Los desafíos en materia de salud mental que deja la pandemia en América Latina

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Por Catalina Gallo

Si se cumplen los pronósticos de algunos expertos, el mundo podría enfrentar una crisis de enfermedades mentales surgidas a raíz de la pandemia. Se trata de un escenario complejo en América Latina, donde se estima que entre el 50 y el 70 % de la población no tiene acceso a servicios de salud mental.

Médicos, organismos internacionales y psiquiatras han expresado su preocupación por los efectos de la pandemia y de las cuarentenas en la salud mental de la población de todo el mundo.

Enrique Bojórquez Giraldo, presidente electo de la Sociedad Psiquiátrica de América Latina, explica que los seres humanos no estamos preparados para afrontar situaciones con las características de la pandemia: imprevista, grave y que ha afectado a todo el mundo.

El experto cita algunas investigaciones sobre los impactos que ha generado la emergencia pública hasta el momento: «Un estudio chino reveló que aproximadamente un 35 % de la población tenía indicadores de estrés marcado como consecuencia de la pandemia y otro estudio de EE. UU. encontró que alrededor del 30 % de la población mostró índices altos de ansiedad, estrés y depresión».

«El miedo de manera constante causa ansiedad»

Rodrigo Córdoba, médico psiquiatra y profesor de la Universidad del Rosario de Colombia, también explica por qué la pandemia afecta tanto la salud mental.

«Sin duda, vivir tres meses y sin saber por cuánto tiempo más en condiciones donde hay una amenaza significativa y la persona está estresada permanentemente, es un factor generador de una serie de cuadros de salud mental». Córdoba agrega que el miedo de manera constante causa ansiedad y en estos momentos la gente tiene miedo al contagio, a salir y a la inseguridad.

Trabajadores de la salud durante una prueba aleatoria en el barrio de Santa Cruz en Medellín, Colombia, el 14 de junio de 2020 durante la pandemia de Covid-19.

Sobre el futuro, el experto señala que algunos autores han hablado de la llamada «cuarta ola», es decir, «que después de todo esto van a aparecer cifras más altas de depresión, con los desenlaces que puede implicar como el suicidio; trastornos de ansiedad, como estrés postraumático y trastorno de ansiedad generalizada y, sin duda, lo que algunos no llaman enfermedad sino problemas, como son el aumento de consumo de sustancias y aumento de violencia».

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció sobre los efectos de la pandemia en la salud mental de la población e hizo un llamado a los Gobiernos para que tengan en cuenta la atención psicológica y mental de sus ciudadanos.

En un comunicado, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de esta organización, considera que «los efectos de la pandemia en la salud mental están siendo sumamente preocupantes. El aislamiento social, el miedo al contagio y el fallecimiento de familiares se ven agravados por la angustia que causa la pérdida de ingresos, y a menudo, de empleos».

«Nadie sabe si va a venir o no una catarata de trastornos mentales por la pandemia»

Los expertos latinoamericanos consultados resaltan también las características propias de los países de la región, factores de riesgo para la salud mental como son la inequidad, la pobreza, el hacinamiento, la inseguridad y el hambre.

Santiago Levin, presidente de la Sociedad de Psiquiatras Argentinos, es un poco más cauto respecto al futuro que pronostican otros expertos. «Ante todo es importante aclarar que nadie sabe si va a venir o no una catarata de trastornos mentales por la pandemia, es una afirmación como mínimo un poco atrevida, un poco aventurada. Nosotros en la sociedad lo hemos discutido y consideramos que no es una buena práctica pronosticar catástrofes futuras. ¿Es probable que venga una ola de mayor consulta en salud mental? Sí, es probable. ¿Qué forma va a tener? No lo sabemos».

Levin no niega los efectos de la salud mental en la población, pero considera que esta situación es nueva para la humanidad y que lo que se sabe hasta el momento es que en grandes catástrofes como terremotos, desplazamientos y grandes migraciones se han presentado aumentos en las enfermedades mentales.

La inversión en salud mental de América Latina dista de la recomendada por la ONU

Uno de los grandes problemas de la atención en salud mental que enfrenta la región latinoamericana es que no existen suficientes psiquiatras y psicólogos para atender a las personas con enfermedades mentales y los que hay están ubicados en las grandes ciudades, lo cual dificulta el tratamiento.

Además, la mayoría de países hacen muy poca inversión en salud y aún menos en salud mental. Santiago Levin señala que los fondos destinados a salud con frecuencia quedan atrapados en intereses políticos: «La inversión en salud tiene efecto mucho después de lo que duran los mandatos presidenciales, entonces dejan de lado las políticas estructurales y de largo plazo».

Agrega que Naciones Unidas, a través de la OMS, recomienda que del presupuesto de salud de cada país debería dedicarse no menos del 10 % a la salud mental, pero el porcentaje destinado en la región es muy inferior: es de uno o dos por ciento como máximo.

Un trabajador de salud habla con un hombre durante una prueba aleatoria de Covid-19 en una estación de Metro, en medio de la pandemia de coronavirus, en Medellín, Colombia, el 6 de julio de 2020.

En Colombia, explica Córdoba, los últimos Gobiernos han creado una política de salud mental y se ha aprobado una cifra de dinero importante para el sector, pero aún es pequeña y falta solucionar los problemas mencionados como la falta de profesionales entrenados en el tema.

El presidente electo de la Sociedad Psiquiátrica de América Latina es claro en que es necesario mejorar los servicios de salud mental en la región, lo cual requiere recursos económicos y afirma que «si en salud se gasta poco, la salud mental es la cenicienta».

También considera que en este proceso es necesario incorporar a los seguros privados, porque en gran parte de los países de la región los problemas de salud mental y psiquiátricos no son cubiertos por ellos.

Más líneas telefónicas y las teleconsultas, una posible solución post pandemia

Una de las alternativas que propone Bojórquez para enfrentar en este momento los problemas de salud mental y los que vienen a futuro, es que la sociedad civil sea tenida en cuenta en la búsqueda de las soluciones, que los gremios, las asociaciones y sociedades de profesionales y de grupos científicos participen de las discusiones de las medidas que adopten los gobiernos.

El experto destaca que en Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay los gobiernos han tenido el apoyo de las sociedades de psiquiatría y salud mental para ver cómo se enfrenta esta situación de la pandemia, lo que no ha pasado en Bolivia o Perú, donde las decisiones se han tomado desde los ejecutivos, con poca consulta a estos especialistas.

Levin sostiene que la preparación para manejar un eventual aumento de consultas tiene que ver con habilitar líneas telefónicas, con campañas de comunicación, con entrenar al personal de salud mental en teleasistencia o asistencia a distancia. Córdoba, por su parte, propone que así como se han hecho campañas para informar sobre los riesgos que traen los contagios, se hagan campañas educativas para educar sobre salud mental.

France 24


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