La movilización convocada por Juan Guaidó no logró la contundencia esperada

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La movilización de Guaidó no logró la contundencia esperada

Por Marco Teruggi

Desde Caracas. El 10 de marzo debía ser una fecha contundente en Venezuela: Juan Guaidó había convocado durante días a una movilización no solamente en Caracas sino en el conjunto del país. El llamado, retomado por el conjunto de la oposición, debía lograr volver a movilizar a una base social desencantada con su dirigencia y la falta de resultados.

La movilización estaba llamada a partir del este caraqueño para llegar al oeste, a la sede de la Asamblea Nacional (AN). La convocatoria iba a estar encabezada, según Guaidó, por diferentes sectores sociales y sindicales, como los trabajadores de la salud y de la educación. El objetivo era entregar un pliego de reivindicaciones al poder legislativo que afirma presidir.

El resultado, como suele ocurrir en los llamados de la oposición, fue otro: la movilización no logró contundencia esperada, fue encabezada por las estructuras partidarias menguadas, no llegó al oeste caraqueño, terminó sesionando en una plaza tradicional de la oposición en el este de la ciudad. Un déja vu.

El contexto del llamado a la movilización tenía elementos nuevos, tanto nacionales como internacionales. En lo nacional, el punto más importante, sucedió el pasado sábado cuando fue incendiado el galpón principal del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas, provocando una pérdida de la mayoría de las máquinas de votación.

El hecho fue reivindicado por un grupo armado autodenominado Frente Patriota Venezolano, donde, a través de un video difundido con una toma de siete hombres encapuchados y vestidos de militar, afirmaron haber incendiado el sitio, y se atribuyeron el ataque ocurrido el 11 de febrero en la ciudad de Valencia a los almacenes de CANTV, empresa estatal de internet y telefonía.

En el contexto internacional sucedieron dos elementos principales. En primer lugar, la visita del presidente de Colombia, Iván Duque, a la Casa Blanca, para reunirse con el presidente norteamericano, Donald Trump, encuentro en el cual fue planteada la centralidad de la agenda Venezuela para ambos países.

En segundo lugar, la visita de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, esta vez a Florida, donde se reunión con Trump para abordar centralmente la cuestión de Venezuela, y luego se reunió con el jefe del Comando Sur, Craig Faller, donde llegaron a acuerdos de cooperación militar entre ambos.

Esas dos reuniones con los presidentes de los países fronterizos claves de Venezuela, fueron leídas como una señal de profundización de la coordinación para los próximos pasos de la escalada contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro que lleva adelante el gobierno norteamericano.

Sin embargo, ni el incendio al centro del CNE y la aparición del grupo armado, ni la amenaza de que marzo será el mes de máxima presión desplegada por Estados Unidos, tuvieron su traducción en los acontecimientos del 10 de marzo.

El cierre de Guaidó fue el llamado a una nueva movilización para el día jueves, sin anunciar hora y lugar, lo que se tradujo en una nueva desilusión de quienes acudieron al llamado bajo la expectativa de que sucedería algo nuevo.

Mientras tanto, el chavismo realizó una movilización en el centro caraqueño, pasando delante de la AN, haciendo una demostración de fuerza que ya es característica de la dinámica política venezolana: ante una convocatoria opositora surge un llamado del chavismo para ocupar el centro de la ciudad.

La jornada tuvo un elemento central por fuera de las dos movilizaciones: las declaraciones del dirigente principal de Acción Democrática (AD), Ramos Allup, quien afirmó que participarán de las elecciones legislativas que tendrán lugar este año.

Sus palabras fueron particularmente importantes ya que AD es una de las fuerzas políticas centrales de la oposición, y oscila en permanencia entre la vía golpista y la electoral. Su procedimiento es conocido: apuesta al derrocamiento violento cuando parecen darse las condiciones para lograrlo, y retoma un discurso electoral cuando esa posibilidad entra en crisis.

