Argentina: reclamos desde las barriadas de Buenos Aires ante el crecimiento de casos de Covid-19 y la falta de agua

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El coronavirus se multiplica en las villas porteñas: murió una vecina de la 31

Por Federico Trofelli

Las barriadas populares de la Ciudad de Buenos Aires atraviesan su peor momento desde el inicio de la pandemia, en un contexto que amenaza ser explosivo. A los problemas estructurales de hacinamiento y acceso a derechos se sumó el crecimiento exponencial de casos positivos de coronavirus. Oficialmente, el número de contagiados en villas y asentamientos porteños llegó a 124, aunque la cifra podría trepar fuertemente puesto que hay otros 64 casos en estudio por contacto estrecho.

Ayer, además, se confirmó la primera muerte por Covid-19 en la Villa 31. Nacho Levy, de la organización La Poderosa, la identificó como Toribia Balbuena, de 84 años, la madre de la primera contagiada en el asentamiento y, que según las repetidas denuncias de ese colectivo, vivían en la misma vivienda con su marido y once personas más.

El total de positivos en los barrios vulnerables supera ampliamente el 10% de los infectados de toda la Capital, que al viernes por la noche eran 1197. Los barrios Padre Mugica (Villa 31) y Padre Ricciardelli (Villa 1-11-14) son los más complicados, con 57 y 48 casos, respectivamente. Siguen Ciudad Oculta (Villa 15), con tres; Villa 20 y Barrio Fátima, con dos; y la 21-24 y el Barrio Mitre, con uno. Además, desde el gobierno porteño confirmaron que hay otros diez casos en estos barrios, pero no especificaron dónde.

Desde todos los estamentos del Estado se había señalado la dificultad de que se respetara de manera estricta la cuarentena en estos lugares, dadas las deficitarias condiciones habitacionales, por lo que se contempló la posibilidad de aislamientos barriales, siempre y cuando se preservara al máximo la salud de las personas de mayor riesgo. El temor hoy es que las cifras se disparen y que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta no pueda controlar el brote.

“Todavía no existe ningún proceso de individualización sobre los grupos de riesgo que deberían ser aislados del aglomeramiento entre los pasillos estrechos e invisibilizados de la ciudad más rica del país, donde se cumplen 40 días de hacinamiento barrial obligatorio”, expresó Levy.

Según explica a Tiempo Héctor Guanco, integrante de la mesa participativa de urbanización del barrio Mugica, “empezamos a preocuparnos, porque estamos en un lugar muy cercano a los barrios donde se generaron muchos contagios (Recoleta, Palermo), pero también valoramos toda la cuarentena que hicimos hasta el momento, ya que de otro modo los casos se hubiesen quintuplicado”. Se queja del ritmo que le imprime el gobierno porteño a la provisión de la información y por cómo se tratan los casos sospechosos. “Desde la Secretaría de Integración Social y Urbana nos ningunean los datos. Notamos descoordinación con otras áreas. Tenemos familias que se autoaislaron porque alguno de sus integrantes dio positivo, pero si no los acompañamos nosotros, están solos”.

El referente barrial señala que ante la presencia de algunos síntomas, los vecinos llamaron al 107 pero no obtuvieron respuestas. “Tengo familiares de amigos que se fueron por sus propios medios a los hospitales Fernández, Rivadavia o a cualquiera de los tres Cesac del barrio para que los vean. No hay un seguimiento serio del entorno”, insiste Guanco.

Desde el gobierno porteño aseguran que cumplen con las medidas dispuestas ante cada sospecha. “Los contagiados están dentro del sistema de salud de la Ciudad, como el resto de los casos. Si son leves, van a hoteles, y si no, a los hospitales. En el caso de los aislados por contactos estrechos, permanecen en sus hogares con estricto aislamiento y seguimiento sanitario diario por parte del equipo del Ministerio de Salud”, indicó un vocero a este diario. “A su vez, desde Desarrollo Humano asistimos a todas las personas en aislamiento con alimentos y elementos de seguridad e higiene para que puedan cumplir con la cuarentena. En caso de presentar síntomas, se procede como con cualquier caso sospechoso”, subrayó la fuente consultada.

El testimonio contrasta claramente con la denuncia de La Poderosa. Levy asegura que desde la Ciudad les pidieron el teléfono de la familia de la mujer fallecida, que los funcionarios decían públicamente que habían sido aislados. Confirmada en la tanda de nuevos contagios, Toribia quedó internada el domingo pasado, igual que su esposo, y ayer murió.

