La crisis migratoria no es un problema sólo de México – Por Mauricio García

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La crisis migratoria no es un problema sólo de México

Por Mauricio García

Los recientes acontecimientos en la ciudad fronteriza de Tijuana nos hacen reflexionar sobre una realidad, que muchas veces, observamos a la distancia pero que es necesario abordar con cercanía social, nacional y, por que no decirlo, humanitaria.  En esta entrega se abordarán las causas subyacentes de la crisis migratoria en Latinoamérica y en México, así como la relación México-Estados Unidos frente a este desafío bilateral y el futuro que se vislumbra en este tema público de gran relevancia.

La historia de la humanidad está marcada por el movimiento constante de personas de un lugar a otro, ya sea por motivos políticos, económicos, sociales, religiosos o culturales.  Se reconocen, de manera general, los siguientes flujos migratorios en la historia de la humanidad:

La migración de los seres humanos: la migración humana se remonta a los primeros homínidos que se trasladaron de África hacia otras partes del mundo hace más de 1 millón de años.  Desde entonces, los seres humanos han continuado migrando en busca de nuevas oportunidades y mejores condiciones de vida.

La migración de los pueblos nómadas: durante la Edad de Hierro y la Edad Media, muchos pueblos nómadas migraron a través de vastas áreas de Eurasia y África, incluyendo los nómadas de las estepas y los beduinos.

La migración de los colonos europeos: a partir del siglo XV, los europeos comenzaron a colonizar América, África y Asia, lo que llevó a un gran flujo migratorio de colonos europeos a estas regiones.  La mayoría de estos colonos eran europeos occidentales que buscaban nuevas oportunidades económicas y territorios para expandir sus imperios.

La migración de esclavos africanos: desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, millones de personas de África fueron capturadas y vendidas como esclavos en América, Europa y otras partes del mundo.  Esta migración forzada tuvo un impacto profundo y duradero en la cultura y la sociedad de muchos países.

La migración de los refugiados y los desplazados: durante el siglo XX, muchos conflictos armados y desastres naturales llevaron a millones de personas a huir de sus hogares.  Los refugiados y los desplazados han migrado a través de las fronteras nacionales en busca de seguridad y protección.

La migración laboral: en el siglo XX y XXI, la globalización y el desarrollo económico han llevado a un aumento en la migración laboral a través de las fronteras nacionales.  Muchos migrantes han buscado trabajo en países más desarrollados o en sectores específicos de la economía.

La migración es un tema complejo y desafiante en todo el mundo.  Los retos migratorios a nivel global incluyen el aumento del número de personas que se desplazan debido a conflictos, desastres naturales, pobreza y desigualdades económicas.  La migración es un fenómeno cada vez más relevante en Latinoamérica, ya sea por las causas que impulsan a las personas a emigrar como por las consecuencias que esta migración tiene en las sociedades de origen y destino.  Esto se ha convertido en un tema cada vez más importante debido a los conflictos políticos y económicos en la región.  Uno de los mayores retos migratorios es la falta de políticas migratorias efectivas y coordinadas.  Muchos países carecen de leyes claras y justas para los migrantes, lo que resulta en una falta de protección y derechos para aquellos que buscan una vida mejor en otro lugar.  Además, muchos países no tienen sistemas adecuados para manejar el flujo de migrantes, lo que lleva a situaciones peligrosas y explotación.  Otro reto migratorio a nivel global es la falta de acceso a servicios básicos para los migrantes.  Muchos migrantes carecen de acceso a servicios de salud, educación y empleo, lo que limita sus oportunidades y calidad de vida.  Además, la discriminación y la xenofobia hacia los migrantes pueden dificultar aún más su acceso a estos servicios.

En América Latina, la migración se ha convertido en un reto significativo debido a la inestabilidad política y económica en muchos países de la región.  En primer lugar, uno de los principales retos migratorios en Latinoamérica es la falta de oportunidades económicas y la desigualdad social.

En segundo lugar, la violencia y la inseguridad son también una causa importante de la migración en Latinoamérica.  Los conflictos armados y la violencia organizada en algunos países han llevado a un aumento en el número de personas que huyen de sus hogares en busca de seguridad y protección. Esto incluye a los refugiados y solicitantes de asilo que buscan protección internacional en otros países de la región.

