Brasil | La agenda de Lula en China: prevé firmar acuerdos, atraer inversiones y hablar de Ucrania

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Lula en China: prevé firmar más de 20 acuerdos y negociar la paz en Ucrania

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, finalmente partió hacia el gigante asiático. Luego de posponer el viaje -que debía hacerse en marzo- por una neumonía leve, el brasileño sigue firme en la búsqueda de instalarse en la agenda global y relanzar su economía. Por eso, el extenso y agitado cronograma en el país que ostenta el lugar de mayor socio comercial desde 2009: prevé la firma de más de 20 acuerdos, buscar y atraer inversiones para la reindustrialización del país y trabajar en un club de paz para frenar la guerra en Ucrania.

“En China vamos a consolidar nuestra relación. Creo que (el viaje) es extremadamente importante porque China es hoy un socio esencial para Brasil y para América Latina. Después de que el Partido de los Trabajadores dejó la presidencia, la relación se apagó un poco”, declaró Lula en el programa A Voz do Brasil, antes del viaje. Además, adelantó que invitará a Xi Jinping al país sudamericano.

El avión presidencial del mandatario salió en la mañana de este martes desde la base aérea de Brasilia y se despidió del vicepresidente Geraldo Alckmin, quien quedó encargado de la jefatura del Estado hasta el regreso de la gira. El viaje -esperado, planeado y negociado- se lleva a cabo, además, en el año en el que se marca el cincuentenario de las relaciones comerciales entre Brasil e China, cuyo primer intercambio registrado data de 1973, un año antes del establecimiento de las relaciones diplomáticas sino-brasileñas.

Por su parte, Lula, que cumplió 100 días de gestión, busca relanzar las relaciones con China -en el tercer viaje que realiza (2033-2010)- luego que el Gobierno del expresidente Jair Bolsonaro mantuvo vínculos tensos. Sobre todo, entre la embajada china en Brasilia y el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, quien habitualmente aparecía con una bandera de Taiwán.

Pese a ello, el gigante asiático continuó primero en la lista de socios comerciales. Algunos números dan cuenta de ello: en 2022, el producto brasileño más vendido para el mercado chino fue la soja, con 36% del total de lo exportado; seguido por el hierro con 20% y petróleo con 18%. El perfil de la exportación, indicó Agencia Brasil, cambió un poco entre enero y febrero de este año, con el petróleo al frente con el 23% de las exportaciones, seguido por la soja (22%) y el hierro (21%).

La Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil), por su parte, informó que en 2022 el flujo comercial alcanzó un récord de 150,5 mil millones de dólares, con exportaciones brasileñas de 89,7 mil millones e importaciones de 60,7 mil millones de dólares.

La agenda de Lula

Lula hará su primera parada será en Shanghái, en donde participará de la asunción formal de su compañera y ex presidenta brasileña Dilma Rousseff (2011-2016) como titular del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), el brazo financiero de fomento de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que es visto como una alternativa al Banco Mundial. Por la tarde, en tanto, asistirá a un seminario empresarial con más de un centenar de representantes de empresas brasileñas y chinas y, el jueves, tiene prevista una visita a la gigante de las comunicaciones Huawei, empresa vetada por Estados Unidos en la disputa por la implementación de la tecnología 5G.

Según informó la oficial Agencia Brasil, en la noche del jueves viajará a Pekín. Allí, el viernes, mantendrá un encuentro con el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Zhao Leji, en el Gran Salón del Pueblo. Allí, además, participará de una ceremonia y hará una ofrenda floral en la Plaza de Tiananmen; y por la tarde, se encontrará con líderes sindicales.

De nuevo en el Gran Salón del Pueblo, se reunirá con el primer ministro de China, Li Qiang, y luego será llevará la tan esperada ceremonia oficial para el encuentro con el presidente Xi. El encuentro tendrá una instancia abierta, otra cerrada y una más para la firma de acuerdo bilaterales. Al finalizar, se realizará una conferencia de prensa y se emitirá un comunicado conjunto. El regreso al país tendrá una pausa en Abu Dhabi, capital de los Emirados Árabes Unidos, en donde se llevará a cabo una visita oficial cuya agenda aún no fue difundida.

