La influencia cultural del anime en Latinoamérica – Por César Saravia

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Por César Saravia*

¿Qué es el anime y por qué es tal su influencia en Latinoamérica? ¿Cuáles son los programas más populares en Argentina? Charlamos con Sergio Castro, profesor de manga en el Centro Nikkei Argentino para reflexionar sobre este fenómeno cultural y visual. 

El anime es quizás un fenómeno cultural y visual originado en oriente que ha logrado mayor influencia en el mundo occidental. Un título que quizás, solo sea disputado por el reciente boom de la estética K-Po.  Sus orígenes son situados a finales de la segunda guerra mundial, en una búsqueda por la sociedad japonesa de contar otros relatos, generar entretenimiento, pero al mismo tiempo competir con la creciente influencia de la animación estadounidense, en particular con la de Disney.

Antes del anime estuvo el manga, dos géneros que no pueden entenderse así mismos por separados y detrás de los cuales hay un número grande de seguidores. Y es que se puede estar muy adentro del mundo del ánime, por ejemplo siendo un Otaku, o disfrazándose de tus personajes favoritos, así como simplemente disfrutar de una buena serie, al estilo Death Note, o película, con Hayao Miyazaki como uno de los principales influyentes. Personajes como Gokú o Pikachu, llegaron a tener una influencia en latinoamérica, a partir de la década de los 90, que la del propio Mickey Mouse de Disney.

Pero para conocer más hablamos con Sergio Castro, quien es profesor de manga en el Centro Nikkei Argentino. Sergio se define a sí mismo como una persona que se enamoró del anime hace unos años, y que hoy tiene el privilegio de enseñar manga.

¿Cuál es el origen del anime? ¿Qué lo diferencia de otros géneros en Japón?

El origen de la animación en Japón es producto del éxito que tuvieron las animaciones extranjeras ahí. Ello llevó a los productores a plantearse la oportunidad, la conveniencia de plantear historias, con contenidos y temáticas específicos para el público japonés. En 1907 aparece Katsudō Shashin, el primer anime que se conserva. Lo que conocemos hoy en día como animé, en cuanto estilo y temática, se origina a partir de la posguerra. O sea, el final de la segunda, y la influencia de Osamu Tezuka, el creador de Astroboy, que prácticamente sentó las bases de los géneros del manga moderno: manga para chicas, chicos y adultos jóvenes. Ese ordenamiento en subgéneros se trasladó al mundo del anime, y sigue vigente hoy en día.

Osamu Tezuka fundó su propia compañía, Mushi Productions, y su primera producción para televisión fue Astroboy, que alcanzó un gran éxito. Otra empresa clave en el mundo de la generación Toei Doga, ahora llamada Toei Animation, se fundó en 1958, y se formaron ahí figuras claves del anime como Isao Takahata y Hayao Miyazaki. Esta compañía fue pionera en usar recursos digitales, en la producción de dibujos animados, a partir de 1993. Estos recursos, hoy día, se implementan en todos los anime producidos en Japón.

¿Cuál es la diferencia entre el manga y el anime? 

La diferencia fundamental se da en las posibilidades técnicas que permite el dibujo animado, en cuanto a movimiento, efectos especiales y de sonido. Sobre todo, la dimensión que añaden los actores y actrices de voz. Algunos de quienes se encargan de las voces de personajes populares son prácticamente estrellas en Japón. El anime es como una especie de imaginación ampliada, del lector o lectora de Manga. Comúnmente los anime que tienen como origen el manga, que son la mayoría, sufren cambios impuestos por los productores que consideran que lo hace más atractivo al público televisivo. Para los y las lectoras de manga, esto no es bien recibido porque prefieren una adaptación más cercana a la original.

¿Por qué crees que el anime tuvo tanto éxito en Latinoamérica?

Yo creo que el anime tuvo mucho éxito en Latinoamérica por la intensidad, la variedad y novedad en cuanto a temáticas y argumentos. Que va mucho más allá del sesgo casi exclusivamente infantil que predominaba en el dibujo anterior que predominaba en antes del anime. En el anime se encuentra drama, acción, aventura, que son elementos que junto con una estética muy atractiva, interesan a un público mucho más amplio.

¿Cuáles son los animes más populares en Argentina? 

Los más populares comenzaron siendo los emitidos por la televisión por aire en los años 70. Cuando apenas había en la Ciudad de Buenos Aires 4 canales, cinco en el mejor de los casos, en donde seguir la programación. Algo casi inimaginable para los jóvenes de hoy en día. Títulos muy destacados en aquellos tiempos fueron Astroboy, Heidi, Candy Candy o Meteoro. Que son referencias culturales que todxs quienes fueron niñxs en esa generación, recuerdan. Luego a partir de los 80, con la llegada del video doméstico y la televisión por cable, la oferta se amplió y una de las series estrellas de la década fueron, por ejemplo, Robotech y Mazinger Z. Robotech fue una fusión estadounidense de tres animes japoneses que fue muy popular entre niños y jóvenes por los avanzados diseños de los vehículos, las naves futuristas, y los carismáticos personajes. Siguieron muchos títulos como Dragon Ball, los Caballeros del Zodíaco, Sailor Moon, Sakura Card Captor y muchos otros más. Hoy en día dado las grandes posibilidades que ofrece internet, se pueden seguir los estrenos en Japón, de las series de televisión estrenadas ahí. Apenas son subidos a la red, capítulos subtitulados por entusiastas, ya están disponibles para que lxs aficionadxs puedan verlo. De esta manera, seguidores de grandes títulos japoneses de estos días como Naruto, One Piece, Jujutsu Kiatzen, y muchos más los pueden disfrutar muy poco tiempo después de ser emitidos en Japón.

¿Cuál es el rol del anime en cuanto a influencia cultural de Japón en occidente? 

El anime es un ejemplo claro del llamado “soft power” o poder blando, como lo rotulan los investigadores estos temas sociológicos o de política internacional. El poder blando es una influencia positiva que Japón produce exportando este producto cultural, el anime y el manga, este fenómeno es opuesto al poder duro. Esto es un gusto que exporta Japón y que ha sido adoptado por gente de otras latitudes.

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