Así quedaron los 9 grandes temas de la COP16 al cierre de la cumbre

Por Camilo Andrés Garzón y Natalia Arbelaez Jaramillo

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Así quedaron los 9 grandes temas de la COP16 al cierre de la cumbre

Los logros1. Fue aprobado el Fondo Cali que recogerá la plata que la industria pagará por usar la riqueza natural

Se trata de un fondo multilateral que se encargará de recoger lo que podrían ser 1 billón de dólares anuales (4 billones de pesos) y redistribuirlos para la conservación en países en desarrollo.

Es uno de los logros más importantes de esta COP y una solución para lograr tres propósitos: que la industria que se beneficia comercialmente de la información de la naturaleza que está digitalizada, con la que provee productos y servicios, pague por un uso que hoy es prácticamente gratuito; que el dinero sirva a un bien común que es proteger los animales y las plantas y también las comunidades indígenas que son sus guardianes, en los países con más riqueza natural y menos capacidad de conservarla; y que se mantenga el libre acceso a las bases de datos de información genética sin que se requiera pedir permiso a cada país, con lo cual se obstruiría la investigación científica.

Para lograrlo, ayudó que hubiera una cierta alineación geopolítica entre varios países de Suramérica y la Unión Europea. La ministra Susana Muhamad, como presidenta de la COP, también le dio un impulso generando un documento nuevo de discusión en la mañana del 1 de noviembre porque la negociación estaba trabada. Luego, en la plenaria también medió entre India y Suiza que estuvieron en desacuerdo hasta el final.

También fue importante que la industria de entrada estaba dispuesta a pagar algo, a cambio de no tener que negociar eventualmente con cada país.

De cuatro opciones que había sobre la mesa al arrancar la COP, para regular el reparto equitativo de beneficios por el uso de recursos genéticos digitales, los países optaron por establecer un listado de sectores (que puede ser actualizado) que se asume que directa o indirectamente se benefician del uso de información de la naturaleza que está digitalizada para desarrollar su actividad económica, como las farmacéuticas o la cosmética.

Las empresas que cumplan dos de tres requisitos relacionados con nivel de activos, ventas y utilidades deben pagar. Se optó por las grandes empresas de más de 20 millones de dólares de activos (87 mil millones) y/o ingresos anuales por 50 millones de dólares (196 mil millones) y/o ganancias por cinco millones de dólares (21 mil millones), en promedio según los últimos 3 años. Las empresas podrán escoger entre pagar un 1 por ciento de sus utilidades o un 0,1 por ciento de sus ventas.

Por último, el fondo será administrado por una fiduciaria de Naciones Unidas. Esta es una victoria de Brasil que había insistido en que no fuera el GEF, que es el mecanismo financiero que tiene actualmente el convenio de biodiversidad. Esto porque ahí quienes tiene el mayor poder de decisión sobre cómo se invierte la plata son los países ricos.

Ganan también las comunidades indígenas, porque se estableció que el 50 por ciento de los recursos vaya a suplir sus necesidades y deben entrar a organizaciones que ellas designen para eso. También los países megadiversos en desarrollo como Colombia, que son los principales destinatarios de los recursos; y también los científicos, pues mantienen el libre acceso a las bases de datos.

Por otro lado, la forma como quedó redactada la obligación de pagar de las industrias de los sectores económicos enlistados fue con el verbo “should” (deberían). Aunque algunas personas como el exministro de Ambiente Manuel Rodríguez Becerra, dijeron que eso lo tornaba voluntario, expertos como Julián Portilla, de Meridian, una consultora en diálogos informales sobre recursos naturales, dice que esa forma es mucho mejor que “invitar” a las partes o “instar” a las partes a hacer algo, que hubiera tenido una menor carga impositiva.

Ahora, cada país parte del Convenio de Biodiversidad deberá convertir esta obligación en ley para volverla realidad. El problema es que Estados Unidos, que tiene las industrias que más deberían pagar por el uso de la biodiversidad, no estaría obligado, pues no hace parte del Convenio. Así quedó el documento final.

