Murió el periodista argentino Mario Wainfeld

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Murió Mario Wainfeld

Fue columnista histórico de este diario y jefe de la sección Política durante siete años. Será recordado por su compromiso con los derechos humanos y los valores más altos de la democracia. Sus restos serán despedidos este jueves a partir de las 19 hs.

El periodista Mario Wainfeld falleció esta mañana a los 74 años de edad. Se destacó como columnista en Página/12 y también se desempeñó en distintas publicaciones y programas de radio y televisión, como un agudo cronista y analista de la realidad nacional e internacional. Sus restos serán despedidos este jueves desde las 19 hs hasta la medianoche en O’Higgins 2842, en el barrio porteño de Núñez.

Waifeld fue abogado. En 1971 se graduó en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ejerció su profesión especializándose en derecho laboral durante poco más de 25 años. También fue docente de esa y otras casas de estudio, como las de Lomas de Zamora (UNLZ), San Martín (UNSAM) y El Salvador.

Pero la labor por la que fue más reconocido fue la comunicación, tarea a la que se volcó hacia finales de la década de 1980 y que siempre desarrolló con compromiso. Escribió artículos de coyuntura para varias revistas: Crisis, Le Monde Diplomatique, Lezama, Página/30 y El Amante-Cine, entre algunas.

Entre 1997 y 2004 fue jefe de la sección Política de Página/12, diario del que nunca se alejó y en el que brilló como columnista.

Ilustró con sus análisis políticos a programas radiales de la mano de Quique Pesoa y Héctor Larrea, y luego se convirtió en conductor de sus propios ciclos en varias emisoras. En televisión también fue un extraordinario comentarista de la realidad.

En 2016 escribió “Kirchner, el tipo que supo”, su primer libro editado por Siglo XXI. Pero también publicó artículos y participó como editor en varios libros y revistas. “La fe de los conversos. Miradas sobre la convertibilidad” (1992); “Los que quedaron afuera” (1995); “Los que pelean de adentro” (1994); “¿Y en el 2000 también?” (1995); “Educación y empleo. Políticas globales para el siglo XXI” (1999); y “Actores e instituciones. Sistema político y Constitución en la Argentina” (1989).

También recibió varios premios. En 2010, la Confederación de Trabajadores Docentes de la República Argentina (CTERA) lo designó “Maestro de la Vida”; en 2011 recibió el premio “Democracia”, otorgado por Caras y Caretas; en 2014 fue reconocido con el premio “Rodolfo Walsh”, que da la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); y en 2017 la Fundación Konex le otorgó el diploma al Mérito.

Los trabajadores y trabajadoras de este diario lamentamos su fallecimiento y lo recordaremos con respeto por su oficio, y por su compromiso con los derechos humanos y los valores más altos de la democracia. Saludamos a su familia, compañerxs y lectores.

Página 12


Las despedidas a Mario Wainfeld, un periodista «comprometido con la verdad y la justicia»

Comunicadores, funcionarios, dirigentes políticos y referentes de derechos humanos expresaron este jueves su «profundo pesar» por la muerte del periodista de Página/12 Mario Wainfeld, a quien recordaron como una persona «comprometida» con la verdad y la justicia.

Uno de los primeros en lamentar el fallecimiento del columnista fue el presidente Alberto Fernández, durante el acto de entrega de legajos reparados de siete trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) que fueron víctimas del terrorismo de Estado.

«Era un momento muy alegre para mí pero alguien se acercó y me dio una espantosa noticia», dijo el Presidente durante el acto, que contó con la presencia de familiares y amigos de las víctimas, de la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida y del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, entre otros.

«Lo conocí cuando estaba en el secundario y militaba. Él era un dirigente de la JUP. Desde entonces nos unió la amistad. Colaboramos juntos en la revista Unidos. Fuimos muy amigos. En los años de la dictadura se refugió en su condición de abogado laboralista y en democracia volvió y fue un magnífico periodista, honesto, decente», expresó el Presidente.

«Me criticó muchas veces y nunca me privó de su amistad. Se acaba de morir Mario Wainfeld y por él pido un enorme aplauso», concluyó el mandatario en su mensaje de despedida, que fue seguido por una ovación del auditorio reunido en el Polo Científico Tecnológico.

Luego, agregó unas palabras en su cuenta de Twitter: «Su honestidad y compromiso serán por siempre un ejemplo para mí. Saludo a todos los que, como yo, lo han querido y sufren su ausencia».

Otras despedidas

En las redes sociales, los mensajes sobre la muerte de Wainfeld se fueron multiplicando a lo largo de la tarde. «Periodista defensor de los Derechos Humanos, comprometido con sus ideas y con los destinos del país y de los hombres y mujeres que habitamos en él. Mis condolencias a familiares y amigos de Mario Wainfeld», escribió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su cuenta de Twitter.