Las declaraciones de Allup sucedieron un día después de que fuera anunciada la instalación del Comité de Postulaciones Electorales entre el chavismo y la oposición. Así, mientras por un lado tienen lugar acciones de fuerza y llamados de Guaidó a tomar las calles, bajo estrategia norteamericana, por el otro lado, avanza la construcción de acuerdos para las próximas legislativas.

Página 12


Gran marcha revolucionaria contuvo acciones violentas opositoras previstas para este martes

Decenas de miles de personas marcharon este martes 10 de marzo desde la plaza Morelos de Caracas hasta el Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional Constituyente, en respaldo al gobierno del Presidente Nicolás Maduro en un día en el que la oposición amenazaba con acciones violentas, luego de que el diputado opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino del país con apoyo del gobierno estadounidense, había convocado a ese mismo lugar para entregar un supuesto «pliego de conflicto» a la Asamblea Nacional, de la cual él también se considera presidente.

«Esta lucha es hasta lograr la salida y es por eso que debemos reactivar la calle», afirmó Guaidó según RT. En el pliegue de conflicto se indica que de no poder avanzar hasta la Asamblea Nacional, se debían «esperar instrucciones» del diputado opositor en torno a un «plan alterno».

La marcha opositora, que partió de la plaza Juan Pablo II en Chacao -el lugar donde Guaidó se autoproclamó Presidente en 2019, tuvo un respaldo mucho menor al que contaban las manifestaciones que él convocaba el año pasado. La movilización avanzó hasta Chacaíto, donde ocurrieron hechos violentos al toparse con la Guardia Nacional Bolivariana a la altura del centro comercial Expreso. Allí, encapuchados arremetieron con piedras contra los cuerpos de seguridad.

Tras ello, los manifestantes opositores se congregaron en la plaza Alfredo Sadel en Las Mercedes. «Sabíamos el plan de la dictadura y estábamos preparados», afirmó Guaidó en un tuit, indicando que estaba previsto desde el inicio trasladar a los opositores a la plaza Sadel.

Los manifestantes revolucionarios, por su parte, plenaron las avenidas México y Universidad en el centro de Caracas. Muchos portaban carteles en contra de las sanciones ilegales que el gobierno de Estados Unidos aplica contra de Venezuela, que han dificultado o impedido el ingreso de divisas al país y la compra de alimentos y medicinas.

Desde la avenida Universidad, Leopoldo Herrera, uno de los participantes entrevistados por la periodista Angie Vélez de Alba Ciudad, rechazó el plan violento de la oposición de «desconocer todos los logros hechos por la revolución en 20 años» y resaltó el nivel de conciencia de la población venezolana, que los medios de comunicación masivos intentan ignorar y menospreciar. «¡La marcha está bien grande, les invito a verla por televisión o donde la puedan ver!», dijo.

Arturo Cazal, militante revolucionario quien también ejerce como viceministro de fomento de la economía cultural del Ministerio de la Cultura, señaló que «todos los venezolanos estamos alertas ante esta situación que el Imperio nos ha impuesto. Este bloqueo criminal realmente nos ha puesto a todos unidos por una Venezuela mejor, que quiere paz y es próspera, que quiere decidir su destino».

«Independientemente de lo que quieran hacer, nosotros estamos por la paz», dijo Cazal para culminar.

Tras finalizar la movilización, el Presidente Nicolás Maduro expresó a través de la red Twitter que su masiva asistencia «es evidencia de que el pueblo venezolano apuesta por la paz, el desarrollo y rechaza la injerencia del gobierno de Estados Unidos, que pretende crear un escenario que justifique una intervención militar extranjera».

Compartiendo un video con tomas captadas por drones mostrando los manifestantes chavistas congregados en la plaza Morelos, Maduro señaló que quienes salieron a marchar lo hicieron «con profundo amor por la Patria. Una clara señal al mundo que Venezuela quiere paz, estabilidad y desarrollo, sin injerencia de ningún imperio ¡Dios bendiga al pueblo venezolano!».

Alba Ciudad


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