“No leyeron, no escucharon, no respondieron, no reaccionaron: hace diez días tenían apenas 300 camas para 25 mil personas mayores que habitan la Ciudad en condiciones habitacionales infrahumanas, donde día por medio nos quedamos sin luz, donde se corta el agua con o sin cuarentena, donde no llega el gas, ¡donde no llega el Estado! Lo dijimos, lo gritamos, pero miraron para otro lado. ¿Y ahora qué dirán? Que ya estaba vieja, que no saludaba con los codos, que cuánta mala suerte, ¡siguen mintiéndoles a todos y acá ya llegó la muerte!”, finalizó su posteo Levy, con el hashtag #LarretaEsResponsable.

Sin acceso al agua potable

A pesar de la importancia del acceso al agua, elemento central de higiene en medio de la pandemia, hace más de una semana que distintos barrios vulnerables de la Ciudad no cuentan con la presión suficiente para abastecerse. La situación más complicada se da en la Villa 31 y en el Complejo Piedrabuena. El problema comenzó el sábado de la semana pasada y generó un innecesario cruce de responsabilidades sobre quién debía garantizar el servicio: si la empresa Aysa o el gobierno porteño. Finalmente, la cuestión comenzó a atenderse cuando organizaciones académicas, sociales y sindicales presentaron un amparo colectivo para garantizar, como condición esencial para la prevención del Covid-19 y el dengue, el acceso al agua potable segura en todos los hogares.

Al respecto, el secretario de Integración Social y Urbana, Diego Fernández, explicó que “la presión normal de entrada de agua al barrio es de 15 kg/cm². El domingo, por un problema en la Planta San Martín de Aysa, la presión bajó a 7 kg/cm². Esto afectó a muchos vecinos y vecinas”. Según el funcionario, mientras la empresa reparaba el problema, “organizamos un esquema con camiones medianos adaptados para entrar al barrio y motos cisterna para los pasillos, para que el agua llegue a cada familia”.

Tiempo Argentino


La Garganta Poderosa: 107 casos en la Villa 31: Nos estaban mintiendo

Recién ahora, después de amesetar la curva mediática en 48 horas de absoluto silencio, sin un solo dato sobre la explosión del coronavirus en el barrio que mantienen sin agua desde hace 7 días, salen a confirmar tardía y no casualmente los 83 casos del Barrio Mugica que La Garganta publicó el viernes, más los 24 nuevos positivos que ya tenían confirmados anoche, cuando todos los programas del prime time recogían los datos viejos como si no fueran los mismos que habían anunciado la noche anterior y la anterior.

Ahora sí entonces, para la siestita del domingo, las estadísticas oficiales blanquean 31 en la Villa 31 y 76 en la 31 Bis; otros 62 en la 1-11-14; 2 en Ciudad Oculta; 2 en la Villa 20; 1 en Rodrigo Bueno; 1 en Barrio Mitre; 1 Barrio Ramón Carrillo; 1 en la 21-24; 1 en Fátima, 1 en Piletones y 3 en «barrios populares sin precisar», ¿cuánto más tenemos que aguantar?

Es grave la violación del acceso al agua como derecho constitucional, en medio del aislamiento. Y es gravísimo que «de pronto» tengamos 182 infectados tan sólo en las villas de la Capital. Pero es todavía peor que haya tantas voces dispuestas a seguir invisibilizando la invisibilización: «El terror se basa en la incomunicación».

Larreta es responsable.

La Garganta Poderosa


Comunicado: “Denunciaremos el crimen en la villa, frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”

Por Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas, con el apoyo de todas y todos los abajo firmantes

Mediante un documento común, hoy apelamos a la responsabilidad de los funcionarios públicos, al compromiso de los medios de comunicación y a la conciencia de toda nuestra sociedad, para dimensionar y visibilizar la gravedad de la violación a los Derechos Humanos más esenciales en la Villa 31 de Retiro, donde ningún problema entre su titular y la empresa prestataria pueden justificar estos 9 días sin agua para más de 50 mil personas. Anteayer, una vecina del sector Bajo Autopista murió de coronavirus. Pero no sólo de coronavirus. Tenía 84 años, mantenía una salud estable y habitaba una enorme comunidad empobrecida, enclavada en la ciudad más rica de la Argentina. Murió por el abandono y la desidia que padecen silenciosamente 350 mil seres humanos hacinados en las peores condiciones de hábitat. No puede ser en democracia. No puede ser en silencio. No puede ser.