En tercer lugar, otro de los retos migratorios en Latinoamérica es la falta de protección y derechos para los migrantes.  Muchos migrantes carecen de acceso a servicios de salud, educación y empleo, lo que limita sus oportunidades y calidad de vida.  Además, la discriminación y la xenofobia hacia los migrantes pueden dificultar aún más su acceso a estos servicios.

En cuarto lugar, la falta de infraestructura y recursos para manejar el flujo de migrantes es también un reto importante en Latinoamérica.  Muchos países de la región carecen de sistemas adecuados para manejar la llegada de grandes números de migrantes, lo que puede llevar a situaciones peligrosas y explotación.

Ahora hablemos, específicamente, de lo que sucede en nuestro país y en nuestro vecino del norte.  La crisis migratoria en México es un problema complejo y multifacético que tiene una estrecha relación con la política migratoria de los Estados Unidos.  La relación entre México y Estados Unidos ha sido históricamente tensa, y la cuestión migratoria ha sido uno de los asuntos más delicados en esta relación.  La política migratoria de nuestro vecino del norte ha desempeñado un papel importante en el aumento del número de migrantes en México, ya que, los migrantes esperan obtener asilo en ese país y utilizan México como una ruta de tránsito.  La crisis migratoria en Tijuana es solo un ejemplo de la situación más amplia en todo México.

Si bien los dos países han trabajado juntos en algunos aspectos, como en la implementación del acuerdo de “Permanecer en México”, también existen tensiones y desacuerdos significativos.  En respuesta a este programa, muchos migrantes comenzaron a establecerse en México en lugar de cruzar la frontera hacia Estados Unidos.  A medida que aumentaba el número de migrantes en México, el gobierno mexicano comenzó a implementar políticas de inmigración más estrictas y comenzó a trabajar con los Estados Unidos para controlar el flujo de migrantes en la frontera.

Además, la retórica antiinmigrante del ex presidente Trump y sus políticas migratorias estrictas han contribuido a un clima de hostilidad entre los dos países.  Sin embargo, la crisis migratoria actual en México comenzó a finales del siglo XX y principios del siglo XXI.  En la década de 1990, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigencia, lo que llevó a una mayor integración económica entre México y los Estados Unidos.  Esta integración económica trajo consigo la eliminación de barreras arancelarias y la promoción del comercio, lo que resultó en un aumento del flujo de personas, bienes y servicios a través de la frontera.

Desde 2014, México ha visto un aumento constante en el número de migrantes que buscan asilo en los Estados Unidos.  Muchos de estos migrantes están huyendo de la violencia y la inestabilidad política en sus países de origen, incluyendo la violencia de las pandillas, la corrupción y la falta de oportunidades económicas.  México se ha convertido en un punto de tránsito para estos migrantes, lo que ha llevado a un aumento en la presión sobre el gobierno mexicano para controlar el flujo de migrantes.  En respuesta a la presión de los Estados Unidos, el gobierno mexicano ha intensificado sus esfuerzos para detener el flujo de migrantes que llegan a su frontera.  Esto ha incluido la creación de una nueva agencia de inmigración y la implementación de medidas más estrictas para deportar a los migrantes que se encuentran en México sin documentos.

En noviembre de 2018, miles de migrantes centroamericanos llegaron a Tijuana con la esperanza de ingresar a los Estados Unidos. Muchos de ellos habían viajado durante meses desde sus países de origen en busca de refugio y una vida mejor.  La llegada masiva de migrantes a esa ciudad generó tensiones entre los habitantes de la ciudad y las autoridades locales, quienes lucharon por proporcionar refugio y servicios básicos a los recién llegados.  Además, la presencia de grupos de ayuda humanitaria y organizaciones no gubernamentales en la zona también ha creado fricciones con las autoridades y algunos residentes de la ciudad.  Sin embargo, la administración Trump en los Estados Unidos había implementado políticas de inmigración más estrictas y había aumentado la presión sobre México para que controlara el flujo de migrantes que llegaban a su frontera.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), México ha experimentado un aumento significativo en el número de solicitantes de asilo en los últimos años.  En 2020, México recibió más de 70,000 solicitudes de asilo, una cifra que ha aumentado constantemente desde 2014.  En febrero de 2021, la crisis migratoria en Tijuana empeoró cuando se informó que el gobierno mexicano había deportado a más de 3,000 migrantes, muchos de ellos niños y familias, a Honduras y Guatemala.  Los defensores de los derechos de los migrantes han denunciado estas deportaciones masivas como inhumanas e injustas, y han instado al gobierno mexicano a tomar medidas más humanitarias para abordar la crisis.