«¡Qué enorme pérdida! Excelente pluma, enorme ser humano. Te vamos a extrañar, querido Mario. Mucha tristeza. Abrazo a sus familiares», compartió, también en Twitter, el jefe de Gabinete y candidato a vicepresidente de Unión por la Patria, Agustín Rossi.

El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) expresó su «tristeza» ante la muerte del comunicador, un «periodista comprometido, solidario y respetuoso del oficio de todes». Fue un «trabajador histórico de Página/12 y también parte de Radio Nacional y la Televisión Pública. Abrazamos a su familia y amistades», escribió el gremio.

«Con dolor despedimos a Mario Wainfeld, uno de los grandes periodistas que retrató con honestidad intelectual y compromiso social las grandezas y las miserias de este tiempo. Tan querible como el pasante noruego que también nos deja», publicó, por su parte, Hugo Yasky, Secretario General de la Central de Trabajadores de la Argentina.

Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de La Nación, también difundió un sentido mensaje: «La partida de Mario Wainfeld nos deja un profundo dolor a quienes tuvimos la suerte de conocerlo. Lo recordaremos siempre por la pasión con la que ejercía el periodismo y su compromiso inquebrantable con las causas justas y la defensa de los derechos humanos. Todo mi cariño y acompañamiento para su familia, amigxs y compañerxs en este difícil momento».

Otros funcionarios que expresaron su pesar fueron el ministro de Defensa de la Nación, Jorge Taiana, quien se mostró «muy conmovido» por el fallecimiento de su «querido amigo», a quien definió como un «gran periodista, comprometido con la verdad»; y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, que coincidió en destacar el compromiso que el comunicador tuvo «siempre» con «la verdad y la justicia».

Abuelas de Plaza de Mayo, en tanto, difundió un comunicado en el que despidió «con enorme tristeza a Mario Wainfeld, un periodista comprometido con los derechos humanos y la defensa de los valores democráticos, que siempre nos acompañó».

«El periodismo pierde hoy a un hombre honesto, riguroso y crítico. Con una capacidad de análisis que seguramente habrá dejado su huella en los cientos de periodistas que formó desde su lugar de editor de Página 12. Nosotras perdemos un amigo. Abrazamos a sus familiares y amigos y a toda la redacción de Página/12 que lo está llorando», concluyó el organismo.

Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, también envió un abrazo a las y los trabajadores de Página/12 y dijo que siente mucho la partida de Wainfeld, aunque sabe que él estará «siempre» presente. «Como decía una profesora mía en el Normal: ‘A las personas se las recuerda y se las juzga por los hechos, no por las intenciones’. ¡Y vaya si lo vamos a recordar a nuestro querido Mario por todo lo que nos ha dejado!», subrayó.

Asimismo, el organismo de Derechos Humanos expresó su «inmenso pesar» por el fallecimiento del periodista, un «hombre profundamente comprometido con los DDHH y con la democracia. «Queremos enviar un cálido y fraternal abrazo a sus amigxs y familiares. Hasta siempre Mario!», escribieron.

Wainfeld fue saludado, además, por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). «Con tristeza despedimos a Mario Wainfeld, un periodista comprometido con los derechos humanos, con las luchas sociales, con la memoria, la verdad y la justicia. Extrañaremos su mirada certera, su solidaridad y su calidez. Abrazamos a su familia, a sus amigos y amigas», compartió en redes sociales la organización.

“’Lo único que les sugiero es que sigan siendo lo que son, sin dejar de repensarse ni caer en la soberbia de que llegaron al máximo de sus posibilidades’”, nos dijo alguna vez Mario Wainfeld. Seguiremos mientras tus palabras resuenen dentro nuestro. ¡Hasta siempre compañero!», publicó, por su parte, La Garganta Poderosa.

Entre los mensajes de despedida estuvo, también, el del politólogo y periodista Edgardo Mocca. «Chau Mario querido. Y gracias por todo. Por la gracia de tu prosa. Por la fuerza de tu amistad. Por la potencia de tus convicciones que nunca recayeron en la simplificación agresiva ni en el descarte sectario. Gracias por enseñarnos en qué consiste el periodismo, ese género literario hoy tan maltratado pero invicto en las grandes trayectorias como la tuya. Gracias por tu modo de ir con todo pero siempre de frente. Por tu lealtad peronista que nunca concedió a la furia ni a la manipulación. Por tu humor. Por tu amistad, sencilla y profunda. Por tu trabajo. Por la revista Unidos. Por tus poemas mayormente secretos, por tus chispeantes aguafuertes políticas dominicales», manifestó.