2. Las comunidades indígenas ganaron poder en el manejo de la biodiversidad

Aunque las delegaciones de Indonesia y Rusia pidieron que se aplazara la discusión para la COP17, que será en Armenia en dos años, Brasil logró que los indígenas y comunidades locales participen a partir de ahora en un nuevo Órgano Subsidiario, que les da la capacidad de asesorar a la Conferencia de las Partes en temas relacionados con sus territorios y conocimientos. Fue clave para esta aprobación la aclaración de que la creación de este órgano no tendrá costos adicionales en el presupuesto.

3. Entraron los pueblos afrodescendientes en el Convenio

La puja para incluir la categoría de pueblos afrodescendientes en el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) la lideró y ganó Francia Márquez y la Cancillería. Aunque inicialmente la delegación de la República Democrática del Congo se mostró opuesta a la propuesta de incluir pueblos afrodescendientes, porque les podría quitar recursos a los pueblos africanos originarios, la vicepresidenta logró el consenso de los africanos.

La Cancillería también logró vencer las dudas de las delegaciones de la Unión Europea y Rusia que condicionaron su apoyo a la creación del órgano subsidiario para los indígenas; en la plenaria del viernes se aprobó, finalmente, la inclusión de los “pueblos afrodescendientes” como parte del lenguaje del Convenio. El texto pide a las partes que faciliten el acceso a recursos para que los afrodescendientes puedan proteger sus prácticas y estilos de vida.

En el lenguaje de ese documento se encuentra una referencia a que “nada de este reconocimiento puede interpretarse como una disminución de los derechos de los pueblos indígenas”. La expresión manifiesta precisamente una de las tensiones que existía en la discusión, y era que las comunidades indígenas sentían que la inclusión de esta categoría podía retrasar su propia inclusión dentro del gobierno del Convenio de Biodiversidad.

Por esa razón, la delegación de Colombia renunció a su pretensión original de juntar el reconocimiento de los pueblos afrodescendientes con su inclusión dentro del Órgano Subsidiario, y aceptó que la discusión se abordara de manera separada.

Al finalizar la discusión de ese punto, alrededor de la medianoche, entre vítores, el Canciller Luis Gilberto Murillo salió de la plenaria y abandonó el Centro de Eventos. Su trabajo estaba concluído: el objetivo de la diplomacia afro en la COP se había logrado.

4. Arrancó la Coalición de Paz con la naturaleza

El martes 29 de octubre el gobierno hizo el lanzamiento oficial de la Coalición Mundial de Paz con la Naturaleza, una de las apuestas paralelas a las agendas de negociación diplomática de la COP por la que la ministra Muhamad se la jugó para comprometer a otros países en el lema que propuso para el evento.

Se trata de un documento de cinco páginas en el que los firmantes se comprometen a evitar el deterioro ambiental y a reconocer el vínculo entre la “agenda ambiental y la promoción y la construcción de paz”. No tiene carácter vinculante ni hace parte de las negociaciones del convenio.

A pesar de la reluctancia inicial de algunos países que no estaban de acuerdo con una declaración política adicional a lo que ya se tenía que negociar en la COP, el día del lanzamiento ya la habían firmado 22 países, entre ellos Alemania, Uruguay, México, Costa Rica, Uganda, Madagascar y Luxemburgo.

Un día después del lanzamiento, Gilles Bertrand, el embajador de la Unión Europea, anunció que todos sus 27 países también iban a firmar la declaración, con lo que alcanzó 49 adhesiones. También lograron que 125 mil personas firmaran ese compromiso a través de las plataformas digitales Change y Avaaz.

“La Declaración conecta la agenda de paz y ddhh con la de proyección ambiental de una manera que no se había hecho antes. Esta es una iniciativa política voluntaria, pero transversal en la COP16, que impactará la política pública y la sociedad civil a nivel internacional”, dijo Mónica Amador, asesora al despacho de la ministra en temas de paz, género y derechos humanos, y quien lideró la declaración desde enero de este año.

