Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina: “El terrorismo de Estado es la principal arma de Moise para permanecer en el poder”

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Entrevista a Henry Boisrolin

Por Luciana Mazzini Puga, de la redacción de NODAL

La inestabilidad política que sufre Haití hace años se intensificó en los últimos meses con las constantes protestas populares para exigir la renuncia del presidente Jovenel Moise. Mientras muchos haitianos y haitianas afirman que su mandato presidencial debió finalizar en febrero, Moise lo niega y llamó, incluso, a realizar un referéndum en junio.

Para comprender la situación que vive el país caribeño, NODAL dialogó con el coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, Henry Boisrolin.

¿Por qué el pueblo haitiano exige la renuncia de Moise?

La exigencia de renuncia no se puede reducir a que Moise violó la Constitución al pretender extender su mandato hasta el 7 de febrero de 2022, cuando este según nuestra Constitución expiró el 7 de febrero de 2021, sino que hay varias razones. Por ejemplo, Moise ha sido acusado de malversaciones de fondos públicos a través de su empresa Agritrans. Además, fue electo en unos comicios fraudulentos, con una participación inferior al 21%, lo que da cuenta de su poca legitimidad desde el comienzo de su mandato.

Otra causa es el fracaso de su administración. Las graves penurias del pueblo se multiplicaron exponencialmente: hay una crisis económica que alcanzó niveles inusitados y más de 4 millones de haitianos, sobre una población de 11 millones, padecen de hambruna severa. También ejerció una represión feroz en contra de las movilizaciones y se perpetuaron diez masacres en barrios populares. Más de cien pandillas armadas se expandieron en todo el país y sus jefes tienen conexión directa con altos funcionarios del gobierno. El secuestro se ha transformado en una especie de industria, asesinaron a periodistas, estudiantes, abogados, etc. El terrorismo de Estado es la principal arma de Moise para permanecer en el poder.

Otra razón es la decisión de Moise de alinearse con EEUU en contra del proceso bolivariano en Venezuela, algo que el pueblo haitiano no le perdona teniendo en cuenta la relación histórica maravillosa que existió siempre entre Haití y Venezuela. Esta actitud de Moise es interpretada como una vil traición, cuyo único objetivo es obtener el apoyo del gobierno estadounidense para conservar el poder ante la resistencia popular en su contra.

Tiene gran importancia la resistencia popular que ha puesto en jaque en distintas oportunidades al gobierno de Moise. Es una lucha realmente heroica que, a pesar de las represiones, masacres y el aislamiento internacional, sigue en las calles. Esto merece una solidaridad plena y activa para con la lucha del pueblo de Haití.

Haití vive una crisis institucional hace muchos años. ¿Cuáles crees que son las razones de fondo?

Para poder comprender esta larga crisis es importante precisar que Haití se transformó desde la primera ocupación norteamericana de 1915-1934 en una neocolonia de EEUU. Todas las instituciones impuestas durante aquella ocupación, estuvieron al servicio de los intereses de EEUU. Como neocolonia, en la división internacional del trabajo, a Haití se le asignó el rol de país productor de mano de obra más barata y este proceso, que mantuvo al país en la marginalidad, estuvo y está marcado por continuas movilizaciones reclamando un cambio profundo.

Además, luego de cada crisis del sistema capitalista a nivel mundial, en Haití el empobrecimiento aumentó. Las instituciones se debilitan cada vez más hasta perder toda legitimidad. Ante los embates populares, los gobernantes y sus amos respondieron y responden mediante represiones, elecciones fraudulentas, golpes de Estado y hasta el secuestro de un presidente, como ocurrió con  Aristide en 2004.

La debilidad de las instituciones es de tal gravedad y envergadura que, desde 2004, Haití se encuentra bajo el tutelaje de la ONU disfrazado de ayuda humanitaria. Ese mismo año, el Consejo de Seguridad envió a Haití la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH). Esta misión significó en los hechos una mayor pérdida de nuestra soberanía y de nuestro derecho a la autodeterminación. Varios de sus miembros perpetuaron masacres en algunos barrios populares, reprimieron innumerables manifestaciones populares, violaron a niñas, jóvenes y mujeres e, incluso, introdujeron en 2010 el cólera que ya mató a más de 30 mil haitianos y haitianas y hay más de 800 mil personas infectadas. La ONU, luego de negar durante años su responsabilidad en la introducción de esta epidemia, aceptó dicha responsabilidad pero dijo que no puede resarcir a las víctimas y sus familiares ya que estaría violando la inmunidad que gozan sus soldados.

La MINUSTAH se fue en 2017 y fue reemplazada por la Misión de las Naciones Unidas en apoyo a la Justicia Haitiana (MINUJUSTH). Y desde 2019 impusieron la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH).

Ante tales violaciones a nuestra soberanía, el pueblo haitiano tuvo que ocupar las calles para exigir la renuncia del dictador Jovenel Moise y el fin del tutelaje. Entendemos que Moise se mantiene todavía en el poder por sus pandillas armadas, la policía nacional y por el apoyo que recibe de la ONU, la OEA, la UE y, principalmente, el Core Group, el cual está formado por embajadores de EEUU, Francia, Canadá, España, Brasil y representantes de los secretarios generales de la ONU y de la OEA. El Core Group es el verdadero poder en Haití. Moise ejecuta sus órdenes con el afán de seguir en el poder y seguir robando.

Ahora bien, los amos de Jovenel Moise lo apoyan en su decisión demencial de elaborar inconstitucionalmente una nueva Constitución, llamar a un referéndum en junio y organizar elecciones en septiembre. Lo que es un intento de recomponer el sistema neocolonial sobre nuevas bases.

¿Qué rol cumple Estados Unidos en la situación que vive Haití?

Es un rol destructivo. Es una potencia que desde 1915 viola nuestra soberanía, desestabiliza y destruye todo proceso que intenta cuestionar su hegemonía. Es el país que ha desmantelado la producción agrícola sumergiendo a la inmensa mayoría de los campesinos haitianos en la pobreza extrema. Exige la aplicación de medidas económicas neoliberales, promueve golpes de Estado, manipula elecciones y hasta determina resultados electorales en múltiples ocasiones. Y, como Haití está en el Caribe, considerado su primer patio trasero, no tolera cambio alguno en el sistema neocolonial que impuso desde 1915, pues así decidió mantener a Haití bajo su dominación ya que nuestro país ocupa un lugar estratégico fundamental para sus intereses imperiales. En efecto, Haití es el país más próximo a Cuba, comparte la misma isla con Republica Dominicana, está a escasos minutos de vuelo de Puerto Rico y de Jamaica. No hay que olvidar que en el caribe hay un flujo importante de mercancías desde y hacia los EEUU.

El rol de EEUU en la actual crisis haitiana es de control prácticamente absoluto. Su embajadora es la que realmente dicta lo que el gobierno tiene que hacer, y ejerce fuertes presiones sobre algunos dirigentes de la oposición. Por lo tanto, EEUU es parte fundamental de nuestra crisis y desde ningún punto de vista puede formar parte de la solución.


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