¡Cuidado! ¡Pirañas en Itaipú! – Por Gustavo Codas

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El gobierno Lugo, electo con la bandera de la soberanía energética, despertó esperanzas que fueron respondidas positivamente por el acuerdo con Lula del 25 de julio del 2009. Entretanto el gobierno Abdo asumió sin ninguna propuesta relevante, y provocó espanto e indignación con su primer acuerdo firmado, el Acta Bilateral con el gobierno Bolsonaro, del 24 de mayo de este año. ¿Qué explica esa diferencia? Para nosotros la respuesta es el nuevo papel de las pirañas que acechan en Itaipú y que no están en el agua del río.

El espanto fue diferido por dos meses porque la firma se realizó a escondidas y la implementación de lo acordado solo no avanzó porque el cuerpo técnico de la ANDE opuso resistencia, haciendo que la salida de su presidente Pedro Ferreira fuera un hecho político y no “por motivos personales”. Aún hay mucho que aclarar sobre lo acontecido en esta materia desde que el actual gobierno asumió hace menos de un año. Sobre todo, en cuanto a responsabilidades político-personales y a motivaciones en lo actuado.

En nuestro país lo que más ha concitado la polémica es el perjuicio que ANDE sufriría en sus finanzas de aplicarse lo decidido en el Acta Bilateral. Y se entiende, porque obviamente tendrá como impacto un incremento importante de la tarifa que ANDE deberá pagar a Itaipú y que que la ANDE tendrá que cobrar por su vez al consumidor paraguayo.

A la gente del sector eléctrico llamó la atención que el Acta avanzara de manera arrolladora en una reivindicación de Eletrobras de que el “deplecionamiento” (*) para obtener más energía en el momento que el sistema eléctrico brasileño lo necesite, ahora fuera decisión apenas de los dos directores técnicos de Itaipú. Antes involucraba pedido de Eletrobras, anuencia de ANDE y estudio técnico que debía pasar por aprobación del Consejo de Administración – porque se trata de analizar las consecuencias que ese procedimiento puede tener en términos ambientales para la región y en términos de producción de energía para la usina –. Y, como era la reivindicación del gobierno Lugo, habría que discutir también cómo distribuir los beneficios adicionales de esa operación excepcional.

Pero, así como el Acta estuvo oculta por dos meses, la gran polémica que estuvo por detrás de la negociación no aparecía en el debate porque el “punto 6” fue borrado del documento (**). Es aquí donde aparecen las mordidas de las referidas pirañas.

El tema necesita de una pequeña explicación de antecedentes. Hasta ahora el uso por Brasil de la energía paraguaya de Itaipú se da por reglas establecidas en el Tratado, sus Anexos y en decretos y leyes vigentes en Brasil desde los años 1970 y que fueron actualizadas en la década del 1990. La energía de Itaipú entra con prioridad al sistema eléctrico integrado del Brasil, con la tarifa definida en el Consejo de Administración de Itaipú, siendo que el Brasil paga un plus por la parte paraguaya de esa energía, la “compensación por cesión de energía”, al Paraguay.

Desde el acuerdo Lugo-Lula se abrió la posibilidad de que la ANDE contrate parte de la energía paraguaya de Itaipú y la comercialice directamente – o a través de terceros – en el mercado eléctrico brasileño. Estábamos entrando en un periodo de transición entre las reglas aún vigentes y las que habrán de regir con la renegociación del Anexo C. Esa fue la situación propiciadora del aparecimiento de las pirañas.

El mercado eléctrico brasileño, desde las reformas neoliberales de los años 1990, tiene un fuerte componente especulativo y financierizado. Y además de las grandes empresas generadoras, de transmisión y de comercialización, hay una serie de empresas pequeñas que bregan por entrar en la compra-venta para ganar con los márgenes que están disponibles por las oscilaciones de precios. Son conocidas en el medio como las pirañas del mercado eléctrico brasileño.

En el 2008-9 estas acechaban las negociaciones que estaban siendo realizadas, pero la orientación estrictamente estatista y nacionalista que orientaba a la bancada negociadora encabezada por Jorge Lara Castro, como vice-canciller, y Ricardo Canese, como coordinador de la Comisión de Entes Binacionales de la Cancillería, ambos con apoyo del presidente Lugo, impedían su irrupción en las negociaciones. Es así que las pirañas solo consiguieron acceso a miembros de la dirección paraguaya de Itaipú que en 2008-9 defendían otra línea de negociación con Brasil, y que fue descartada por Lugo.

Las pirañas del sector eléctrico brasileño son conocidas en el vecino país. Tienen sus “lobbistas” actuando permanentemente, pero en Paraguay eran novedad. Supimos de su existencia en el 2008-9, y recién ahora irrumpieron en la escena pública paraguaya.

