Chile: Redefinir el rumbo, no abandonar la iniciativa de calle, tensionar el gobierno – Por Noelia Naranjo

Foto: Iván Alvarado/Reuters
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Chile: Redefinir el rumbo, no abandonar la iniciativa de calle, tensionar el gobierno

Por Noelia Naranjo*

Chile sin dudas ha sido estos últimos años epicentro de un proceso social, político y de calle sin precedentes. Con el estallido de 2018 se abrió un abanico de situaciones  que fueron transformando la realidad del pueblo chileno.

Desde el grito que dijo “no son 30 pesos, son 30 años” y “Chile será la tumba del capitalismo” al “Rechazo con esperanza”, se libró una lucha entre las fuerzas sociales de Chile que condujeron al país trasandino a su punto de bifurcación. La lucha en las calles y la iniciativa constante que puso contra las cuerdas al gobierno de Sebastián Piñera, al sistema chileno  y a la “democracia de los acuerdos” se enfrentó al desafío de hacer síntesis de ese proceso y de dar una respuesta a las reivindicaciones surgidas de la revuelta; desafío de poder concretar un cambio de fondo y no de forma.

Proceso que fue llevado hacia una salida institucional y se cristalizó en la Convención Constituyente convocada a partir del plebiscito de octubre de 2020 como resultado el “Acuerdo por la paz social”. Acuerdo que habilitó a la derecha a desgastar la lucha y conducir a su escenario a las fuerzas sociales; al punto de convencer al pueblo chileno de decirle No, de manera aplastante, al texto constitucional que la Convención entregó al presidente Gabriel Boric el pasado 4 de julio y que fuera rechazado el 4 de septiembre. Así, el 61,86% de los votos rechazaron la propuesta, frente al 38,14% que alcanzó el «Apruebo».

Con porcentajes récord de participación (75%) en una elección que debía validar una constitución que pretendía refundar un pacto social en Chile y levantar algunas de las banderas populares ¿se daba acaso por terminado el proceso de revuelta y de lucha? ¿Será que el texto constitucional no supo recoger los reclamos  necesidades del pueblo chileno que decididamente desde el 2019 dijo basta al sistema neolberal trasandino?

Ningún proceso social y político desaparece sin dejar efectos. Sin dudas hoy los sectores populares en Chile se encuentran ante un punto de inflexión.

Por un lado, el presidente Boric se encontró ante una suerte de plebiscito de su gobierno y a una profundización democrática en una sociedad que ha vivido durante décadas, siendo el laboratorio del neoliberalismo y con escasa participación política. Un grave error para el gobierno sería reducir la salida a  “diálogos” institucionales, cuando las respuestas las tiene que buscar en la participación ciudadana, mucho más dispuesta a romper el status quo neoliberal.

La primera respuesta fue inmediata y supuso cambios en el gabinete. El mandatario nombró a los nuevos ministros Ana Lya Uriarte (Secretaría General de la Presidencia), Carolina Tohá (Interior y Seguridad Pública), Giorgio Jackson (Desarrollo Social y Familia), Ximena Aguilera (Salud), Diego Pardo (Energía) y Silvia Díaz (Ciencias y Tecnología). Nombres que suponen una decisión de llevar el gobierno nuevamente hacia una dirección de acuerdos y de concertación. Las primeras acciones del gobierno estuvieron dirigidas a establecer un diálogo con los partidos de derecha, que no quisieron reunirse y que recién por estos días están avanzando “para comenzar de cero” con el proceso constitucional; planteando un Consejo Constituyente integrado por un grupo de expertos designados por el Congreso y con un tiempo acotado de funcionamiento.

En un contexto que lejos de aplacar la protesta social, ha visto enardecer diferentes conflictos sectoriales y movilizaciones sociales. Quizás lo más renombrado fue el paro de camioneros que alcanzó 51 focos activos de protestas, 48 de ellos permanentes y tres con cortes parciales de las carreteras y que puso en jaque al Gobierno por más de una semana. Por otro lado, durante septiembre, al menos cinco movilizaciones estudiantiles se han realizado en Santiago, registrándose enfrentamientos con fuerzas de seguridad y evasiones organizadas en el metro. La respuesta de la  nueva ministra de Interior, Carolina Tohá fue la presentación de querellas por alteración al orden público y hechos de violencia. Se suman al conflicto permanente en la zona de Araucanía, que está lejos de resolverse.

¿Cómo evitar la confusión de reformas que se vean cómo victorias en el campo del pueblo cuándo en realidad representan un retroceso?

La derecha chilena logró apropiarse del concepto y la percepción de la esperanza social, la movilización popular disminuida se enfrenta, incluso, a una no disminuída fuerza represiva de Carabineros; el gobierno de Boric no descansa sobre los sectores movilizados sino que ha buscado generar puentes con sectores más conservadores. La reciente derrota en el campo de la consulta popular, pone en evidencia la privatización total del aparato comunicacional del país y la acertada estrategia de manipulación ideológica llevada adelante por los sectores dominantes, que resisten al proceso de cambio en desarrollo; además de ratificar que el escenario del acuerdo por la paz movió el eje de la revuelta.

De todo el proceso de lucha, algo queda. Es necesario como organizaciones populares retomar y re construir el programa de lucha en el campo de la política. No abandonar la iniciativa ni la calle; profundizar las redes de articulación y tensionar al gobierno hacia su escenario y tiempo.

De continuar el rumbo que ha tomado el gobierno chileno, no será ni siquiera posible pensar en una reforma constitucional que recoja las banderas de la revuelta, o al menos algunas, y se irá nuevamente hacia un régimen de acuerdos que seguirá castigando a los sectores populares. Ampliándose así el margen de acción de los sectores económicos concentrados con una derecha política que seguirá el rumbo de cercar al gobierno, desgastar a la movilización y a las células organizativas que quedaron como saldo del proceso de la revuelta.

La dignidad de un pueblo que ha sabido luchar y hacer crujir los cimientos neoliberales de la región; hoy debe más que nunca levantarse, salir a las calles, organizarse en redes y vencer.

*Naranjo es Lic. en Ciencia Política y Administración Pública; Docente UNCuyo; Diplomada en Educación Superior; Secretaria General del Sindicato de Docentes de la Universidad Nacional de Cuyo y Secretaria de Relaciones Institucionales de la Federación de Docentes Universitarios (CONADU)

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