Gobierno de México vacuna a migrantes y canciller expresa voluntad para dar refugio a haitianos

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México inicia vacunación contra COVID a migrantes que cruzan por el país

A través del Instituto Nacional de Migración (INM), la Secretaría de Gobernación informó este lunes que México comenzó la vacunación en contra del COVID-19 de migrantes irregulares que se encuentran en el país.

Indicó que, hasta el momento, se ha aplicado la dosis a 99 personas extranjeras -23 mujeres y 76 hombres- provenientes de Cuba, Honduras, El Salvador, Guatemala, Venezuela y Haití, en jornadas de vacunación apoyadas por la Guardia Nacional y la Secretaría del Bienestar, con el debido resguardo del material de inoculación.

Anunció que personal del INM, en coordinación con autoridades estatales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), inició una campaña de vacunación contra la COVID-19 entre personas migrantes alojadas en la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, Chiapas.

Además -precisó- se proporcionó la vacuna Cansino -de una dosis- a elementos de seguridad y de la empresa que presta servicio de limpieza en estas instalaciones.

Para ello, se instaló un módulo móvil del IMSS en la sede migratoria, donde personal médico y enfermeros llevan a cabo estas tareas. La vacunación se extenderá a todas las personas en instalaciones del INM en Chiapas, adelantó el INM.

El INM, dependiente de la Secretaría de Gobernación, reiteró su compromiso por “mantener una migración segura, ordenada y regular, con plena salvaguarda y respeto a los derechos de las personas en contexto de movilidad”.

El Financiero


México no tiene inconvenientes en dar refugio a los migrantes haitianos: Marcelo Ebrard

México no tienen inconvenientes en darles refugio a los migrantes haitianos que tratan de llegar, a través de su territorio, a Estados Unidos, país que de hecho ya los está repatriando. Así los dio a conocer Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores mexicano, indicando que brindarán esa posibilidad “siempre y cuando respeten las leyes”.

Estas declaraciones se da en medio de la crisis que ha dejado a decenas de miles de varados en las fronteras norte y sur de México. Incluso la agencia Associated Press informaba la víspera que un funcionario mexicano, que quiso guardar anonimato, les había declarado en entrevista que el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, al igual que su vecino del norte, empezaría en los próximos días a deportar a los migrantes haitianos.

Por lo contrario, el canciller mexicano subrayó que el país “no tiene inconveniente en que puedan estar en nuestro país, siempre y cuando respeten las leyes de México”, declaraciones que se dan también luego de que casi 13.000 migrantes irregulares, en su mayoría procedentes de Haití, quedaron retenidos por las autoridades migratorias de Estados Unidos en un campamento improvisado bajo el puente internacional que une Del Rio, Texas, con la mexicana Ciudad Acuña, en Coahuila.

Los migrantes han estado cruzando desde el pasado martes a Estados Unidos y han desbordado a las autoridades migratorias, que han improvisado el campamento a la espera de ir procesando solicitudes de asilo o retornarlos a su país en aviones.

Los haitianos provienen de Brasil y Chile después de que, en agosto, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés) informó de la ampliación del programa del Estatus de Protección Temporal (TPS), un anuncio que traficantes están tergiversando, según el canciller Ebrard.

Ebrard también advirtió que, aunque México puede recibirlos, la mayoría de los migrantes haitianos “quiere ir a Estados Unidos”.

«Nosotros estamos ofreciendo todo tipo de soluciones, vía el Instituto Nacional de Migración, algunos han aceptado el refugio en México, yo creo que el 15 %, más o menos”, informó el canciller. La región lidia con un flujo migratorio histórico, con 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020, y un récord de 212.000 indocumentados detenidos solo en julio por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.

El Gobierno de México también ha recibido críticas por el despliegue de la Guardia Nacional y el Ejército en la frontera sur, de donde han surgido imágenes que muestran a los elementos mientras golpean a caravanas con migrantes de Haití y Centroamérica.

El secretario Ebrard comentó que México planteará “que haya un esfuerzo global y regional de apoyo a Haití porque sí tienen una situación muy difícil”.

En particular, buscarán que haya elecciones tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio pasado, y apoyo humanitario, como vacunas, alimentos y medicinas.

”Somos el país de América Latina que ha mandado más apoyo a Haití y ahora queremos pedirle a Estados Unidos y a otros países del mundo, a la ONU, que tomemos medidas para que se pueda encontrar una mejor situación en ese país”, aseguró.

El Gobierno de Estados Unidos insistió este lunes en que los migrantes que lleguen a la frontera sur del país de manera ilegal serán “devueltos” a sus naciones de origen, después del cruce masivo de los últimos días.