La cláusula del acuerdo del 2009 que le permite a la ANDE vender directamente al mercado brasileño era parte de una reivindicación histórica, porque permitirá vender por precio de mercado (el “precio justo”) y no más “ceder” por tarifa+compensación. Es decir, se trata de un paso importante en la conquista de la soberanía energética paraguaya. Pero trae nuevos desafíos para los cuales debemos estar preparados.

Ese mercado – contrariamente a lo que se oyó en algún debate público en estos días – no es igual a comprar-vender tomates. Como los mercados de energía con importante participación de empresas privadas en la generación, transmisión y comercialización no lo son.

Las reglas, riesgos y oportunidades del mercado brasileño son un terreno desconocido para el Paraguay. Tenemos hoy un consenso nacional de que el actual modelo de “cesión” es perjudicial al país, pero ¿cuál modelo de “venta” al Brasil consideramos que sería benéfico para el Paraguay?

Es eso lo que está en debate en esta crisis. El espanto paraguayo vino acompañado por la sorpresa de analistas brasileños, aunque talvez no por los mismos temas. Dicen los periodistas brasileños especializados en estas cuestiones que estas negociaciones Abdo-Bolsonaro son las primeras en las que las pirañas participan directamente de la mesa negociadora. Antes acechaban. Hacían lobby. Ahora con Abdo y Bolsonaro escriben el acuerdo codo a codo con diplomáticos y técnicos del sector.

La puja en torno a (escribir o borrar) el “punto 6”, opinan esos periodistas, parece que fue entre dos grupos de pirañas. Uno de ellos ganó por motivos obvios. Contaba con apoyo en lo más alto de las Altas Partes Contratantes. El otro grupo, el por ahora perdedor, cuya estrategia fue borrada del Acta, en Paraguay estaría agazapado provisoriamente en la trinchera patriótica.

Quien salvó la situación por ahora es gente de la gerencia técnica de ANDE. Su punto de partida ha sido defender la empresa pública como uno de los últimos bastiones del interés nacional frente a los intereses privados que quieren carnear y privatizar el sector eléctrico paraguayo.

Pero esa perspectiva no es suficiente. Estamos desde el 25 de julio del 2009 en una transición de modelos que debe culminar con la renegociación del Anexo C. La comercialización de la energía paraguaya de Itaipú Binacional en el mercado eléctrico brasileño es un negocio multimillonario que está siendo abierto sin que en Paraguay haya una discusión sobre quién se va a beneficiar con el modelo que será implementado. O cuáles son los modelos posibles y sus respectivos beneficios y riesgos.

El Paraguay sale de la maldición de la “cesión de energía” para entrar en un mercado donde acechan pirañas. Y el poder de éstas será mayor dependiendo de por cuál modelo de venta opten las autoridades paraguayas. Comenzamos mal. Con pirañas decidiendo la redacción del Acta Binacional del 24 de mayo pasado.

Notas

(*) Itaipú es una hidroeléctrica “a filo de agua”, es decir, todo el año opera con un nivel de agua en su reservorio (216 metros sobre el nivel del mar) que oscila poco. Agua que llega del Paraná y otros afluentes al lago se usa en las turbinas para producir electricidad o, si viene en exceso en relación a lo necesario para la generación en el momento, se tira por el vertedero en un espectáculo que puede ser apreciado por los turistas pero desperdicia hidroelectricidad. Cuando en situaciones críticas en el lado brasileño hay falta de energía eléctrica, Eletrobras solicita “deplecionar”, o sea, usar agua en cantidades que resultan en una reducción excepcional del nivel del lago para suministrar la energía que falta en el sistema eléctrico brasileño. Ese término (que no existe en la RAE) usado en castellano es una adaptación de la palabra portuguesa “depleção” que significa “ato ou processo de extração de um fluido”.

(**) Según dijo Pedro Ferreira el “punto 6” integraría un conjunto de medidas que podrían compensar las pérdidas de la ANDE con la nueva modalidad de contratación establecida en el Acta. La divergencia entre quienes quisieron incluir y los que finalmente borraron el “punto 6” era la modalidad de venta. Tan es así que la puerta quedó abierta, si no, leamos que en el Acta Bilateral se dice en el punto 1. que “La ANDE, o las empresas por ella indicadas, celebrarán contrato con Itaipu, …” Lo que dan a entender las versiones hasta el momento disponibles es que había dos modalidades en disputa: o alguna forma de adjudicación directa a la empresa favorita “A”, o una licitación con cartas marcadas a favor de la empresa favorita “B”. Como dijimos al comienzo, hay todavía mucho que deben explicar los negociadores oficiales, oficiosos e informales para despejar aspectos poco claros en su actuación,  y así permitir a la ciudadanía formarse una opinión definitiva.

Gustavo Codas


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