La primera víctima del Barrio Mugica, que podrían ser muchas más de no existir un enfático repudio social y una inmediata reacción estatal, vivía en una habitación de nueve metros cuadrados, con su marido de 85 años y su hija, que contrajo el virus; compartiendo un mismo baño con otras 11 personas. No los hisoparon, porque no tenían síntomas. Y tampoco los aislaron, porque recién 48 horas después de diagnosticar a su hija les pidieron “el teléfono de los padres” a los compañeros de La Poderosa, que tienen la captura de pantalla para probarlo. Una y otra vez, nos preguntamos cómo podría ignorar el jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que semejantes condiciones de pobreza estructural, en el distrito que gobierna una misma gestión hace 13 años, indefectiblemente quedarían en carne viva frente a una pandemia que ahora nos amenaza con una catástrofe. ¿Podía ignorarlo? No. ¿Podía ocultarlo? Sí.

Hoy, lunes 4 de mayo, la máxima autoridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cumple 10 días jugando a las escondidas, a espaldas de la sociedad. No hay que indagar demasiado para entender el porque. Ahora también en estas líneas queremos expresar nuestra preocupación frente a la responsabilidad, la ética y la sensibilidad del campo de la información. Pues la curva de contagios en la Villa 31 creció un 1900% sólo en cuatro días y el pueblo no recibió más datos oficiales sobre las villas porteñas, desde el jueves a la mañana hasta el domingo a la tarde, cuando livianamente reconocieron la información que gritaban los vecinos: «Los barrios populares saltaron a 182 confirmados en la Capital Federal», de los cuales 107 corresponden al territorio que dejaron sin agua, cuando sólo tenía 3 infectados. Y sí, la Villa 1-11-14 por ahora sigue teniendo agua, pero ahí también murió una mujer sumergida en la pobreza crónica y tampoco se tomaron las medidas del caso, para evitar la proliferación que ya infectó a 67 vecinos más.

¿Cómo puede parecerles normal? ¿Cómo puede ser que hayan aplanado 4 días la curva de las villas en los medios, ocultando la información oficial de la Ciudad? ¿Por qué no hicieron públicos los 83 positivos de la 31 que el Gobierno porteño tenía ya el último viernes, cuando los medios repetían esos «57 casos» del miércoles? ¿Cómo puede haber medios que reiteraran todos esos días el mismo dato, sin preguntar? ¿Cómo puede ser que AySA no detallara públicamente el problema técnico específico o que Galmarini no aclarara en toda la semana por qué no le correspondía atender el tendido interno? ¿Cómo puede ser que Rodríguez Larreta pretenda licuar su condición de titular, delegando el derecho constitucional al agua? ¿Cómo puede ser que no responda ninguna requisitoria de los medios, cuando su propio vicejefe de Gobierno reconoce que recibieron «8 mil» llamados diarios de los vecinos? ¿Cómo puede ser que funcionarios de alto rango intenten instalar «la normalización del servicio», una y otra vez, mientras los vecinos debaten si contagiarse buscando agua o contagiarse movilizándose para visibilizar su situación? ¿Cómo puede ser que no se indignen, ahora más que nunca, por la libertad de prensa?

¿Cómo puede ser que, sea cuanta sea la pauta oficial, se pueda silenciar un crimen tan brutal?

Y si todas esas garantías evidentemente no están dadas por la Ciudad o cualquier distrito provincial, habiéndose tomado ciertas medidas elogiables para el resguardo de los sectores populares al inicio de toda esta pandemia mundial ¿en qué instancia denunciará o confrontará con la Ciudad, el Gobierno Nacional? Bienvenida la mancomunión de la clase política por encima de los partidos y la cercanía necesaria más allá de las discordias de los debates políticos, pero ese marco de convivencia saludable no puede volverse bajo ninguna circunstancia un manto de silencio: todas y todos, debemos esbozar alguna reacción. Acá está la nuestra.

