Delegación ecuatoriana visita por primera vez Gaza y lleva ayuda humanitaria

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Barrios en ruinas, carreteras destrozadas, escombros de lo que fueron mezquitas y escuelas, así encontró la delegación ecuatoriana a la Franja de Gaza, un pedazo de tierra en Medio Oriente de aproximadamente 42 kilómetros de largo por entre seis y siete de ancho que hace pocos meses fue atacada por Israel.

Pero no fue solo eso, también la representación de Ecuador pudo compartir con gente agradecida con el país sudamericano por el reconocimiento de Palestina como un Estado, por abrir embajadas y nombrar representantes y por la ayuda humanitaria recogida por ecuatorianos para ser entregada al pueblo palestino. Gran parte del cargamento fue recibido este jueves por la Media Luna Roja Palestina y será distribuido entre la población más necesitada.

Tras casi un día y medio de viaje desde El Cairo la caravana ecuatoriana, que viajó escoltada por un convoy militar egipcio, cruzó el paso fronterizo de Rafah a las 13.50 (05.50 de Ecuador). Al otro lado fue recibida por autoridades palestinas y de la Media Luna Roja.

La delegación estuvo presidida por el subsecretario de Atención al Inmigrante de la Cancillería, Juan Meriguet, y el embajador de Ecuador en Egipto, Germán Espinoza, y recibió la bienvenida por parte de Fareed Kdeed, representante del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina y Khalil Abou Foul de la Media Luna Palestina.

«Estábamos esperando su visita porque esta es una relación más que de amigos de hermanos. Es una relación tan histórica entre Ecuador y Palestina que data desde el nacimiento de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) en 1965», señaló Kdeed durante un acto de bienvenida en Rafah palestino.

Más tarde en una conferencia de prensa en el hospital Al Quds, en la ciudad de Gaza, el subsecretario Meriguet expresó las «palabras de solidaridad de parte del presidente Rafael Correa y del gobierno y del pueblo del Ecuador para con el pueblo palestino que sufrió los inmisericordes ataques que conmovieron a todo el mundo. Hace rato que nos sentimos conmovidos, pero también avergonzados porque no puede ser que los seres humanos creamos en la destrucción como medio de cambio».

«Hemos traído una pequeñísima y humilde donación, no de caridad, solidaria muy pequeña frente a la tragedia que han sufrido ustedes», añadió frente a varios medios palestinos y periodistas de la agencia Andes, Telesur y Prensa Latina que estuvieron presentes.

La ayuda total que se recogió en Ecuador fue de casi 48 toneladas y consiste en alimentos no perecibles y enlatados, vestimenta e insumos médicos. La primera entrega de aproximadamente 30 toneladas se realizó este jueves y se espera la llegada del resto del cargamento para los próximos días.

La Franja de Gaza es uno de los dos territorios palestinos -el otro es Cisjordania- y se extiende a lo largo de la costa del mar Mediterráneo. Está rodeada por Israel y Egipto y tiene jurisdicción en apenas tres kilómetros mar afuera. En la Franja se asienta una población de casi dos millones de habitantes, de los cuales un millón son niños, en apenas 362 kilómetros siendo uno de los territorios más densamente poblados del mundo.

Rastros de devastación por doquier

Tras su llegada a Rafah palestino (del otro lado está el Rafah egipcio), la delegación ecuatoriana emprendió una caravana junto a autoridades palestinas, tanto del partido Al Fatah del presidente Mahmud Abbas como de Hamás, que recorrió varios poblados que fueron atacados durante el último conflicto con Israel entre el 8 de julio y el 26 de agosto.

En localidades como Al Showka, Kham Younis y la misma ciudad de Gaza las imágenes de la devastación conmovieron a la delegación. En algunos barrios no existe calle con una vivienda en pie sin daños. Constatamos los destrozos mientras pobladores cuentan cómo sus casas fueron atacadas y hasta invadidas por militares israelíes y como si se tratara de una banda sonora escuchamos al fondo los rezos musulmanes por altoparlantes cuando visitamos lo escombros de una escuela de la ONU.

Al lado de ese sitio, Muhana Kudeih, de 35 años, nos muestra cómo quedó su hogar, prácticamente inhabitable tras el ataque israelí y la entrada de tropas. En las paredes que quedaron en pie se observan agujeros de fusil y los puntos cardinales escritos como grafittis en hebreo.

Ya en la ciudad de Gaza, el panorama fue aún más devastador. El barrio ubicado justo al frente de Israel, país que es posible divisar desde el lugar, aparece como una zona de guerra y al paso de la caravana decenas de familias salen a recibir a los visitantes. Entre las ruinas, numerosos niños corriendo nos dan la bienvenida y nos rodean enseguida.

«Por un rato su visita nos hace olvidar lo que vivimos», aseguró Nabila Kilani, una palestina que en perfecto inglés nos ayuda como una de las guías. En realidad todos los consultados buscan explicar, dar detalles, mostrarnos cosas, guiarnos. Hablan con la pasión y avidez de querer que el mundo -aunque este jueves el mundo fue la delegación ecuatoriana- los escuche.

Según el ministro de Trabajo de Palestina, Mamoun Abushalha, se acumularon 2,5 millones de toneladas de escombros durante la última «guerra» como llaman a los 50 días de ataques de Israel que buscan exterminar al grupo Hamás, calificado por ese país y otros como Estados Unidos, de terrorista. Al Fatah y Hamás acordaron hace poco conformar un solo gobierno que reivindique la unidad nacional.

De acuerdo al ministro que acompañó a la delegación en Gaza, necesitarán entre 190 millones de dólares para las tareas de reconstrucción y edificación de casas, pero sobre todo -dice- requerirán de la ayuda de la comunidad internacional para acabar con el «asedio» de Israel sobre su territorio, el apoyo para convertirse en un Estado reconocido por el mundo, al tiempo expresó el anhelo de «vivir en paz» en un futuro no tan lejano.

El viernes, el presidente Mahmud Abbas, ofrecerá un discurso ante la Asamblea de la ONU en Nueva York donde reiterará estos puntos, adelantó Abushalha.

Andes

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