”Si viene a Estados Unidos ilegalmente, será devuelto. Su viaje no tendrá éxito y pondrá en peligro su vida y la de su familia”, dijo en una rueda de prensa en Del Rio (Texas) el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas.

Omnia


Migrantes haitianos regresan a México mientras el gobernador de Texas pide declaración de emergencia

Cientos de haitianos retornaban el lunes a México desde un extenso campamento de migrantes al otro lado de la frontera en Del Río, Texas, por temor a ser expulsados a su tierra natal, mientras autoridades estadounidenses organizaban vuelos de regreso a Haití.

El campamento debajo de un puente que cruza el río que divide la frontera es el último foco rojo para las autoridades estadounidenses que buscan detener el flujo de miles de migrantes que huyen de la violencia de las pandillas, la pobreza extrema y los desastres naturales en sus países de origen.

Los primeros vuelos de haitianos expulsados de ahí aterrizaron en Puerto Príncipe el domingo y al menos tres más estaban programados para aterrizar el lunes, según el sitio en internet de seguimiento de trayectos aéreos Flightaware.

La perspectiva de ser deportados movilizó a los residentes del campamento, algunos de los cuales atravesaron continentes durante meses para llegar a la frontera.

«No pueden enviarnos de regreso a Haití porque todo el mundo sabe cómo es Haití en este momento», afirmó el migrante haitiano Wildly Jeanmary a última hora del domingo, vestido solo con calzoncillos y parado en el lado mexicano del río después de cruzarlo.

Empapado, citó el asesinato presidencial de julio como una razón para no regresar con su esposa y su hija de dos años al país más pobre de América. Haití también fue golpeado por un gran terremoto el mes pasado.

El campamento en Del Río, Texas, ha sido el hogar temporal de 12,000 migrantes en algún momento. Muchos partieron desde tan al sur como Chile para llegar allí, con la esperanza de solicitar asilo en Estados Unidos.

El lunes, un flujo constante de inmigrantes de raza negra, en su mayoría haitianos, cruzó el río de regreso a México, incluidas familias con niños pequeños. Cargaban sobre sus cabezas mochilas, maletas y pertenencias en bolsas de plástico.

Del Río se encuentra al otro lado de la frontera con Ciudad Acuña, ubicada en el lado mexicano del Río Grande.

Otro migrante haitiano que se encuentra actualmente en una carretera en el lado mexicano explicó a Reuters que él y otros están viajando al puerto de Tampico, en la costa norte del Golfo de México, con el objetivo de prepararse para su próximo paso tras enterarse de las medidas de Estados Unidos en Del Río.

Un hombre, sin embargo, argumentó que solo había regresado a México en busca de comida para llevar a su familia en el campamento. Confesó que todavía estaba decidido a quedarse en Estados Unidos.

Esperanzas de asilo

El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, iba a viajar el lunes a Del Río para encontrarse con funcionarios locales.

El domingo, Mayorkas imploró a los migrantes que renunciaran a su viaje hacia el norte, argumentando que el Gobierno «no tiene más remedio» que expulsarlos.

Si bien Joe Biden reculó en muchas de las acciones de inmigración de su predecesor Donald Trump al iniciar su presidencia, dejó en marcha una política de expulsión generalizada de la era de la pandemia del coronavirus por la que la mayoría de los migrantes atrapados cruzando la frontera entre Estados Unidos y México son rápidamente devueltos.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, publicó el lunes una carta dirigida a Biden, solicitando una declaración de emergencia para ese estado sureño como resultado de lo que llamó la crisis fronteriza en curso y refiriéndose específicamente a la situación en Del Río.

Abbott dijo que la cantidad de personas en el campamento llegó a 16,000 el sábado.

No todos ahí vieron frustradas sus esperanzas.

El migrante venezolano Melvin Azuaje, de 31 años, y su hermano menor Manuel, de 11, explicaron a Reuters que iban a volar al estado estadounidense Carolina del Sur, donde los esperaba un primo, después de que se procesaran sus solicitudes de asilo.

Azuaje, quien detalló que tomó la custodia de Manuel después de que su madre murió de cáncer, reveló que habían estado en Del Río durante más de una semana, primero pasando dos días debajo del puente antes de ser trasladados a un centro de procesos migratorios.

Melvin manifestó que estaba ansioso porque Manuel, quien ama el béisbol y las matemáticas, comenzara una nueva vida.

«Se me está poniendo la piel de gallina», indicó mientras transitaba por el aeropuerto de Dallas el domingo por la noche.

El Economista


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