Bajo el paradigma de “Brasil está de vuelta” planteado desde su campaña, el mandatario cumplió con el retorno a dos de los organismos multilaterales regionales de los que se había salido por decisión de la anterior gestión: lo hizo en Argentina a la Comunidad de países Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y, la semana pasada, siguió esos mismos pasos con la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur).

Los ejes del encuentro con Xi

Lula llegará a China con una comitiva enorme, conformada por funcionarios, ministros, gobernadores, parlamentarios, empresarios y sindicalistas. Además, lo hará con una veintena de acuerdos ya casi cerrados, para lo cual sólo -en algunos- resta la firma de los mandatarios. Con la determinación que lo caracteriza, además, buscará hacerse lugar en la agenda global como país garante y propulsor de la paz en el mundo. Para ello, llevará a su par Xi, una propuesta para lograr el cese al fuego en la guerra de Rusia y Ucrania, tal como lo hizo también con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; y por el que el mandatario francés Emmanuel Macron manifestó simpatía vía Twitter.

En este caso, Lula reveló parte de su iniciativa: conformar un club de paz entre países que no estén involucrados directamente y que Ucrania no reivindique el territorio de Crimea, que Rusia devuelva los territorios anexados del este de Ucrania y que la OTAN se aleje de la frontera rusa.

En cuanto a los acuerdos alcanzados y previstos, se sabe:

La ApexBrasil informó a fines de marzo que formalizó una serie de pactos en el marco de las negociaciones previas con China. Entre ellos, señaló la alianza con la empresa Venture Cup China y con Beijing Hycore Innovation. Además, empresas brasileñas como la automovilística BMV global; la multinacional Vale -que opera en los sectores de minería, logística, siderurgia y petróleo-; y Suzano -una de las mayores productoras de celulosa del mundo-, entre otras, también firmaron acuerdos para fomentar la innovación, la sostenibilidad y más alianzas en diferentes sectores de la economía brasileña y china. Energías renovables, comercialización de créditos de biodiversidad, asociaciones para apoyar el desarrollo de startups brasileñas en China, transferencia de conocimiento e investigación científica en la fabricación de acero con bajo contenido de carbono, son sólo algunos de los puntos que comenzarán a trabajarse a partir de ahora de manera conjunta.

En tanto, el punto más importante está en los acuerdos con las instituciones bancarias chinas. Tal como ya se barajó ambos países buscan desligarse de la dependencia del dólar como moneda de intercambio. Dos de estos acuerdos ya fueron firmados a principios de este mes, tal como anunció Apex: el banco brasileño BBM, con sede en la ciudad de Salvador y controlado por el chino Bank of Communications (BoCom) entra al CIPS (China Interbank Payment System), que es la alternativa china a Swift, con esto, la expectativa es «reducir los costos de las transacciones comerciales con el intercambio directo entre real y el yuan -las monedas de ambos estados-«, informaron desde la Agencia. El banco será el primer participante directo de este sistema en Sudamérica, indicaron.

La sucursal brasileña del Industrial and Commercial Bank of China (ICBC, por sus siglas en inglés) se convertirá, en tanto, en el banco de compensación de yuanes en Brasil. Esta flexibilización de las restricciones tiene como objetivo promover aún más el comercio bilateral y facilitar las inversiones. En este caso, Chile y Argentina ya tienen acuerdos similares para acceder a créditos chinos destinados al mejoramiento de infraestructura.