Como vemos, la crisis migratoria en México, particularmente en Tijuana, es un problema complejo y difícil que afecta a miles de personas vulnerables que buscan una vida mejor.  El gobierno mexicano y la comunidad internacional deben trabajar juntos para abordar las causas subyacentes de la crisis y proporcionar un refugio seguro y humanitario para los migrantes en tránsito.  Además, se necesita una solución a largo plazo que aborde la violencia, la pobreza y la inestabilidad política en los países de origen de los migrantes para prevenir futuras crisis migratorias.

El futuro de los flujos migratorios en Latinoamérica y en México es incierto, pero algunos factores pueden influir en su dirección y magnitud en los próximos años.  Los gobiernos de la región tendrán un papel fundamental en el manejo de los flujos migratorios y en la protección de los derechos de los migrantes.  También es importante abordar las causas subyacentes de la migración, en primer lugar, la situación económica y social en los países de origen puede seguir siendo un factor determinante para la migración.  La pobreza, el desempleo, la violencia y la falta de oportunidades pueden seguir impulsando a las personas a buscar una vida mejor en otros lugares.  En segundo lugar, la situación política en los países de origen y de tránsito puede influir en la cantidad y el tipo de migración.  Los conflictos armados, los regímenes autoritarios y la inestabilidad política pueden aumentar la cantidad de refugiados y desplazados y cambiar los patrones de migración laboral.  En tercer lugar, la situación económica y política en los países de destino también puede influir en la migración.  Las políticas migratorias restrictivas, la discriminación y la violencia contra los migrantes pueden disuadir a las personas de buscar oportunidades en ciertos países.  Por otro lado, las políticas migratorias más inclusivas y las mejores condiciones de trabajo y vida pueden atraer a más migrantes.

En cuanto a México, su posición geográfica y económica lo hace atractivo para los migrantes que buscan oportunidades en América del Norte.  La migración laboral a Estados Unidos ha sido un fenómeno constante en las últimas décadas, pero las políticas migratorias del gobierno estadounidense han creado incertidumbre y dificultades para muchos migrantes. Además, la violencia y la inseguridad en algunas regiones de México han llevado a la migración interna y la búsqueda de protección internacional por parte de los solicitantes de asilo.

En conclusión, la migración ha sido un fenómeno constante en la historia de la humanidad y ha tenido un impacto profundo en la cultura y la sociedad de muchos países.  Los retos migratorios a nivel global y en América Latina son complejos y desafiantes.  Para abordar estos retos, es necesario trabajar geográficamente para desarrollar políticas migratorias más efectivas y justas, y abordar las causas subyacentes de la migración.  Es necesaria una solución a largo plazo que aborde la violencia, la pobreza y la inestabilidad política en los países de origen de los migrantes para prevenir futuras crisis migratorias.

La migración puede ser un medio para mejorar la vida de las personas y para el desarrollo económico, pero también puede ser el resultado de conflictos, desastres naturales y desigualdades económicas y sociales.  Es importante abordar los desafíos que presenta la migración, tales como la protección de los derechos de los migrantes, el manejo de los flujos migratorios y la integración de los migrantes en las sociedades de acogida.  Es necesario desarrollar políticas migratorias que aborden las causas subyacentes de la migración, protejan los derechos de los migrantes y proporcionen servicios básicos. Además, es importante trabajar juntos como región para mejorar la infraestructura y los recursos para manejar el flujo de migrantes y abordar la discriminación y la xenofobia hacia los migrantes.

Hidalgo Quadratin

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