Brasil | El vicepresidente se ríe de la posibilidad de investigar la dictadura: “Toda esa gente está muerta”

1.615

Brasil: el vicepresidente rechazó investigar la dictadura porque «esa gente esta muerta»

El vicepresidente de Brasil, general retirado Hamilton Mourao, rechazó este lunes con ironías juzgar a los responsables por violar los derechos humanos durante la dictadura militar (1964-1985), al comentar la divulgación de 10.000 horas de audio de los tribunales especiales castrenses de la época donde jerarcas admiten torturas y asesinatos.

«¿Qué quieren investigar? Toda esa gente está muerta. ¿Van a sacar a estos tipos de su tumba?», dijo Mourao, riendo, sobre las revelaciones de los audios del Supremo Tribunal Militar en los años setenta, cuando juzgaba casos de presos políticos.

En Brasil no hubo juicios por violaciones de los derechos humanos en la dictadura o reparaciones como en el resto del Cono Sur, en virtud de una ley de autoamnistía de 1979 que sirvió como punto de partida para una transición que se dio apenas en 1985 y con voto directo en 1989.

Al igual que el presidente Jair Bolsonaro, Mourao reivindicó a la dictadura y dijo que sirvió para luchar contra el comunismo.

«Esto es un asunto del pasado, la Historia tiene dos lados. Vamos a recordar: hubo en Brasil una lucha interna contra el Estado brasileño con organizaciones que querían implementar la dictadura del proletariado», sostuvo.

Y afirmó que «esas organizaciones perdieron la lucha», tras lo cual admitió que hubo «excesos».

«Hubo excesos. Hubo excesos de ambos lados», dijo Mourao abonando la teoría de los demonios, aunque la época del golpe de Estado del 31 de marzo de 1964 que instaló 21 años de dictadura Brasil carecía de grupos armados.

En aquella época

La guerrilla urbana y rural apareció en Brasil después de 1967, luego de que el régimen dictara el Acta Institucional 5, que suspendió toda actividad política, cerró el Congreso y comenzó a perseguir a sus opositores.

El golpe ocurrió con apoyo de Estados Unidos -según documentos del Departamento de Estado- y en el marco de las reformas agraria y educativa que había anunciado el presidente constitucional Joao Goulart, fallecido finalmente en 1976 en Corrientes, Argentina, durante su exilio tras su derrocamiento.

La respuesta de Mourao se debe a la revelación de los archivos del Supremo Tribunal Militar de los años setenta, donde sus responsables aparecen indagando sobre las torturas y asesinatos, entre otras violaciones a los derechos humanos cometidos en los cuarteles y comisarías.

Los archivos revelan que los jueces del Supremo Tribunal Militar advertían a generales, almirantes y brigadieres, durante la audiencias de los juicios contra los presos políticos, sobre la reiteración de los casos de torturas contra los detenidos.

La revelación ocurrió por parte de la expresa política y víctima de torturas Miriam Leitao, periodista del diario O Globo, luego de que se mofara, dos semanas atrás, de los tormentos recibidos por ella el diputado de la ultraderecha Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro.

«Estas revelaciones demuestran que el trabajo de Brasil con su pasado apenas comenzó», dijo el titular de la comisión de derechos humanos, Humberto Costa, del Partido de los Trabajadores (PT), quien destacó que la Comisión de la Verdad que investigó los crímenes de la dictadura, formada por orden de la expresidenta Dilma Rousseff, fue el primer paso.

«Los audios indican que el Estado asumió cabalmente la existencia de torturas», dijo el senador Costa.

En Brasil rige una ley de autoamnistía de 1979 -vigente por decisión de la corte suprema- que impidió el juzgamiento de los autores de crímenes contra la humanidad durante la dictadura militar, régimen que es defendido por el presidente Bolsonaro y fue glorificado el 31 de marzo por el el Ministerio de Defensa y los tres jefes castrenses, en ocasión del aniversario del golpe de Estado de 1964.

«Cuando nos llega un caso como estos, se constituye en un plato lleno para los enemigos del régimen y los opositores al gobierno»
Julio de Sá Bierrenbach

Los audios fueron liberados por el Supremo Tribunal Federal al profesor e investigador Carlos Fico, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y divulgados por O Globo el pasado domingo.

Entre los audios existe el del general del Ejército Rodrigo Octávio, juez del Supremo Tribunal Militar, que el 24 de junio de 1977 admite que las Fuerzas Armadas cometieron torturas, sobre todo apuntando a una mujer que sufrió un aborto luego de haber sido sometida a sesiones de tormentos en los destacamentos del DOI-CODI, como se conocía a la policía política del régimen.

El almirante Julio de Sá Bierrenbach, otro juez de la corte militar que era la que juzgaba a los presos políticos, reprende en uno de los audios a los responsables de la dictadura por ejercer torturas y no cumplir con la Carta de las naciones unidas.

«Cuando nos llega un caso como estos, se constituye en un plato lleno para los enemigos del régimen y los opositores al gobierno. Las agencias de noticias y los corresponsales de diarios extranjeros, con la libertad que tienen asegurada aquí, diseminan la noticia en la prensa internacional y en pocas horas publican actos de crueldad ocurridos en Brasil, dando a entender que constituimos una nación de salvajes», dice el entonces juez militar.

Mourao en el ejército y la política

Mourao se dedicó a la política partidaria luego de haber sido dado de baja del Ejército en 2014 siendo general por haber hecho proselitismo dentro de los cuarteles, al repudiar públicamente la Comisión de la Verdad que había instalado la expresidenta Dilma Rousseff.