Aislados en la precariedad, los habitantes de las villas pasan a ser un indiscutible “grupo de riesgo”, masivo. Claramente, los mayores niveles de hacinamiento aceleran el contagio y deterioran la salud de quienes padecen enfermedades, ¿verdad? ¿No sabe Rodríguez Larreta que nadie puede enjabonarse cada dos horas, si pasa una semana entera sin agua? ¿No sabe que nadie puede atender consejos para el “aseo”, sin contar siquiera todavía con los sachets de agua potable que los informes de La Garganta exigían un mes atrás, cuando el corte era en Zavaleta? ¿De verdad nos vamos a escandalizar de ver “mucho movimiento en los pasillos”, cuando la gente debe salir de sus casas siete veces por día para cargar un balde, para buscar comida o para cumplir un trabajo informal? ¿Cómo pueden decir tan livianamente que “algunos vecinos no quieren aislarse”, como si no supieran los condicionamientos que sus propias políticas de hábitat les imponen, ahí donde siguen sucediendo los desalojos y los aumentos de alquileres que jamás quisieron regularizar? ¿Cuánto habrá que sufrir para que se materialicen los insumos, los horarios extendidos y el personal de las salitas barriales, ahí donde muchas veces no ingresan las ambulancias? ¿Cómo van a garantizar la dignidad a la hora de la muerte, ahí donde no garantizan la dignidad a la hora de la vida?

¿Hasta cuándo se van a lavar las manos?

Hoy ya no quedan dudas: esta pandemia sí distingue clase social y no afecta del mismo modo al conjunto de la población. Por eso, amén del color partidario que gobierne, todos los estamentos del Estado deben abordar de manera urgente y específica esta realidad que mantiene a miles de familias frente a un riesgo inminente, por la emergencia social, económica y sanitaria. Apenas 10 días atrás, cuando la Villa 31 tenía agua todavía y contaba sólo con tres casos positivos, el propio ministro de Salud de la Ciudad confirmó en persona tener apenas 300 camas preparadas por los Curas Villeros, para más de 25 mil adultos mayores que viven en condiciones inadmisibles. Lo hizo en el marco del respeto, la colaboración y el esfuerzo solicitado a esas mismas organizaciones que hoy pretenden censurar en los medios, mientras improvisan vagas respuestas.

Ya mismo, hoy, ahora, tarde pero ahora, necesitamos que quienes tienen la responsabilidad de gobernar dejen de mirar para otro lado y que asuman su rol como garantes del derecho a la vida, ese derecho que tan cruelmente le fue negado el sábado a una vecina de la Villa 31. No queremos una catástrofe. No la vamos a perdonar.
Está en sus manos.

…………………………

Acompañan este documento y nuestra denuncia,
frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos:

Rita Segato, Adrián Paenza, Wos, Elia Espen, Boaventura de Sousa Santos, Vicente Zito Lema, Liliana Herrero, Carlos «Sueco» Lordkinpanidse, Rita Cortese, Pablo Llonto, Sonia Alesso, Hernán Mala Fama, Diego Capusotto, Julieta Díaz, Alejandro Apo, Sandra Rodríguez Fuentealba, Pedro Saborido, Ingrid Beck, Francesc Orella (Merlí), Emilce Moler, Trueno, Soledad Villamil, Sebastián Wainraich, Facundo Sava, Berta Cáceres (h), Arbolito, Srta Bimbo, Darío Sztajnszrajber, Leonardo Sbaraglia, Luciana Peker, Norman Brisky, Joaquín Furriel, Marta Dillon, Juan Carlos Baglietto, Angela Lerena, Piñón Fijo, Pedro Brieger, Juan Carlos Monedero, Silvia Martínez Cassina, Carlos Belloso, Thelma Fardín, Ricardo Bochini, Juan Minujín, Norberto Liwski, Emanuel Álvarez Agis, César Gonzalez, Malena Pichot, Patricio Contreras, Diana Maffia, Osqui Guzmán, Fernando Signorini, Camila Sosa Villada, Sergio Maldonado, María Fiorentino, Alfredo Zaiat, Mirta Israel, Juan Cruz Komar, Alejandra Darín, Marco Teruggi, Susy Shock, Pablo Pimentel, Charo López, Lucas Fauno, Mariana Carbajal, Claudia Korol, Jorge Fandermole, Claudia Acuña, Liliana Daunes, Brenda Matto, Mariana Dopazo, Pablo Piovano, Louta, Marina Mariasch, Carlos Aznarez, Claudia Cesaroni, Ana Bianco, Pomu Sánchez, Christian Gonzalez D’Alessandro, Ana Cacopardo, Mirta Baravalle, Beverly Keene, Marcela Guerty, Jorge Fonseca, Nelly Minyerski, Verónica Gago, Gabriela Cabezón Cámara, Mariana Enríquez, Sergio Ciancaglini, Tilda Rabbi, Daniela Díaz, Susana Reyes, Mónica Scandizzo, Nora Zaldua, Margarita Noia, Maria Santucho, Pablo Russo, María Teresa Acosta, Paulina Gramaglia, Mabel Zurita, Pedro Peligro, Milagros Alarcón, Ana Careaga, Analía Rivadera, Beatriz Luque, Lita Stantic, Susana Zaldua, Pedro Galindez, Karina Batthyany, CLACSO, SipreBA, CISPREN, UTT, Jóvenes por el Clima, Futurock, Comisión Provincial por la Memoria, Familiares de Desaparecidos, CELS, Federación de entidades Argentino-Palestinas, INTA, La Nuestra – Futbol Feminista, CTERA, Asociación de Actrices Argentinas, Revista Cítrica, TecMe (Territorios Clínicos de la Memoria), Comunidad Educativa Isauro Arancibia, Revista MU, Canticuenticos, Fotógrafes x los barrios, Multisectorial Extractivista, Resumen Latinoamericano, Barricada TV, Centro Cultural La Toma, Familiares y Amigos de Luciano Arruga, Hotel Cooperativo Bauen, Sindicato Luz y Fuerza, Diálogo 2000, Periodistas Amigos de Cuba, Sindicato de Prensa de Rosario, Pañuelos en Rebeldía, COMUNA (Comuincadores de Argentina), Psicoanalistas de Buenos Aires.