Otros acuerdos 

Se prevé la construcción y lanzamiento en órbita de un satélite «sino-brasileiño», según informó el Diario do Centro do Mundo, que posibilitará un avance en la calidad de imagen y monitoreo del desmonte forestal en la Amazonía y otros biomas del país sudamericano. El CBERS 6 permitirá al radar monitorear la floresta con nubes. El programa CBERS (Satélite Sino-Brasileño de Recursos Terrestres) ya produjo y colocó en órbita seis satélites. El primero de ellos, en 1999 y el último en 2019. Desde el inicio, la inversión ya pasa los 300 millones de dólares.
Además, buscan acordar cooperación en áreas de deportes y cultura, para la producción de coproducciones televisivas.

En la lista de memorandos también se encuentra uno vinculado al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), también existe una línea de crédito en vista, medioambiente, educación, ciencia y tecnología, finanzas, protocolos sanitarios y fitosanitarios ligados a productos del agronegocio, entre otros puntos.

“Tenemos una delegación récord de alrededor de 240 empresarios registrados. Es un número muy grande. Solo de la agroindustria tenemos unos 90 representantes. Estarán representados los más diversos sectores, desde tecnología, innovación, construcción. Tendremos un evento empresarial de día completo con alrededor de 400 a 500 asistentes. La demanda es impresionante”, comentó el secretario Daniel Fernandes, del Departamento de Promoción Comercial, Inversiones y Agricultura, en la previa al viaje.

En tanto, entre las figuras sindicales, participará el presidente nacional de la Central Única de los Trabajadores (CUT), Sérgio Nobre: “Las inversiones chinas son muy bienvenidas, pero es preciso informar que las legislaciones laborales y ambientales brasileñas tienen que ser respetadas, con transferencia de tecnología”, indicó en un comunicado difundido por la organización y agregó que la intención es también “dejar en claro” que en el país hay sindicatos y “que las inversiones deben generar empleos de calidad en Brasil”. El dirigente estará en el encuentro de líderes sindicales que se realizará el viernes.

El Destape


Lula na China: entenda o estado atual da relação entre a potência asiática e o Brasil e o que pode mudar com visita

Por Felipe Gutierrez

O presidente Lula vai visitar o presidente Xi Jinping, na China, na terceira viagem internacional de seu terceiro mandato.

O líder brasileiro e sua comitiva estarão na China a partir de quarta-feira (12). Essa é a segunda data da viagem: Lula iria no fim de março, mas teve que mudar por causa de uma pneumonia. Originalmente, ele iria participar da posse de Dilma Rousseff como presidente do Banco dos Brics, mas a viagem tem como principal meta uma tentativa de restaurar uma boa relação do Brasil com a China —especialmente em nível presidencial.

A China é o país que mais consome produtos brasileiros, o que já é motivo suficiente para uma aproximação, mas, segundo especialistas, além disso, a atual política externa brasileira busca por uma equidistância das grandes potências, Estados Unidos e China (veja mais abaixo).

Abaixo veja as principais características da relação entre os dois países atualmente e como ela pode evoluir nos próximos anos, segundo analistas ouvidos pelo g1:

  • A mudança de governo e de retórica no Brasil
  • Os acordos de cooperação tecnológica
  • Os interesses que cada um dos dois países têm
  • O que o Brasil pode ganhar com uma renovação da relação
  • Cada um no seu quadrado: política de não interferência

A mudança de governo e de retórica no Brasil

Quando o ex-presidente Jair Bolsonaro esteve no poder, havia um discurso antichinês na gestão do Ministério da Relações Exteriores. O próprio Bolsonaro afirmou, durante a pandemia, que o Brasil não iria comprar vacina da China. A principal pessoa ligada ao ex-presidente que antagonizou com os chineses foi um de seus filhos, Eduardo.

Eduardo Bolsonaro atacou a China pelo menos duas vezes:

– Em março de 2020, ele disse que a culpa pela pandemia de coronavírus era da China;
Em novembro daquele ano, afirmou que apoiava uma aliança global para um 5G «sem espionagem da China».
– Os chineses responderam: afirmaram que esse comportamento poderia gerar «consequências negativas» na relação entre os dois países.