Militante de los grupos de resistencia al régimen, Rousseff fue torturada por 22 días seguidos y detenida como presa política durante casi tres años.

Mourao dejará la vicepresidenta el 31 de diciembre y se presentará en octubre como aspirante al Senado por el estado de Río Grande do Sul.

El vicepresidente tuvo enfrentamientos políticos con Bolsonaro, quien prefirió presentarse a la reelección por otro cuadro militar, el ministro de Defensa Walter Braga Netto.

Bolsonaro saltó a la fama mundial cuando en el juicio político de Rousseff en 2016 votó a favor del impeachment en nombre de su ídolo personal, el coronel Carlos Brilhante Ustra, responsable por las torturas contra la expresidenta.

Télam


Mourão ri sobre investigação de tortura na ditadura: ‘Os caras já morreram’ 

O vice-presidente, general da reserva Hamilton Mourão (Republicanos), riu da possibilidade de uma investigação sobre as torturas cometidas por militares durante a ditadura. Ele conversou hoje com jornalistas na entrada do Palácio do Planalto.

Mourão foi questionado sobre áudios, divulgados ontem pelo blog de Miriam Leitão no jornal O Globo, que mostram sessões do STM (Superior Tribunal Militar). Nas gravações, a opinião dos ministros não é unânime. Enquanto alguns dizem que as denúncias de torturas devem ser apuradas, outros duvidam da palavra dos acusados.

«Apurar o quê? Os caras já morreram tudo, pô. [risos]. Vai trazer os caras do túmulo de volta?», afirmou Mourão, rindo. Não ficou claro se ele se referia aos torturadores ou aos ministros do STM, ao dizer que eles já morreram.

De acordo com o historiador Carlos Fico, da UFRJ (Universidade Federal do Rio de Janeiro), o STM gravou as sessões de 1975 a 1985. São 10 mil horas de áudio. As gravações foram obtidas por meio de decisão do STF (Supremo Tribunal Federal) em 2015.

História, isso já passou, né? A mesma coisa que a gente voltar para a ditadura do Getúlio. São assuntos já escritos em livros, debatidos intensamente. Passado, faz parte da história do país.
General da reserva Hamilton Mourão, vice-presidente da República

Mourão costuma defender o golpe militar de 1964, que resultou na instauração de uma ditadura no Brasil. No mês passado, ele escreveu na rede social que «em 31 de março de 1964 a Nação salvou a si mesma».

O Brasil viveu os momentos mais duros da sua história recente na época da ditadura militar, que durou 21 anos, entre 1964 e 1985. O período foi marcado por torturas e ausência de direitos humanos, censura e ataque à imprensa, baixa representação política e sindical, precarização do trabalho, além de uma saúde pública fragilizada, corrupção e falta de transparência.

Ontem, em sua conta no Twitter, o senador Humberto Costa, (PT-PE), presidente da Comissão de Direitos Humanos do Senado, disse que pedirá acesso aos áudios de sessões do STM.

«Essas revelações mostram que o trabalho com o nosso passado mal começou. A Comissão da Verdade foi um grande passo. Mas ainda há um enorme caminho a percorrer. Por isso, a Comissão de Direitos Humanos do Senado pedirá acesso aos áudios e tomará as devidas providências.»

Conteúdo dos áudios

Os áudios inéditos foram analisados pelo historiador Carlos Fico, da UFRJ, antes de serem divulgados.

«A exposição das gravações em que ministros do STM admitem tortura é uma assunção cabal do Estado sobre tudo o que cometeu durante o regime militar. É especialmente sensível receber todo esse relato pela escrita de uma mulher tão seviciada pela ditadura como foi Miriam Leitão», escreveu Costa, relembrando as torturas sofridas pela jornalista no período em que foi presa.

«Quando as torturas são alegadas e, às vezes, impossíveis de ser provadas, mas atribuídas a autoridades policiais, eu confesso que começo a acreditar nessas torturas porque já há precedente», disse o ministro Waldemar Torres da Costa, em um dos trechos.

«Eu não me recuso a me convencer dessas torturas, mas exijo que essa torturas tragam uma prova e não fiquem apenas no terreno da alegação. Reconheço, senhores ministros, que também é difícil o indivíduo provar as torturas pela maneira como é feita», acrescentou.

Em outra parte, o almirante Julio de Sá Bierrenbach diz que a prática é inadmissível. «O que não podemos admitir é que o homem, depois de preso, tenha a sua integridade física atingida por indivíduos covardes, na maioria das vezes, de pior caráter que o encarcerado», diz.

«Senhores ministros, já é tempo de acabarmos de uma vez por todas com os métodos adotados por certos setores policiais de fabricarem indiciados, extraindo-lhes depoimentos perversamente pelos meios mais torpes, fazendo com que eles declarem delitos que nunca cometeram, obrigando-os a assinar declarações que nunca prestaram», diz o almirante durante sessão do STM em 1976.

A opinião dos ministros não é unânime. Enquanto alguns dizem que as denúncias devem ser apuradas, outros duvidam da palavra dos acusados. O brigadeiro Faber Cintra, em áudio de 1978, diz que não se pode investir contra a dignidade das funções policiais «sem o menor resquício de elemento probatório, confiando pura e simplesmente na palavra dos acusados».

Em trecho de 1977, o advogado Sobral Pinto, famoso por defender perseguidos políticos durante a ditadura, contesta quem não acredita na tortura.

«Os senhores ministros não acreditam na tortura. É pena que não possam acompanhar os processos como um advogado da minha categoria acompanha para ver como essa tortura se realiza permanentemente», diz.

UOL Noticias

Más notas sobre el tema