ha encargado prácticamente toda la gestión gubernamental.

Hasta sus antiguos aliados (o al menos quienes eran partidarios de aniquilar políticamente a Correa) ahora entienden que fueron también traicionados al implementar un plan neoliberal para la economía. Entre ellos están los sindicatos, el movimiento indígena, la izquierda maoísta, los ecologistas más ortodoxos y algunas figuras que aplaudieron la consulta, bajo el argumento del retorno de las libertades y la democracia plena.

Y algo más grave: el informe de la OEA sobre el desarrollo previo y posterior de acto electoral del 4 de febrero de 2018 prueba lo que ya se dijo en su momento: hubo graves irregularidades, entre ellas no contar con un informe constitucional de la Corte Constitucional para legitimar el apego a la Constitución para consultas de esta naturaleza. Todo se hizo violentando las formas y los contenidos para arrasar con toda la institucionalidad que esa Constitución, la de Montecristi, creaba. Para eso contaron con un Consejo de Participación Ciudadana Transitorio que sin contemplar ninguna formalidad impuso autoridades de control a su antojo y algunas de las cuales ahora están siendo investigadas por sus abusos y arbitrariedades.

El mundo entero sabe que afianzar la democracia implica garantizar todos los derechos y respetar las leyes y el ordenamiento jurídico. Pues en Ecuador ocurrió todo lo contrario: usaron la muletilla de re institucionalizar el país y en la práctica entregaron a la derecha del modo más morboso. Incluso, si Guillermo Lasso hubiera ganado las elecciones presidenciales no habría tenido tantas facilidades para el desbarajuste político y jurídico al que ha sumido al Ecuador el actual mandatario.

La Consulta Popular representó lo que Galeano describía como un diálogo entre el cocinero y las gallinas, cuando el primero les preguntó con qué salsa querían ser cocinadas. Al responder una de ellas que no quería ser cocinada, el chef le respondió que, tristemente, eso no estaba en discusión. Hoy la mayoría estamos fritos, cocinados y asados en la salsa del neoliberalismo, a la espera de que vendan las empresas públicas a precio de gallina enferma, los trabajadores pierdan sus derechos fundamentales si se privatiza la Seguridad Social y entregados a Estados Unidos en todos los sentidos, participando del linchamiento diplomático contra Venezuela y destruyendo instituciones históricas como Unasur y Celac.

Como dice una canción ecuatoriana: “Gracias te queremos dar señor gobierno, por permitir el infierno en que vivimos, si de hambre no morimos, moriremos de pesar, al ver que van a acabar con la Patria en que vivimos”.

(*) Dirigente del movimiento «Revolucion Ciudadana», ex Secretaria Nacional de Gestión de la Política de Rafael Correa y de Lenin Moreno.


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