Elecciones en Argentina: las repercusiones que dejó el debate presidencial

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En el día después todos cantaron victoria

Es un clásico. El debate después del debate. Todos los candidatos salen a decir que ganaron. No fue la diferencia en este caso: desde el oficialismo reivindicaron la victoria del presidente Mauricio Macri y sostuvieron que Alberto Fernández había sido arrogante y mostraba, con su dedo alzado al aire, que el kirchnerismo no cambia. Desde el Frente de Todos, igualmente proclamaron el triunfo y Fernández invitó a Macri a no mentir en el próximo debate. En Twitter la pelea fue entre quienes buscaban imponer el hashtag #DeditoAcusador y los que iban con #GanóAlberto. Dato: todo muy Alberto-céntrico y con poco lugar para Macri.

Reducir todo al dedito de Alberto Fernández pareció ser la tarea del equipo de comunicación de Juntos por el Cambio en el día siguiente al debate. “Macri dio una imagen de estadista, de un hombre serio, mantuvo la calma y explicó su propuesta, mientras que del otro lado hubo arrogancia, agresividad, chicanas”, fue la evaluación del candidato a vicepresidente Miguel Angel Pichetto. «Ellos no pueden disimular su esencia, que es ser un espacio reaccionario, confrontativo, que subestima no sólo al adversario sino también a los argentinos», aseguró el secretario general del PRO, Francisco Quintana, quien insistió en que «no vuelven mejores ni distintos». En el oficialismo se prometen que el próximo domingo, Macri apuntará más a la corrupción y no cesará de mencionar a Cristina Fernández de Kirchner.

El senador Esteban Bullrich siguió en la misma línea: «Quedó en claro quiénes quieren construir con todos y quiénes quieren volver a la soberbia, a la sordera y a levantar el dedito acusador». «A Alberto lo vi en esa actitud de soberbia, de volver a marcar con el dedo acusador cosas y no reconocer absolutamente nada, olvidándose que estuvo como jefe de Gabinete en el gobierno más corrupto de la historia reciente en la Argentina», lanzó.

En tanto, Fernández advirtió que «la diferencia con Macri es que yo dije la verdad. Macri dio cifras falsas, dijo cosas muy poco consistentes». El candidato a presidente cuestionó que el mandatario hubiera caído en «una diatriba contra Axel (Kicillof, cuando lo vinculó al narcotráfico). Aunque por lo menos lo llamó gobernador».  «Yo no acuso a nadie, cuando uno discute y habla, por ahí levanta el dedo, pero la verdad es que eso no tiene ningún sentido acusatorio», se refirió al tema que obsesionó al oficialismo.

El que dejó una opinión tajante sobre el debate del dedito fue Felipe Solá: «Es parte de Pelotulandia», lanzó. “Una vez uno de ustedes retó a un chico en una de esas se les escapó un terrible dedito retando: vayan al psicoanalista o al cura y digan ‘una vez señalé con mi dedo a mi hijo’”, dijo, irónico.  “Adjudicarle violencia o sangre al dedo… Cada uno señala con el dedo, otros ponen muecas que son más feas, gestos sobradores. Yo uso el dedito desde que tengo 5 años», aclaró.

Por su parte, el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, elogió la performance de Fernández. «Todos salimos muy entusiasmados con el debate que hizo Alberto, se mostró con propuestas, con ideas y mostrando un futuro prometedor», aseguró en diálogo con FM Futurock. «Macri no estuvo a la altura del debate de ayer. Me cuesta entender cuál fue su estrategia. Y demostró que no tiene límites cuando dijo que Axel Kicillof fomenta el narcotráfico. Tenemos que parar la pelota», afirmó. En tanto, el jefe del bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, sostuvo que Fernández «fue el incuestionable ganador del debate» . «Macri hablaba de una Argentina que no existía y Alberto remarcaba esas mentiras porque eran respuestas de cajón, de manual», interpretó Rossi.

Quien también dio su opinión sobre el debate fue el que protagonizó con Macri el de 2015. «Alberto Fernández estuvo sólido y contundente hablando de temas concretos y desenmascarando otras cuestiones. Ya no hay dudas, si es que alguien las tenía», dijo Daniel Scioli. El ex gobernador bonaerense aseguró que se sorprendió cuando Fernández lo mencionó al comienzo del debate. «Para cerrar la grieta no hay que poner el esfuerzo en peleas que no conducen a nada y hay que enfocarse en los problemas que tiene la gente», advirtió.

Otro de los que opinó sobre el debate fue el candidato a presidente de Consenso Federal, Roberto Lavagna. «No me sentí completamente cómodo. La verdad, sentí en ese momento que estaba metido en un juego que no conducía a lo que uno puede esperar, que es un cambio en la Argentina», advirtió sobre el formato.  Indicó que Macri tuvo una «negativa completa de admitir que ni los brotes verdes ni las lluvias de inversiones ni el próximo semestre ni ninguna de las promesas que se hicieron en materia política y económica se han cumplido».

Página 12


Los cruces entre Macri y Alberto F. dominaron el primer debate presidencial

Mauricio Macri jugó con apego al libreto oficial que apenas abandonó para atacar al candidato a gobernador bonaerense del Frente de Todos, Axel Kicillof. Alberto Fernández confrontó directo con el Presidente, pero intentó matizar sus cuestionamientos con propuestas de gestión. En la tercera posición, Roberto Lavagna también apuntó a la herencia del gobierno de Cambiemos en materia económica y buscó diferenciarse con contadas observaciones a la etapa kirchnerista. Nicolás Del Caño insistió con imponer la agenda diferenciada de la izquierda y José Luis Espert y Juan José Gómez Centurion profundizaron su sesgo conservador.