O professor André Reis da Silva, professor de Relações Internacionais da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), afirma que a retórica antichinesa do governo Bolsonaro foi diminuindo ao longo do tempo. «Havia uma certa desconfiança (por parte dos chineses) e uma desaceleração de projetos (os dois países tem um conjunto amplo de acordos, tem projetos em diversas áreas), mas os chineses são sutis, eles não são intempestivos», afirma Silva.

O professor Yi Shin Tang, do Instituto de Relações Internacionais da USP, afirma que a visita tem um significado importante: o próprio presidente vai, e não apenas o ministro de Relações Exteriores, por exemplo.

“A visita de agora, para além do diálogo e da intenção de estabelecer boas relações, é uma oportunidade de o Brasil sinalizar que há interesse por novos acordos específicos de cooperação técnica e econômica, e tentativa de posicionar o Brasil na comunidade internacional. O Brasil quer ganhar espaço no grupo dos Brics, hoje monopolizado pela China, ter voz mais ouvida na Organização Mundial do Comércio e ter um alinhamento com os chineses na agenda verde, por exemplo”, diz Tang.

Acordos de cooperação tecnológica

Brasil e China devem assinar 20 novos acordos entre os países —inclusive em áreas como esportes e cultura (para incentivar coproduções).

«A gente sabe que há 20 acordos de cooperação, mas não sabemos quais são as prioridades estratégicas», afirma o professor Tang, da USP.

Um dos acordos é o prosseguimento da cooperação do programa de satélites (o nome oficial do programa é Satélite Sino-Brasileiro de Recursos Terrestres, mas também é conhecido pela sigla em inglês, CBERS).

O acordo existe desde 1988 e vários satélites já foram lançados por meio dele. «É um programa que funciona. No Brasil, serve principalmente para monitoramento de desmatamento da Amazônia, tem uma boa qualidade de imagem», diz o professor Silva, da UFRGS.

Há planos para lançar um novo satélite. O último é de 2019.

O que o Brasil pode ganhar com uma renovação da relação

A relação entre os dois países, hoje, é muito assimétrica, segundo Tang. «A China representa muito para o Brasil, mas o Brasil representa pouco para a China. Os chineses têm o poder de pautar a relação. A China já está diminuindo a dependência de produtos brasileiros, ela já produz soja, recursos minerais estratégicos, desenvolve biotecnologia para competir com produtos agropecuários brasileiros de alta qualidade», diz o professor da USP.

A estratégia do Brasil durante este terceiro governo Lula, diz Silva, deve ser um retorno à prática da política externa brasileira, que é buscar uma posição de equilíbrio de distância dos polos —neste momento, Estados Unidos e China. «Estamos passando para uma transição de uma hegemonia dos EUA para algo multipolar ainda não claro, mas certamente com uma presença chinesa muito forte», diz ele.

Lula e Biden no Salão Oval da Casa Branca, durante reunião nesta sexta-feira (10), em Washington. — Foto: Jonathan Ernst/Reuters

Assim, o Brasil tem algum poder de barganha para tentar negociar acordos e investimentos com os chineses —por exemplo, há relatos recentes sobre uma sinalização dos EUA de que eles gostariam que o Brasil desenvolvesse uma indústria de semicondutores, porque os americanos gostariam de distribuir a produção desses bens.

«O Brasil pode usar isso como moeda de troca para transferência de tecnologia ou investimento nesses setores», diz Tang.

Cada um no seu quadrado: política de não interferência

A China tem uma política de não intervir em assuntos domésticos de outros países. O Brasil deve seguir o mesmo protocolo —por exemplo, se houver alguma questão da imprensa a respeito dos uigures, uma minoria étnica e religiosa que a China é acusada de perseguir, a tendência é que os representantes do governo brasileiro digam que se trata de um tema doméstico da China.

O Globo

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