No quedó incluída dentro de la declaración la propuesta de la Red de Parlamentarios por un futuro libre de combustibles fósiles, que le entregó una carta a la ministra Muhamad para incluyera una referencia explícita a la “necesidad de detener y salir gradualmente de combustibles fósiles en ecosistemas megadiversos”, pues incluirla habría implicado nuevas consultas a países y menos adhesiones.

Al estar en la presidencia del Convenio por los próximos dos años, caerá en manos de la ministra Muhamad crear una cuerpo de gobernanza para esa declaración entre los países que la firmaron y los que lo harán en el futuro, así como presionar para que la incluyan dentro de las metas de los planes de acción de biodiversidad, algo que hasta ahora sólo Colombia ha hecho.

5. Se destrabó el nombramiento del colombiano Martin Von Hildebrand como nuevo secretario general de la organización de países amazónicos (OTCA)

Desde febrero, estaba truncada la elección del Secretario General de la Organización del tratado para la coordinación amazónica (Otca), que es la única instancia internacional donde se reúnen los ocho países de la región amazónica: Colombia, Brasil, Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela, Surinam y Guyana.

Perú no le había dado el visto bueno a la designación del amazonólogo Martin Von Hildebrand, nominado por Colombia para ese cargo, porque el presidente Petro no reconoció a Dina Boluarte como presidenta de ese país tras el autogolpe de Pedro Castillo.

Pero tras una reunión de cancilleres de la región en la COP16, que fue liderada por el vicecanciller Jorge Rojas, Perú finalmente dio luz verde.

Aunque el alcance de la Otca ha sido limitado en la práctica desde que se creó a finales de los años 70, los problemas de la Amazonía como la deforestación o la minería de oro superan las fronteras de los países y exigen una agenda común que podría ser liderada desde esta Secretaría.

6. Mares y salud: otros logros temáticos de la COP

Al margen de estos asuntos, hubo otros logros más pequeños que se lograron consensuar en la plenaria de la COP del viernes.

1) Se aprobó un acuerdo para la conservación y utilización de la diversidad biológica en áreas marinas. Se creará un grupo de expertos que identificará las Áreas Marinas de Importancia Ecológica.

2) Se adoptó un Plan de Acción para integrar temas de diversidad biológica y salud. Un tema que ha ganado tracción desde que se conocen cada vez más los vínculos estrechos que existen entre la pérdida de la biodiversidad y la aparición de enfermedades contagiosas.

3) Se aprobó el programa de trabajo a 2030 sobre pueblos indígenas. Se trata de un plan de acciones a cinco años para fortalecer las prácticas de protección y restauración dirigidas por comunidades indígenas y locales.

Los pendientes

1. Menos del 25 por ciento de países entregaron sus Planes de Biodiversidad

Solo 44 países, que equivalen al 22 por ciento de los miembros de la COP, presentaron sus Planes de Acción Nacionales de Biodiversidad, que son los compromisos públicos que asume cada país con su conservación de aquí a 2030, y que fue uno de los grandes objetivos que se planteó la Cumbre de Kunming-Montreal, en 2022. Otros 119 presentaron sus metas ajustadas, pero sin un plan desarrollado sobre cómo implementarlas.

Aunque no era obligatorio entregarlos en esta cumbre, una de las expectativas grandes era que los presentaran antes de arrancar el evento y durante su desarrollo. Colombia dio ejemplo y presentó su Plan arrancando el primer día del evento, con metas como aumentar el aporte de la economía de la biodiversidad al 3 por ciento del PIB o completar 5 millones de hectáreas reconvertidas a modelos productivos sostenibles.

Brasil, el país más biodiverso del mundo, dijo que sólo concluirá el proceso de elaboración de su Plan al final de este año o a comienzos del 2025. La delegación de Perú presentó su plan cerrando el evento, así como la de Venezuela, que lo presentó el 30 de octubre.

Sandra Valenzuela, Directora de WWF en Colombia, una de las organizaciones ambientalistas que tuvo más presencia en la COP, dijo sobre este saldo: “sigue siendo un número muy bajo. Hay un llamado a que todo el mundo entregue su Plan de aquí a diciembre porque es ahí donde aterriza la promesa de la protección de la biodiversidad a 2030”.