A 15 días de las elecciones nacionales del 27 de octubre próximo, los seis candidatos presidenciales que lograron sortear el primer test electoral de las PASO, protagonizaron este domingo en Santa Fe el primer debate obligatorio que transcurrió sin grandes sorpresas en relación al desarrollo de la campaña inusual que dibujó el hiperpolarizado resultado de las Primarias del 11 de agosto.

Ese cuadro puso a Macri y Fernández en el centro de la escena: el candidato del opositor Frente de Todos -aventajó por casi 17 puntos al oficialismo en las PASO- protagonizó los intercambios más intensos con el Presidente, pero también estuvo en el foco del resto de los postulantes opositores que hicieron subrayados sobre varias de las iniciativas que el postulante del frente peronista-kirchnerista dio a conocer en las últimas semanas.

Fernández apuntó a Macri desde el minuto uno. En los primeros 45 segundos de presentación recordó las “mentiras” del mandatario en el debate presidencial de 2015 y, sin nombrarlo, rescató la figura de Daniel Scioli. El ex gobernador y candidato fallido del PJ escuchaba entre los invitados al Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral. El debate -el primero de carácter obligatorio en virtud de la Ley 27.337 sancionada en 2016- se desarrolló en tres bloques y giró alrededor de cuatro ejes temáticos: relaciones internacionales; economía y finanzas; derechos humanos, diversidad y género; y salud y educación.

El duelo

Macri arrancó apegado a los habituales giros discursivos de la comunicación oficial. Fue, llamativamente, quien introdujo el impacto social de la crisis económica. “Sé que fue difícil llegar a fin de mes, que la clase media hizo el mayor esfuerzo”, señaló.

Y agregó: “Tenemos que cambiar y alcanzar un consenso. Pensé que iba a ser más simple, pero estoy esperanzado en lograr un acuerdo para una economía estable”.

Sobre el final del primer bloque, levantó la temperatura con críticas a la política internacional de la etapa kirchnerista y la relación con Venezuela. Y subió la apuesta con un dardo directo a Kicillof quien en los últimos días estuvo en el blanco de la Casa Rosada por una declaración sobre el desempleo y la venta de drogas en la Provincia. “Me imagino que Kicillof va a poner una narcocapacitación en las escuelas”, dijo.

Con un claro deja vu 2015, sobre el final dejó de lado los mensajes propositivos y buscó asimilar a su rival con el “kirchnerismo”. “No hay caso, el kirchnerismo no ha cambiado, ahora son los cancheros del atril”, subrayó.

Fernández transitó las más de dos horas de debate con una consigna clara: refutó cada una de las cifras que Macri aportó sobre los índices de la economía y la inversión en educación y salud. Tampoco esquivó la agenda sobre el caso Venezuela -”quiero que los venezolanos sean quienes resuelvan su situación y no quiero allí soldados argentinos”, dijo- y planteó una posición clara a favor de la despenalización del aborto.

“Me impresiona cuando el Presidente dice lo que dice. No sé de qué país habla”, fue el recurso que utilizó en varias oportunidades para rechazar las estadísticas a las que apeló Macri. Y agregó: “De los 39 mil millones de dólares que dio el Fondo, se fugaron 30 mil millones que se los llevaros sus amigos, presidente. Esa es la única verdad; mintió hace cuatro años y es hora de que deje de mentirnos”. Minutos antes, el Presidente lo había chicaneado afirmando que “dos de cada tres pesos que se tomaron de deuda fue para pagar deuda del gobierno anterior”.

“Ay presidente, presidente. Pensé que ibamos a hablar en serio…” repitió en varios de los cruces con el mandatario.

¿Aliado?

Lavagna utilizó varias de sus intervenciones para, en el mismo tono que Fernández, rechazar los datos, números y cifras expuestas por Macri. Incluso se adelantó al candidato del Frente de Todos al establecer que la pobreza y el hambre eran el resultado del primer derecho humano vulnerado por el gobierno de Cambiemos.

El candidato de Consenso Federal se mantuvo apegado a su rol de economista y apenas rozó la discusión política. “Los argentinos vivimos una complicada crisis, no va a ser fácil, pero vamos s salir como salimos en el 2001”, puntualizó.

Además de los guiños en materia económica, coincidió con Fernández en advertir que nadie conoce los términos del acuerdo con la Unión Europea que el gobierno de Cambiemos exhibió -y exhibe- como uno de sus mayores logros de gestión.

Del Caño y la agenda Espert-Centurión

El candidato del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) enfatizó desde el principio en la agenda propia: utilizó parte de una de sus intervenciones para hacer un minuto de silencio por las víctimas de la crisis de Ecuador y repartió en términos casi idénticos críticas al macrismo y al candidato del Frente de Todos.

“Macri se va con cuatro millones de personas que cayeron en la pobreza. Los grandes bancos ganaron y también las privatizadas”, puntualizó.

Gómez Centurión -durante toda la transmisión superó los tiempos permitidos con una dinámica que pareció tener poco de casual y mucho de estudiada- y Espert mostraron su carta más rancia en el bloque dedicado a las propuestas de derechos humanos.

Ambos reflotaron el concepto del “curro” de los derechos humanos que hizo famoso Macri que, en ese plano, evitó las confrontaciones y se mantuvo apegado al discurso neutral.

Tiempo Argentino


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