CEPAL y FAO alertan sobre un aumento de la pobreza en la región y proponen un bono contra el hambre

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Alertan sobre un aumento de la pobreza regional y proponen bono contra el hambre

La población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe puede llegar a 83,4 millones de personas en 2020, lo que, de cumplirse el pronóstico, implicará un alza significativa en los niveles de hambre en la región, advirtieron ayer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En ese marco, ambas entidades -que dependen de la Organización de Naciones Unidas- propusieron la entrega de un bono de emergencia a las personas vulnerables y créditos blandos para los productores.

Alicia Bárcena, directora ejecutiva de la Cepal, llamó a intensificar los esfuerzos “para evitar que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria”, mientras Julio Berdegué, subdirector general de la FAO, alertó sobre el “riesgo inminente”, sobre todo en los países del Caribe.

“En América Latina podemos tener un retroceso histórico en la lucha contra el hambre, podemos perder lo que hemos logrado en 15 años en tan sólo un par de meses”. JULIO BERDEGUÉ

Durante una teleconferencia, Bárcena recordó que la crisis regional por la pandemia de coronavirus es “la más grande” en un siglo, con una caída prevista del PIB de 5,3%, tras siete años de bajo crecimiento, y aumentará la pobreza en más de 16 millones de personas, por encima de las 67 millones precedentes.

Ese sector no tendrá ingresos suficientes para cubrir la canasta alimentaria y abarcará al 25,2% de la población en áreas rurales (4,9 puntos más que en 2019) y 10,2% en zonas urbanas (1,8 punto más).

“La población en pobreza extrema aumentaría en 10,7 millones en áreas urbanas y 5,7 millones en áreas rurales”, hasta 53,4 y 30 millones, respectivamente, proyectó Bárcena.

Advirtió también que los precios de alimentos aumentaron por encima del promedio general, “sobre todo a partir de mediados de febrero, cuando se redujo la movilidad y hubo mayor incertidumbre”, a la vez que mencionó el impacto de las devaluaciones monetarias.

Berdegué, por su parte, señaló que América del Sur es un gran productor mundial de alimentos, aunque concentra a más de la mitad de la población en condición de hambre.

“En América Latina podemos tener un retroceso histórico en la lucha contra el hambre, podemos perder lo que hemos logrado en 15 años en tan sólo un par de meses”, alertó el representante regional de la FAO.

El Bono Contra el Hambre podría materializarse en la forma de transferencias monetarias, canastas o cupones de alimentos a toda la población en situación de pobreza extrema por un período de seis meses, y sería equivalente al 70% de la línea de pobreza extrema regional (US$ 47 de 2010).

Su costo equivaldría al 0,06% del PIB regional, si se entrega únicamente a los pobres extremos mayores de 65 años, o al 0,45% si se cubre a toda la población en esa situación.

La CEPAL y la FAO recomendaron la segunda opción, que tendría un costo estimado de US$ 23.500 millones.

Para los productores del sistema alimentario, en tanto, se planteó un incremento de al menos un 20% de la cartera promedio de créditos de los últimos tres años, que sumaría alrededor de US$ 5.500 millones, financiados por una línea especial de la banca multilateral y de las bancas de desarrollo.

Adicionalmente, para las unidades agrícolas familiares más rezagadas se propuso un kit básico de inversión (US$ 250) con un costo de US$ 1.700 millones en la escala regional,

“Ese aporte por única vez alcanzaría a 6,8 millones de fincas y sería utilizado para invertir en fertilizantes y semillas”, entre otros insumos, planteó Bárcena.

Berdegué, por último, instó a “garantizar la calidad de la alimentación en la pobreza extrema, ya que se van a agravar los problemas de sobrepeso y malnutrición”.

Télam


ONU: El hambre acecha a 14 millones de latinoamericanos a causa del coronavirus

Solo en once países de Latinoamérica y el Caribe el hambre acecha actualmente a 14 millones de personas que sufren de «inseguridad alimentaria severa» debido a las consecuencias de la pandemia de coronavirus en la región, reveló el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Un estudio realizado el año pasado por este organismo humanitario de la ONU indicaba que las personas bajo esa categoría eran 3,4 millones en ese entonces, pero en menos de medio año 11 millones adicionales no tienen qué comer cada día.

Si en el cálculo se incluye a quienes padecen de inseguridad alimentaria moderada, el problema afecta a 40 millones de personas en un grupo de países que comprende únicamente a aquellos donde el PMA tiene operaciones de ayuda.

Se trata de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras en Centroamérica; de Haití, República Dominicana y algunas pequeñas islas en el Caribe; y de Perú, Ecuador y Colombia en Sudamérica, dijo el director regional del PMA para la región, Miguel Barreto.

Esas subregiones han reportado hasta el momento a la Organización Mundial de la Salud más de 1,6 millones de casos de COVID-19.

La evaluación sobre la situación nutricional en Latinoamérica excluye a los países de mayor peso económico, como México y Brasil, así como Argentina, Chile, además de Venezuela, donde el organismo no tiene actividades.