«Desde hoy hay un enorme lugar vacío. En Página, en este amigo tuyo que soy, en tantos que te seguimos y admiramos en todos estos años. Nos reencontramos hace poco, después de bastante tiempo. Y quiso el destino que fuera en la TV pública, tan amada por vos y por mí. Nos volveremos a encontrar cada vez que yo busque en tu recuerdo y en tu presencia la inspiración necesaria para defender a la patria, a la democracia, al respeto por el adversario que no confunde diferencia con odio. Cada vez que resurjan desde el tiempo irreversible las notas de tu talento, de tu humor y de tu afecto», finalizó Mocca.

Por su parte, el periodista de Página|12 Martín Granovsky aseguró que «Mario era un tipo muy inteligente, una esponja y además tenía unas ganas espectaculares». «Tenía ganas de pendejo a los cuarenta y pico», sostuvo en diálogo con AM750.

Además, el director de Buenos Aires|12 recordó cómo ingresó Wainfeld a trabajar en Página|12. «Hicimos una especie de entrenamiento intensivo y Mario entró como editor dominical, eso funcionaba como entrenamiento rápido», señaló Granovsky.

Y dijo que Wainfeld «aprendió a ser jefe siendo jefe» y que «tenía mucha autoridad moral por buen tipo y por modesto, porque no se la creía». Además, aseguró que era «un tipo que siempre preguntaba y dudaba, como alguien que expone su hipótesis pero no como alguien que no tenga las cosas claras».

Página 12


Por la excelencia, Mario

Por Eduardo Aliverti

La muerte de Mario es un golpe terrible para este diario. Terrible. Pero también lo es para el mejor periodismo y para la etapa dificilísima de Argentina. Todas obviedades que nadie debe guardarse desde el lugar que fuere.

Lectores. Compañeros de trabajo. Consumidores de una muy buena información que siempre quedó a salvo de retractaciones. Apreciadores de una fina prosa, en la que sutilezas y entrelíneas brillan también para siempre. Colegas, militantes, intelectuales, dirigencia política, de todas las ideologías y posicionamientos que quieran buscarse, estiman a Mario en forma virtualmente unánime.

En este ambiente, al menos respecto de figuras con renombre, es bastante jodido encontrar gente querida, respetada y admirada. No sé cuánta bola le daba Mario a lo casi inusual de alcanzar esas tres condiciones. Nos considerábamos amigos pero de eso nunca hablamos, tal vez porque no hacía falta. Lo único importante era, es, que simplemente hacía lo necesario para que juntar esos sentimientos saliera espontáneo.

Aun en los momentos más complicados de nuestra vida política, esquivó con enorme lucidez las trampas ideologistas y de compromisos forzados. Conocía al peronismo bien de adentro y, a la par de ratificar su pertenencia a ese espacio, jamás se vio impedido para señalarle sus deméritos. Otra rara avis en esta profesión, plagada de chantas que nunca se cansan de jugar al periodismo independiente.

Su formación como profesional de la vieja guardia era gráfica, desde ya. Pero sería muy injusto no reparar en que sus intervenciones en radio y tevé fueron también una delicia.

En la tele, cada vez que lo convocaron como invitado, tenía una capacidad de síntesis fenomenal.

Y en la radio, a la que amaba, supo construir una química entrañable. Sus aperturas editoriales en Nacional, diariamente hasta la semana pasada, eran un ejemplo supremo de cómo expresarse en la sintaxis oral con la misma excelencia que en la escrita. Todo estudiante de periodismo, y todo amante de la belleza narrativa, tendría que aprender y gozar con esa propiedad exquisita de saber hablar como se escribe y escribir como debe hablarse. Uno toma los editoriales radiofónicos de Wainfeld, que estaban “improvisados”, sin papel a la vista, y tiene la certeza absoluta de que puede desgrabarlos sin correcciones de estilo. Se transcriben así, como vienen. No hay muletillas, ni cacofonía, ni reiteraciones terminológicas, ni frases largas que no terminan de redondear el concepto, ni ausencia de impacto en el comienzo, ni sensación de vacío en el cierre. Chapeau, Mario. Te merecés muy largamente que te lo diga un hombre de radio: también estás entre los mejores columnistas que haya tenido el medio, a la altura o, te juro, por encima de los más renombrados.

Voy a personalizar una melancolía que ya me asalta, en segura o presumida representación de la gente que vale la pena, la significativa, la que comparte el gusto por la honestidad y el destaque expositivo.

Ya mismo estoy extrañando que este domingo, en Página, no habrá su nota quirúrgica sobre el debate vicepresidencial, ni sus perlas acerca de coyunturas y estructuras de internas y externas, ni su “esta historia continuará”, ni aguardar la madrugada para ver qué dice de las elecciones en Mendoza.

Nos llevará tiempo -creo que mucho tiempo- acostumbrarnos a esta ausencia.

Pero tengamos la plena convicción de que esta clase de gente sobrevive en forma concreta.

Wainfeld es una vara a la que convendrá recurrir, cada vez que en este oficio se requiera un ejemplo por la positiva intachable.

Página 12

 

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