La Garganta Poderosa


Suman 246 las víctimas fatales y 4.783 los infectados de coronavirus en el país

Nueve personas fallecieron por el nuevo coronavirus en las últimas 24 horas y se registraron 103 casos nuevos de la enfermedad en el país, con lo que el total de decesos llegó a 246 y a 4.783 el de infectados, informó esta noche el Ministerio de Salud de la Nación.

Según el reporte vespertino del Ministerio, fallecieron dos mujeres, una de 71 años, residente en la provincia de Buenos Aires y otra de 93, en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) y tres hombres; uno de 76 años, residente en la provincia de Río Negro y dos de 88 (nacionalidad paraguaya) y 77 en la provincia de Córdoba.

El reporte matutino había consignado cuatro decesos, el de un hombre de 75 años residente en la provincia de Buenos Aires y tres mujeres, una de 99 en la Ciudad de Buenos Aires (CABA); otra de 87 en la provincia de Buenos Aires y una de 69 en la provincia de Chaco.

Así, la cantidad de decesos en el país desde que se inició la pandemia es de 246 personas.

En tanto, del total de casos positivo, 4.783, 920 (19,2%) son importados, 2.076 (43,4%) contactos estrechos de casos confirmados, 1.314 (27,5%) casos de circulación comunitaria y el resto se encuentra en investigación epidemiológica.

Por distrito, la cantidad de casos confirmados y acumulados, respectivamente, es la siguiente: Provincia de Buenos Aires 38 y 1.715; Ciudad de Buenos Aires 49 y 1.304; Catamarca 0 y 0; Chaco 5 y 342; Chubut 0 y 4; Córdoba 1 y 304; Corrientes 0 y 49; Entre Ríos 2 y 27; Formosa 0 y 0; Jujuy 0 y 5; La Pampa 0 y 5; La Rioja 0 y 55; Mendoza 0 y 84; Misiones 0 y 24; Neuquén 0 y 110; Río Negro 6 y 248; Salta 0 y 4; San Juan 0 y 2; San Luis 0 y 11; Santa Cruz 0 y 49; Santa Fe 0 y 243; Santiago del Estero 0 y 15; Tierra del Fuego 2 y 145 y Tucumán 0 y 38.

El reporte vespertino del Ministerio de Salud agregó que Mendoza reclasificó hoy uno de sus casos que figuraba como confirmado, a descartado, por un error de carga.

Agrega que se incluyen «13 casos existentes en las Islas Malvinas según información de prensa (debido a la ocupación ilegal del Reino Unido, Gran Bretaña e Irlanda del Norte no es posible contar con información propia sobre el impacto del COVID -19 en esa parte del territorio argentino)».

Télam


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