En una conferencia virtual para la prensa acreditada ante la ONU en Ginebra, Barreto explicó que las cifras de inseguridad alimentaria que exponía estaban validadas por cada Gobierno y prefirió no aventurarse a estimar el número de personas que estarían en la misma situación en toda América Latina.

La pandemia de coronavirus se intenta contener con medidas de cuarentena que han detenido gran parte de la actividad económica de los países y causado una crisis de proporciones que se proyecta se extenderá al menos hasta el próximo año.

Las estimaciones de los organismos financieros internacionales apuntan a una contracción de la economía latinoamericana y caribeña del 6 % en 2020.

Mientras tanto, el PMA necesita recibir contribuciones por 400 millones de dólares para cubrir las nuevas necesidades alimentarias surgidas de la pandemia hasta fin de año.

Las personas más susceptibles de sufrir inseguridad alimentaria en la región son las que trabajan en la economía informal (entre el 50 % y el 70 % del total de trabajadores) y sus ingresos dependen de actividades del día a día que ahora no pueden realizar.

Uno de los aspectos más alarmantes de la situación que describió Barreto es que sus cifras no incluyen a Venezuela, donde la crisis socio-económica ya era gravísima antes de la pandemia y el PMA no tiene presencia desde hace 45 años.

No obstante Barreto indicó que el organismo se encuentra en negociaciones con el Gobierno venezolano para reanudar sus actividades el próximo año y que hay «buena voluntad» para llegar a un acuerdo.

Los países más afectados de la región

Quizás como señal de ese acercamiento, las autoridades permitieron que el PMA hiciese el año pasado una evaluación alimentaria independiente en Venezuela, que desveló que 2,3 millones de venezolanos sufrían de inseguridad alimentaria severa.

En los países en los que está presente, el PMA ofreció en 2019 asistencia alimentaria a más de cinco millones de personas, particularmente en zonas rurales, pero ahora está extendiendo su trabajo al medio urbano para aliviar el efecto del coronavirus entre los más pobres.

Pese a que la situación en general es muy mala en Latinoamérica y el Caribe, Barreto identificó las situaciones más graves, entre las que figura la de Haití, donde antes de la pandemia había 700.000 personas en inseguridad alimentaria severa, mientras que ahora son 1,7 millones.

Asimismo, mencionó el caso de la zona centroamericana conocida como el «Corredor Seco», que parte del sur de México hasta el norte de Panamá y con una alta tasa de pobreza extrema.

Allí la inseguridad alimentaria grave afecta ahora a 3 millones de personas frente a un 1 millón a finales del año pasado, periodo que coincidió con el fin de una fuerte sequía.

Otra preocupación mayor para el PMA son los cinco millones de migrantes y refugiados venezolanos. Se estima que la crisis del COVID-19 habría agravado la condición alimentaria de al menos un millón de ellos.

Barreto encomió los esfuerzos de países como Ecuador y Perú, que han intentado paliar los efectos sociales del parón de sus economías mediante transferencias de dinero a los más pobres.

Consideró que el Fondo Monetario Internacional debería intentar ayudar mediante créditos blandos para que los países puedan duplicar su gasto social.

RPP


Latam retomará en junio algunos vuelos directos entre Europa y América Latina

La aerolínea Latam restablecerá desde este junio algunas de sus rutas entre Europa y América Latina, aumentando de forma gradual sus operaciones dentro de los próximos dos meses, informó este martes la compañía.

Es así como a inicios de junio se retomó el trayecto Sao Paulo-Frankfurt, mientras que el pasado 15 de junio se iniciaron los vuelos Sao Paulo-Londres y Sao Paulo-Madrid, todos ellos con una frecuencia de dos veces por semana.

En tanto, el trayecto entre Lisboa y Sao Paulo y la ruta entre Madrid y Santiago de Chile, se reactivarán a partir de la segunda quincena de julio.

Los vuelos internacionales de Latam Airlines con destino y origen en Sao Paulo ya disponen de conexión con Santiago de Chile, mientras que se habilitarán conexiones con Montevideo en el mes de julio.

La aerolínea está restableciendo progresivamente sus operaciones con el objetivo de alcanzar en julio el 18% de su capacidad, hasta llegar a 13 destinos internacionales incluyendo Europa, Brasil, Chile y Ecuador

Cabe recordar que el pasado mes de abril y producto de la pandemia del coronavirus, Latam redujo sus operaciones de pasajeros un 95%.

Para fines de mayo, la compañía se acogió a la ley de quiebras de Estados Unidos en un proceso voluntario de reorganización y reestructuración de deuda.

Latam Airlines es la aerolínea más grande de Latinoamérica, nacida en 2012 de la fusión de la chilena LAN y la brasileña TAM.

El 2019 la compañía había adquirido gran notoriedad internacional cuando Delta Airlines decidió adquirir parte de su propiedad en conjunto con realizar una alianza entre ambas.

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