2. No se logró un acuerdo sobre la financiación de la biodiversidad

Uno de los puntos centrales que se discutió en esta Cumbre es el de la financiación. El precedente era que dos de las metas del marco Kunming Montreal de 2022 exigían recursos financieros para la protección de la biodiversidad.

Mucho de la discusión giró en torno al principal instrumento financiero multilateral actual para la biodiversidad, que es el Fondo Marco Mundial para la Diversidad Biológica (GBFF por sus siglas en inglés), creado en agosto de 2023, y que funciona a través de préstamos no reembolsables o con condiciones flexibles, y con recursos que vienen de contribuciones voluntarias de países como Reino Unido, pero también de donaciones de organizaciones no gubernamentales internacionales.

Unos países buscaban que se creara un nuevo fondo, que sólo dependiera de la administración de la COP, mientras que otros alegaban a favor del fondo actual, pero con más recursos.

Como las diferencias eran tan grandes en este punto, la ministra Muhamad, en su calidad de presidenta de la cumbre, propuso un texto para lograr un compromiso de todos los países que se planteó como “un gran ecosistema de mecanismos de financiación sostenibles”.

El texto pide adoptar una estrategia de movilización de recursos 2025-2030, que incluya una solución financiera comprensiva para cerrar la brecha para financiar la biodiversidad y así diversificar las fuentes de recursos.

Pero a la discusión de la propuesta de Colombia le cogió la noche. En la recta final de la plenaria del último día, la imposibilidad de encontrar consensos entre los países sobre la creación de un nuevo fondo (Suiza y la Unión Europea pidieron que se aplazara la discusión a 2028) se chocó con la realidad de que muchos de los delegados tuvieron que dejar el salón Amazonia, donde se realizaba la negociación, para tomar los vuelos de regreso. Por esa razón, luego de una evaluación del quórum, se decidió que las delegaciones que permanecían eran insuficientes para tomar decisiones y se suspendió la negociación.

3. El Acuerdo de trazabilidad de minerales se pospuso para la próxima COP

Otra de las apuestas paralelas al convenio y promovida por el gobierno colombiano, que va en la ruta de conectar la agenda de la COP16 con la cumbre climática COP30 en Brasil, fue la presentación del acuerdo de “prácticas mineras responsables”.

Se trata de un documento que, entre otras cosas, buscaba iniciar un trabajo para crear un acuerdo internacional vinculante para hacerle trazabilidad a toda la cadena de valor de los minerales claves para la transición energética.

El viceministro de Ambiente, Mauricio Cabrera, lideró la iniciativa y dijo que varios países mostraron interés en suscribir la declaración, como México y Perú (el segundo productor de cobre del mundo, después de Chile), pero no hubo tiempo suficiente para que los gobiernos pudieran surtir los trámites diplomáticos necesarios para expresar su consentimiento. Y es que el ministerio comenzó a mover esta iniciativa hace solo cuatro meses, muy poco tiempo para estos procesos diplomáticos.

Por eso, se continuará el trámite de las firmas en la COP 29 de clima en Baku, Azerbaiyán, que será en 15 días.

Suneeta Kaimal, la directora de NRGI, una organización que produce investigación sobre transición energética justa y acompaña a los Estados para que hagan políticas públicas informadas, dice que la apuesta del gobierno colombiano sienta un precedente para la COP 29, donde el Secretario General estará lanzando un reporte del panel de Naciones Unidas sobre Minerales Críticos para la Transición Energética, y allí habrá la oportunidad para que nuevos países se unan a esta iniciativa y completen sus consultas.

Queda pendiente como uno de los grandes debates de esa iniciativa si debería enfocarse solamente en los minerales de la transición energética o en otros minerales más amplios, como el oro. La delegación colombiana incluye el oro como parte de la iniciativa, aunque el Panel de Naciones Unidas se enfoca más en minerales como el zinc o el litio, claves en la transición.

La Silla Vacía 

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